Año de publicación: 2021
Valoración: Muy recomendable
Pues sí, me ha gustado mucho el libro de Tamara Tenenbaum.
En realidad, no tengo ni idea de por qué llegó este título a lo que mis
compañeros llaman el tsundoku, ya saben, esa siempre larga lista de libros
pendientes de leer. Pero sí que me esperaba algo más ligero, quizá con un toque
frívolo, en torno al amor, la pareja, el sexo, cosas de esas que efectivamente
se tratan en el libro, pero con una actitud inesperada y muy gratificante. Pero,
claro, esto hay que explicarlo un poco más.
El amor romántico como piedra angular de la pareja es
históricamente algo bastante nuevo. Hasta hace muy poco la pareja, o más bien
el matrimonio, es solo una unidad productiva que debe garantizar estabilidad y
prole. Es la razón por la que corrientemente se arreglaban casamientos en
función de la familia y de intereses económicos o sociales, lo que todavía
persiste en muchas culturas. Desde el punto de vista femenino, se resumiría en
que es suficiente casarse con un hombre honesto, trabajador y padre aceptable.
El príncipe azul queda para la literatura o para aventuras fuera del modelo.
Pero esa atracción sexoafectiva que, al menos en gran parte, ha triunfado en
tiempos más recientes a la hora de construir relaciones parece estar en
declive: la autora, yo diría que sin mucha convicción, proclama el fin de amor
romántico como lo veníamos entendiendo. Lo que viene, lo que ya está aquí, son
nuevos formatos de relaciones que excluyen o al menos relegan a un papel
secundario la monogamia dominante: la pareja abierta, el poliamor, la soltería.
Explora el libro esas posibles variantes y se va extendiendo
hacia cuestiones muy relacionadas, como los caminos de acceso a esas relaciones,
es decir, lo que aquí llamaríamos el ligoteo y en el libro leemos levante. Es
especialmente brillante el capítulo dedicado a la interacción a través de
internet, medio al principio fundamentalmente escrito (refugio ideal para
tímidos) y ahora sobre todo visual, con las virtudes y también trampas de plataformas
como Tinder o Happn, cuyos entresijos se exploran con gracia pero con rigor
(entre paréntesis diré que por lo visto Tamara escribe o escribía en una
especie de consultorio sentimental, cosa que, de haberla sabido desde el
principio, hubiera bastado para tachar el libro de la lista, hay que ver lo que
tienen los prejuicios).
Tenenbaum observa, analiza y examina sin juzgar ni
pontificar, expone situaciones y comportamientos, y lo hace con absoluta
frescura, con una espontaneidad que resulta adictiva. Es capaz de deslizarse
sobre un estrecho filo evitando el doble peligro de caer tanto en la banalidad
como en el tremendismo o en una ceñuda erudición, lo cual tiene un mérito
sobresaliente. Ese estilo desenvuelto y ágil, con una pizca de humor, es la
primera característica del texto, nada que ver con la frivolidad y sí con el
rigor, que sostiene además en una bibliografía nada desdeñable, con todo lo
cual consigue transmitir una sensación de honestidad poco frecuente.
Pero si el análisis de la realidad puede calificarse de
objetivo, el componente subjetivo está muy presente en el libro. La autora mira
desde fuera, pero valora desde su propia experiencia que, como no podía ser de
otra forma, es esencialmente femenina y feminista. Esta es la segunda
característica que define el libro. Aquellas reflexiones sobre la pareja se van
reconduciendo hacia la figura de la mujer como centro, a la vez sujeto y objeto
de las relaciones, en principio hetero, que se han dibujado.
Se introduce entonces en campos que, aunque no exclusivamente
femeninos, afectan, o eso se supone, a la mujer de forma más directa. Siempre
formulándose preguntas y proponiendo respuestas posibles pero ninguna
conclusión, la autora aborda por ejemplo el mito de la belleza, obligación
social muy mayoritariamente aceptada, que el mercado actual esconde bajo
etiquetas de apariencia progresista (salud, autoestima, libertad). O el
complejo tema de la maternidad, que reúne a su alrededor infinidad de
cuestiones que tienen siempre a la mujer en el punto de mira: el posible
bloqueo de la progresión laboral, la inclinación natural a procrear y su
caducidad en el tiempo, le necesidad de darse por entero a la tarea frente a
las teorías de la ‘madre mediocre’ defendidas sobre todo en Francia.
Seduce desde luego el libro con su desparpajo y su demostración
de sinceridad, con la humildad de explorar sin intentar sentar cátedra y, como
decía antes, sin que ese tono fresco y saludable le haga perder credibilidad.
Por lo visto, el libro tuvo un gran éxito en Argentina cuando se editó hace un
par de años, y me parece, además de una lectura agradable e interesante, algo
con lo que las mujeres pueden tanto identificarse como descubrir nuevas
perspectivas a su propia posición en estas cuestiones como, sobre todo, a los
hombres para entender mejor muchas cosas que podemos pasar por alto o
simplemente no querer ver.
P.D.: Se me olvidaba decir, y ya no sé dónde colocarlo, que el libro está escrito casi más en argentino que en castellano, cosa que a mí en particular me ha encantado (me encanta cualquier cosa escrita que traiga el aroma de ese lado del Atlántico), aunque a veces haya tenido que correr a buscar el significado de boliche, levante o petisa.
Ohhhh muy acertado! Lo leí el año pasado y me gustó mucho 😃
ResponderEliminarMe alegro de coincidir contigo, Laura.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por visitarnos.
Muy buena reseña, Carlos, enhorabuena.
ResponderEliminarA mí este libro me gustó muchísimo. Creo que hace un análisis de las relaciones personales (no solamente de pareja) muy certero y muy riguroso, y profundiza sin ser un tostón. Además, me parece que lo hace desde una posición muy sincera (me refiero a ese comienzo en el que explica cuál es su contexto familiar y religioso).
No soy mucho de releer libros pero este sí quiero volver a leerlo para recuperar las sensaciones tan bonitas que tuve al leerlo por primera vez (fue un poco un libro-refugio).
Pues totalmente de acuerdo, claro. Creo que en la reseña no cito los orígenes familiares de la autora a los que te refieres (una comunidad judía ortodoxa diríamos 'de dureza media'), y realmente le aportan un plus de interés, porque la chica parte de un mundo muy cerrado y sumergido en tradiciones muy alejadas de lo que parece la vida y relaciones normales en un país occidental. Así que gracias por recordarlo, Carmen, y encantados con tu visita.
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