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lunes, 28 de noviembre de 2022

Gabriela Wiener: Huaco retrato

Idioma original: español

Año de publicación: 2021

Valoración: recomendable

En Huaco retrato Gabriela Wiener hace un ejercicio, casi, de triple reflexión. Una la emparenta con cierta brillante novela de Patricio Pron: el escritor de origen latinoamericano curioso por indagar en sus ancestros, en aquella primera generación de europeos a los que diferentes circunstancias empujaron a establecerse al otro lado del Atlántico y como sus descendientes sienten el impulso de cuadrar el balance. En este caso es Charles Wiener, un explorador austríaco que se aventura por Perú y lo hace desde la perspectiva siniestra y reaccionaria habitual de la época. Es decir, a cambio de su presencia allí en nombre de un eventual progreso, se apropia de cuanto no es suyo. Desde objetos artísticos, esos huacos retratos, porcelanas figurativas, hasta personas. Su descendiente, la escritora que se apellida de forma tan exótica para sus orígenes más inmediatos, detalle que regresa esporádicamente a la narración. No se considera blanca, sus rasgos conservan poderosos detalles raciales, y busca entre los recuerdos de la familia a esa nativa seducida por el hombre blanco, el que implacable se erige por encima de los pobladores originales y los desprecia, humilla y ridiculiza. En esa búsqueda llegará a conocer mucho a sus generaciones más cercanas, como ese desprecio ha desaparecido o ha fundido a gris.

En medio de esa investigación, surgen otras líneas argumentales, y aquí Wiener, prosa decidida, estilo depurado, cercanía con el lector, efectúa otro retrato, este casi un autorretrato en la que, como en otra excelente novela de Santiago Gamboa, el trasfondo de la migración se apodera de la trama,. Wiener es una escritora peruana establecida en Madrid, subsistiendo de sus libros y colaboraciones. Un entorno al que se ha adaptado pero en el que le cuesta todavía considerarse una más. La identidad cuyo complemento busca no parece consolidarse al completo. Aún se ve una sudaca, una persona a la que los madrileños se han ido adaptando y ya no miran sorprendidos, pero a la que siempre le va a faltar algo para ser considerada uno de los nuestros. Aquí la reflexión se torna más matizada y subliminal. La dicotomía propio/ajeno es un difícil escollo y, aunque no se trate de una crítica social en toda regla, sí que es un riachuelo que discurre junto al texto. Lo cual completa con su integración en un curioso triángulo amoroso. Convive con un hombre y una mujer en una relación a tres bandas que presenta las complicaciones morales y logísticas propias. Toda esa composición justifica el título del libro. El Huaco retrato que muestra sus rasgos casi caricaturizados lo constituyen esos tres esbozos; curiosidad por la identidad original, adaptación en curso, opción por relaciones poco convencionales. Sobre todo, un texto directo y sincero que elude el preciosismo y va directo al grano.

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