Valoración: Está bien
Nos trasladamos en esta ocasión a Afganistán de la mano de Luis Salvago, suboficial del Ejército del Aire y escritor (ahí es nada), y de esta Los lugares verdes en la que asistimos a una historia envuelta en los velos de lo local pero absolutamente universal. Los velos de lo local hacen referencia al paisaje geográfico, social y cultural, protagonistas todos ellos de la novela, y lo universal se observa en unos personajes marcados por la culpa, el miedo, el dolor, la venganza, las presencias impalpables, etc.
La vida es eso: afectos que aparecen, que desaparecen, y entre unos y otros, en ese tortuoso camino, mediamos nosotros, iguales o diferentes, calculando el valor de lo que amamos, esforzándonos en olvidar todo aquello que una vez fue referencia y luego fue obstáculo
Tres son los vértices del triángulo en lo que a personajes se refiere (Ismail, Najimulah y Saira) y dos son los opuestos que los dos últimos encarnan (los equívocos y lo prohibido frente a las certezas y lo preestablecido) en un texto que no deja de ser una novela de formación, más allá de su apariencia hasta cierto punto folletinesca como si de un Brokeback Mountain afgano se tratara.
Porque Los lugares verdes es la historia de un amor prohibido (buscad en internet "bacha posh" y alucinad) en un contexto como el Kabul postalibán (o pretalibán, también), pero es también la historia de una toma de conciencia.
Entre los aspectos más destacados del texto cabe mencionar:
- Lo personajes de Ismail y Najimulah, los más completos y complejos, los más trabajados en mi opinión.
- La conjunción entre naturaleza, paisaje urbano y personajes.
- El tratamiento otorgado a las diferentes violencias que atraviesan el texto
- El tono lánguido y el ritmo de la novela en una primera mitad en la que la acción y el lirismo funcionan adecuadamente
En el lado menos positivo habría que citar:
- Ciertas reiteraciones en la segunda mitad del texto que rompen ese ritmo inicial
- La impresión de que muchos personajes hablan de forma muy parecida
- Un exceso de afectación en determinadas escenas
- El final de algunas de las tramas secundarias, demasiado "sencillo"
En resumen, novela algo irregular que supone el acercamiento a una realidad muy muy particular que no deja de esconder sentimientos completamente reconocibles para todos.
Desde mi posición de lectora, me gustaría exponer mi opinión.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que destaca especialmente la conjunción entre acción y lirismo, tanto como la unión de la naturaleza y el paisaje urbano.
También para mí ha sido sorprendente conocer a través de esta ficción la realidad afgana de las "bacha posh" e ir descubriendo con el protagonista la toma de conciencia necesaria para entender todo lo que ocurría en realidad.
Sin embargo, en los puntos débiles debo discrepar. La afectación de las escenas es proporcional al lirismo intelectual que impregna toda la narrativa desde su inicio hasta su final. Ese trasfondo cultural, intelectual, sentimental que rodea a los personajes los une en un plano diferente al que rigen las normas de los convencionalismos sociales.
Por otro lado, esa unión no quita que cada personaje tenga su propio mundo interior trabajado (incluso Saira, que aparece escuetamente, está retratada con las líneas generales que la definen a la perfección) y hable desde una voz muy particular. En especial reflexiono ahora sobre el Ulema, un personaje muy importante, casi que sobrevuela por encima de los demás. Él es la encarnación de este mundo lírico del entendimiento y es él quien contamina a los demás personajes con esa forma de hablar tan suya. Sin embargo, no todos son capaces de mantener las formas y es en esas particularidades donde se definen.
El mundo del protagonista es relativamente pequeño (trabajo en la universidad, familia, amigos convertidos en amores). Por ello, en él se encuentran bien hiladas las tramas secundarias, dándoles finales coherentes con los recuerdos que aparecen sobre estos personajes "de fondo". Si bien es verdad que hay reiteraciones que alteran el flujo de la narración, estos recuerdos, algo confusos cuando empiezan, terminan dando una información clave al lector que le hará disfrutar del resultado.
Los lugares verdes es una novela interesante, diferente a las habituales y en la que destaca la perspectiva tan cercana tratada con enorme respeto de un país extranjero para alguien que lo ve desde fuera, con su experiencia propia y relativa. Cuando se lee, el texto te hace viajar, y eso es algo muy difícil de conseguir con el déficit de atención hoy en día. ¿Y la portada? Una maravilla. Ya echo de menos a Ismail y a Najimulah, sus gestos delicados y sus profundos sentimientos encontrados con el deber.
¡Espero que de aquí salga una gran conversación sobre este libro!
Un abrazo,
Elvira.
Hola, Elvira
ResponderEliminarPues lo primero que tengo que hacer es agradecerte el comentario: enriquecedor, completo, educado... en fin, un lujo!
Por lo que se ve, la novela te ha gustado bastante más que a mi. La historia es muy buena y coincido plenamente con lo que dices en último párrafo. En cuanto al lirismo de la novela, me temo que no nos vamos a poner de acuerdo. Quizá sea un tema de gustos o, simplemente, que no es mi tipo ideal de novela.
En cualquier caso, algo ha de haber en la narrativa de Salvago para que tenga por casa su anterior novela esperando su turno. ¿La has leído?
Abrazo!!