Título original: The queen of the damned
Traducción: Carles Llorach
Año de publicación: 1988
Valoración: Se deja leer
En esta tercera entrega de las Crónicas vampíricas nos encontramos con otro libro igual de largo que el anterior Lestat el vampiro (aunque dividido en dos en volúmenes en mi edición de Planeta Agostini) pero mucho más ambicioso en su planteamiento: Anne Rice se desmelena y nos ofrece una visión de un mundo vampírico con nuevos personajes más poderosos -en todos los sentidos- que en las entregas anteriores de su obra.
Si en los dos anteriores libros la autora ya nos colaba el truco de “esto es la interpretación/visión de Louis/Lestat de los hechos acaecidos/conocimientos adquiridos hasta ahora y no la realidad” aquí tendremos que seguir aguantando mecha, pero a estas alturas ya deberíamos estar curados de espantos; lo que nos cuentan como cierto en un lado posteriormente se descubre como falso o incompleto, y no por misterios o ideas y venidas del argumento, sino por pura conveniencia de la autora para poder seguir desarrollando a su antojo y libre albedrío a sus personajes y a su mundo.
En esta novela, aunque Lestat siga siendo el gran protagonista insufrible, caprichoso (cada vez más) y “elegido por el destino por antonomasia” que nos habían relevado en el libro anterior, el peso de la trama recae cada vez más en el resto del elenco: Louis y Claudia desaparecen casi por completo del escenario, pero a cambio personajes presentados anteriormente (Marius, Akasha) se encargan de llevar las riendas de la obra, así como nuevos y poderosos vampiros “antiguos” que nos desvelarán el origen del llamado Don Divino. Por otro lado, acompañando a todos estos nuevos individuos y a sus aventuras viajaremos por todo el mundo (e incluso épocas) para conocer mucho más del mundo vampírico, actualidad y pasado, sin constreñirnos tanto al enclave parisino en el que se desarrollaba el anterior volumen.
Respecto al argumento, como siempre sin tratar de destripar nada, la llamada Reina de los condenados del título vuelve a la vida gracias a Lestat (cómo no) y se enamora perdidamente de él (cómo no x2), dándole nuevos poderes que le harán todavía más poderoso (cómo no x3) a la vez que intenta establecer un nuevo orden mundial en el que ellos dos ocuparán la cúspide de la pirámide (cómo no x4).
Bien, creo que suficiente Lestat por hoy; no nos engañemos, sigue siendo el protagonista indiscutible, y las miles de víctimas sacrificadas para su provecho y el de sus compañeros sigue siendo una verdad incómoda que hay que tragar, aunque la autora insista en representar a algunos de ellos como buena gente, incluso admirables (¡e incluso los hay que no necesitan ya beber, pero lo hacen por capricho! ¿para qué meterse en ese berenjenal, me pregunto yo? ¿no sería más cómodo dejar esa falta de necesidad como una realidad y poder empatizar más con los protagonistas?). Pero yo tampoco les quiero engañar a ustedes, lo cierto es que la volubilidad y la ambigüedad moral de seres tan poderosos es quizá lo que más me atrae de esta saga y lo que me parece de mayor valor literario en el conjunto de las novelas; es lo que me atrae a seguir consumiendo novelas de esta saga, que espero poder reseñar en el futuro y traer a este blog; no obstante, creo que el calificativo de Se deja leer es el más apropiado. Sigue habiendo que comulgar con demasiadas ruedas de molino y hay fallos evidentes en el argumentario y en el desarrollo
de la historia y personajes, pero ofrece un buen rato de lectura entretenida y sin pretensiones.
Sin más, solo mencionar que de esta novela, conjuntamente con la anterior, se rodó una película de la que hablo en su respectiva reseña (la de la novela, no la de la película) y que, según su entrada en wikipedia, se fumó tranquilamente tres cuartas partes -o más- del libro. Ni la he visto ni me atrevo a recomendarla, solo les digo que se queden con el libro, lo disfrutarán más y les irá mejor.
Firmado: EPS
Otras obras de Anne Rice en ULAD: Entrevista con el vampiro, Lestat, el vampiro
El resto de las novelas de esta saga te las puedes ahorrar, sinceramente, como admiradora de Anne Rice confieso que las tres primeras me encantaron pero ya a partir de la siguiente es un completo y continuo desbarre... Quizá "La momia" es más disfrutable.
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