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lunes, 25 de octubre de 2021

Manuele Fior: La entrevista

 Idioma original: italiano

Título original: L'intervista, L'entrevue? *

Año de publicación: 2013 (recientemente reeditado en bolsillo)

Valoración: Está bien


Hacía años que no me acercaba a la novela gráfica, aunque lo empecé a remediar hace unos meses, y es de esos proyectos que siempre planeas y nunca acaban de concretarse, básicamente porque se interponían otros, más parecidos a lo que suelo leer, y eso les convertía, sin ningún otro motivo, en prioritarios. También tengo cierta reserva hacia esos volúmenes inmensos, de tapa gruesa, que pesan un quintal, no caben en ninguna estantería y te los acabas en menos de una hora. Confieso, pues, cierto desfase respecto a este género, que siempre me ha apasionado y que en otro momento consumía con relativa frecuencia.

¿Se puede tener telepatía con un libro? No creo, pero como en ficción cabe casi todo  y la cosa hoy va de leer mentes ajenas, les cuento. Encontré mi ejemplar en una librería que no había visitado nunca, simplemente entrando y parándome delante de él, sin poder quitar los ojos de la portada, como si me estuviera llamando desde que iba andando por la calle. Me pareció una buena ocasión para reanudar antiguos hábitos, porque siempre me han interesado el dibujo de los historietistas como una rama a destacar del dibujo y las historietas gráficas no infantiles por su extraordinaria síntesis de argumentos complejos, también para ponerme al día sobre las nuevas corrientes conociendo a autores nuevos para mí.

Manuele Fior es un ilustrador italiano que lleva casi dos décadas viviendo en París, fue ganador en el festival de Angulema en 2011 etc. Esta es su tercera novela gráfica. Cinco mil kilómetros por segundo, la novela premiada, es como la que comentamos una historia de amores imposibles y su primer argumento original. Antes había publicado La señorita Else, adaptación de una novela convencional ambientada en los años veinte del siglo pasado, y aunque su estilo como dibujante es inconfundible, la estética, casi decimonónica, es radicalmente distinta a esta novela que, utilizando exclusivamente el blanco del papel y el negro de la tinta, pretende situarse en un futuro próximo –y a veces no tan próximo– mediante rasgos, quizá, no demasiado relevantes. Aunque creo que el argumento, sin duda interesantísimo como premisa para un producto de ficción, es lo que más flojea, quizá por falta de experiencia en cuestiones narrativas. Pero el conjunto promete y habrá que dar tiempo al autor para que vaya evolucionando.

Como decía, el relato se sitúa en un futuro alcanzable, solo tres décadas y media después de la publicación original, y se desarrolla a varios niveles, de contenido tan ambiguo como las propias viñetas. En el ámbito privado, hay un matrimonio en crisis, una historia de amor inter-generacional y crisis existenciales diversas, entre ellas una posible patología psiquiátrica que resulta no ser tal. El aspecto social muestra un intento de renovar las relaciones amorosas aportando una solución poco original, algo así como el amor libre o el poli-amor, aquí concebido como movimiento organizado y llamado de otra manera. Por último, la capa que nos sitúa en el ámbito de la ciencia ficción (o novela especulativa) se reduce a ciertas alusiones a una ciencia algo más avanzada que la actual, a la intervención de un poder extraterrestre –consistente en la aparición de extrañas luces nocturnas y en un ocasional caos tecnológico– que, se adivina, interviene en los pensamientos de las personas y en la creciente facilidad de estas para adivinar los pensamientos ajenos. Sorprendente competencia humana que culminará varias generaciones más tarde.


Todo ello sugerido más que contado, un procedimiento que da buenos resultados cuando el autor se guarda parte de la información pero que chirría si esta no existe. E intuyo que este es el caso porque quedan demasiados hilos sin cerrar, en realidad todos. No sabemos cómo interactúan con los humanos los seres de otras galaxias, ni quiénes son, ni mucho menos sus motivos. Ignoramos si el movimiento erótico-amoroso triunfó a nivel general o se quedó en mera intentona. Ni siquiera la evolución de las historias particulares, agresión domiciliaria incluida, encuentra un desenlace aunque sea abierto. Del futuro, solo sabemos que la telepatía triunfó, que llegó a generalizarse y que esto se considera –en el siglo XXII– un gran avance, pues permite conocer completamente a los otros. ¿Avance? Me parece más que discutible, pero es mi opinión personal.

Faltaría hablar de la dichosa entrevista pero eso sucede en el futuro del futuro y tendría que adelantar demasiada información.

* (No me ha quedado claro en cual de los dos idiomas fue escrita la novela, me consta que apareció en ambos con pocos días de diferencia y que la traducción al castellano se ha hecho desde el francés).


Traducción: Regina López Muñoz 

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