Título original: Géante - Histoire de celle qui parcourut le monde à la recherche de la liberté.
Año de publicación: 2020
Traducción: Alba Pagán
Valoración: está bien
Estamos hoy ante una especie de cuento infantil (o sin especie, directamente lo es) actualizado: aparece, claro, la giganta que da título al libro, llamada Celeste, que fue recogida de bebé en el bosque por unos granjeros, que la criaron junto a sus seis hijos como si fuera una más. También aparecen un caballero, una bruja, un príncipe, un malvado inquisidor, unas sirenas... Aunque, claro, la bruja -llamada, cómo no, Lilith- no es exactamente tal, sino una mujer sabia que tiene un refugio donde empoderar a las chicas que quieran hacerlo; el caballero desfacedor de entuertos en realidad no puede socorrer a la giganta, por motivos obvios, y las sirenas, en fin, digamos que no son tales...
La historia, en realidad, viene a ser la enésima variante de un bildungsroman (sé que no os gusta el palabro, pero es lo que hay, tetes), combinado, sí se quiere, con un clásico "periplo del héroe"... o heroína, en este caso: Celeste se escapa de su granja en las montañas, porque quiere descubrir el mundo, una vez que sus hermanos ya han partido a buscar sus destinos, y es engañada por un buhonero que quiere sacar partidos de sus peculiares características. A partir de ahí, vive toda suerte de aventuras que le llevarán desde las mazmorras a los más exquisitos palacios, de las carretas de los cómicos de la legua a la celda de un convento de estricta observancia... en fin, no me voy a enrollar, pero podemos encontrar de todo. Sus variadas aventuras y las personas que va a encontrando en ellas le sirven para ir descubriendo las maravillas de ese mundo del que tenía tanta ansia, pero también sus defectos y peligros. Y, sobre todo, para ir empoderándose como mujer, en todos los sentidos... -en este aspecto, tiene mucho que ver su estancia con la "bruja" Lilith; de hecho, se hace un poco raro que, después de ese proceso de empoderamiento, Celeste acabe por caer en algunas "trampas" para las mujeres tan acedradas como son la esclavitud del matrimonio o de la vida monacal, aunque entiendo que es una manera de hacer avanzar la acción y, al fin y al cabo, cosas más inverosímiles se han visto (en este propio libro, de hecho).
Resulta obvio, pues, que Giganta, además de un cuento de hadas, es una suerte de "novela ejemplarizante" para guiar a las lectoras jóvenes -también puede servir a los chicos, claro está-en su camino por realizarse (no sé si se emplea aún este verbo) como mujeres plenas en todos sus facetas. Es más, no hay que olvidar que el subtítulo del cómic es La historia de aquella que recorrió el mundo en busca de la libertad... Aquí, sin embargo, debo decir que quizás al guionista del mismo se le haya ido un poco la mano con el "aliadismo" -porque las iniciales J. C. de Deveney significan Jean-Christophe-; ojo, que no digo que me parezca mal el discurso, pero cuando éste proviene de un hombre yo prefiero que guarde un cierto pudor, para que no parezca que se le intenta imponer o dirigir a las mujeres la forma de ser feministas.
Las ilustraciones de Núria Tamarit, por último, están llenas de un encanto ingenuo y colorista, que remite -supongo que adrede- a los libros para niños y que refuerza la impresión de que nos encontramos ante una versión moderna de un cuento de hadas.
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