Año de publicación: 2021
Valoración: Muy recomendable alto
Si se quiere hacer
justicia a esta novela, la última de su autora a día de hoy, lo mejor es decir poco
y sugerir mucho. Por dos motivos: porque el texto no llega a las doscientas
páginas y dar demasiados detalles acabaría por dejar pistas que es mejor
descubrir por nosotros mismos y porque se trata de un artefacto literario tan
exacto como el mecanismo de un reloj: en cuanto se pone en marcha no hay mucho
más que decir. Y lo mejor de todo es que no se nota, que aunque escritas en
tercera persona parecen las reflexiones auténticas de un chico pobre, poco
instruido y bastante desorientado en general. Podemos creer perfectamente -se entiende, dentro de las convenciones literarias- que
es el propio Polo quien nos habla, en primer lugar, por su lenguaje, que revela
su país, extracción social y hasta edad y sexo sin ningún género de dudas, pero
también, y no menos importante, por esa mentalidad que en su inmadurez apuesta
por el “sálvese quien pueda” de los
desencantados de nacimiento, de los que observan mucho pero carecen de
perspectiva, de aquellos que sin que intervenga la razón, solo a través de su propia
furia –hacia su entorno e incluso hacia su persona–, comprenden que han
nacido sin futuro y que por sus propios medios pueden no encontrarlo jamás.
No obstante, gracias a la
magia de la literatura, su prosa es rica, compleja, descriptiva, colorista,
arraigada a la tierra y llena de matices. La impresión de autenticidad se
consigue gracias tanto a vulgarismos y expresiones populares como a un dominio excepcional
del idioma, aunque lo aconsejable sería no fijarnos en tal cosa y dejarnos
arrastrar por ese torrente de palabras. Solo diré que he creído encontrar ecos
de Rulfo, García Márquez, incluso de Carpentier; en cualquier caso la huella del
viejo boom latinoamericano es
indiscutible.
Polo es un joven, hijo de
soltera, que vive modestamente en Progreso –barriada colindante con la opulenta
urbanización Páradais– en compañía de su madre y su prima. En Páradais ejerce
de jardinero, recadero y en general de chico para todo. Su edad exacta, que
podemos intuir más o menos, no se nos desvela –y esta es una genialidad más de
la autora– hasta casi el último momento. Miseria, miedo, misoginia, ambición e inexperiencia
se alían para forzar a este inolvidable personaje a una huida hacia delante que
con solo imaginarla da escalofríos. Su carácter es más bien huraño y poco
sociable, pero acaba manteniendo una amistad utilitaria con un chaval más joven,
Franco, residente en la urbanización, al que no le falta de nada y tal vez por
eso se muere de aburrimiento. Algo que a esa edad puede provocar las más
delirantes fantasías. El retrato que hace de ambos es sencillamente magnífico,
por eso, según avanza el argumento empezamos a barruntar cómo puede
acabar tanto despropósito. Pero solo a grandes rasgos, pues Melchor dosifica perfectamente los datos, nos engaña haciéndonos creer que nos lo está contando todo y a partir de cierto momento, a intervalos, nos vamos topando con una sorpresa tras otra. Y es que unas veces hace decir a Polo
verdades a medias, otras acabamos dándonos cuenta de que este no es más que un iluso
y la realidad es muy diferente, lo que da lugar a que nada sea previsible del
todo y la intriga se mantenga hasta el final.
La (cruda) realidad que se nos transmite funciona, por una parte, como metáfora a pequeña escala de una situación social abrumadora (ambición sin límites, pillaje, violencia sexual, crímenes en cadena, agresión a inocentes) y por otra como la puesta en escena de ese panorama tal como se vive en ciertos ambientes (desigualdad extrema, falta de perspectivas, mafias que unas veces se temen y otras se convierten en el único horizonte disponible, ajustes de cuentas). Una pieza que recuerda a
cierto género cinematográfico y a la que no sobra ni falta de nada, un engranaje
puesto en marcha con solvencia, que avanza sin un solo fallo gracias a la perfección de su técnica y que, a pesar de ello, se centra en lo humano tanto para
caracterizar personajes como para manejar los resortes emocionales del lector.
Magistral es la palabra.
También de Fernanda Melchor: Aquí no es Miami, Temporada de huracanes
Qué buena pinta. Tengo pendiente "Temporada de huracanes", pero a juzgar por tu reseña este es todavía mejor...
ResponderEliminarHola Santi. No he leído Temporada de huracanes, así que no puedo compararlas, pero mejor que esta no creo que sea, será igual como mucho. Yo aprovecharía que esta está recién salida del horno y empezaría por ahí.
ResponderEliminarEso sí, cuando la leas no te olvides de pasar por aquí a contarlo. Se admiten discrepancias.
He podido rescatar este comentario que se ha borrado del blog.Lo inserto tal cual:
ResponderEliminarSEBASTIÁN
19 de abril de 2021 (00:06)
Hola, Montuenga
A mí también me gustó bastante Páradais, lo primero que leí de Melchor. Igual me llamó la atención que el narrador por momentos parecía fundirse con el protagonista. Lo que tú mencionas del niño pobre habando. En realidad, muy interesante ese juego de perspectivas. La rabia de clase que tenía Polo, lo mejor del libro.
Les dejo mi reseña, por si quieren checarla.
https://www.goodreads.com/review/show/3832682464
Aquí mi respuesta:
ResponderEliminarSebastián, creo que tenemos una opinión parecida, no sólo sobre la calidad de la novela sino sobre lo que significa y sobre cómo y por qué va a impactar a los lectores. Tu reseña es estupenda, te has centrado en ese impacto y te ha quedado muy emotiva. Recomiendo su lectura sobre todo después de haber leído Páradais, y es que uno de los puntos fuertes de esta lectura es no saber lo que se nos está contando hasta que hemos llegado al meollo de la historia. Por eso hablo de que gradúa con mucha sabiduría la información.
Así que, para los que penséis leer la novela, advierto que el enlace CONTIENE SPOILERS, no lo desvela todo pero da algúnas pistas.
Hago aquí el comentario de su novela anterior porque al tener esta reseña fecha más actual lo leerán más lectores.
ResponderEliminar"Temporada de Huracanes" es un descubrimiento. Un novela vertiginosa con un prosa que no da tregua y un elenco de 6 o 7 personajes envueltos en una impactante miseria y sordidez.
Su lectura es, siguiendo vuestros calificaciones, MUY/BASTANTE recomendable
"Paradais", ya comprado lo leeré, en los próximos meses.
Hago aquí este comentario porque al tener fecha más actual lo leerán más lectores.
ResponderEliminar"Temporada de Huracanes" es un descubrimiento. Un novela vertiginosa con un prosa que no da tregua y un elenco de 6 o 7 personajes envueltos en una impactante miseria y sordidez
"Paradais", ya comprado lo leeré, en los próximos meses.
Pues aquí estaremos, Mía, por si te apetece comentar algo cuando la hayas leído.
ResponderEliminarCon tan buena reseña tuve que comprar el libro por Sant Jordi. Qué narrativa tan potente. Esos largos párrafos que parecen a veces una sola oración de una página entera llena de subordinadas, se leen casi sin respirar, un torbellino de palabras, cómo si fuera Polo quien hablara, sí, con todas sus fustraciones y con esa mirada de rencor hacia el mundo. Con el alma encogida esperando el desenlace que se masca en tragedia. Con el alma encogida al acabar. Tanta dureza y tan extraordinariamente narrada.
ResponderEliminar¡Exacto! Eso es lo que se siente al leerlo, por eso engancha tanto. Saludos y gracias por la confianza.
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