Idioma original: Español
Año de publicación: 1953
Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)
Año de publicación: 1953
Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)
La editorial Contrabando recupera para el público español El derrumbamiento, una heterodoxa antología de la uruguaya Armonía Somers publicada originalmente en 1953. Los cinco relatos compilados en este volumen abundan en truculencias, sexo y violencia, pero también en simbolismo.
El cuento que da inicio al libro, que es el que le presta el título, narra la odisea de un hombre negro que acaba de matar a alguien y que, en su huida, termina en un refugio miserable. Allí se encuentra con la Inmaculada, quien le pide algo inaudito. A mi juicio, ésta es la obra más inequívoca del conjunto; y, pese a todo, tiene varias interpretaciones.
"Réquiem por Goyo Ribera" explora en retrospectiva una relación sumamente oblicua. De esta historia destacaría la opacidad con que se abordan las cosas y la atormentada psicología del protagonista.
Por su parte, "El despojo" trata sobre un peón de granja que viola a una adolescente y luego es amamantado por una campesina. Una fumada en toda regla, vamos, que logra fascinarnos por completo.
"La puerta violentada" va de un peluquero que enloquece por no haber ganado la lotería. Es, quizá, mi pieza favorita, aunque el resto no le vayan a la zaga.
"Saliva del paraíso" es un ejercicio literario la mar de sugerente. Explora varias escenas en paralelo, colindantes en un mismo espacio urbano. Ah, y tiene un final sobrecogedor.
Resumiendo: estas ficciones de Somers me han gustado mucho. Son vanguardistas, herméticas y originales, y han sido redactadas con una pluma sensible e inteligente. Sin embargo, no las recomendaría a gran parte de los lectores. En primer lugar, porque el lenguaje con que han sido modeladas no tiene nada de convencional. Además, porque tocan ciertos temas (la religión, el deseo, la pobreza...) desde un ángulo provocadoramente audaz, de modo que pueden ofender a algunos. Y, sobre todo, porque una vez las terminas te dejan con la impresión de que no has captado ni la mitad, y eso puede llegar a frustrar. A no ser, claro, que te gusten los desafíos (los desafíos con recompensa, se entiende), como sucede con un servidor.
También de Armonía Somers en ULAD: De miedo en miedo
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