Título original: On n’y échappe pas
Traducción (al catalán): Adrià Pujol Cruells
Año de publicación: 2020
Valoración: Está bien
En 1950, a Boris Vian se le ocurre una idea para una novela negra; redacta su sinopsis y los cuatro capítulos que la inician, pero no tarda en abandonar el proyecto. Lástima, pues prometía saludables dosis de acción, sangre y sexo, igual que otros trabajos que el autor publicó bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan. Por suerte, OuLiPo toma el relevo, más de medio siglo después de su muerte. Y así, de este ejercicio de escritura colectiva, nace On n’y échappe pas.
El resultado es bastante satisfactorio. Quizás no tanto como Escupiré sobre vuestra tumba, obra sullivaniana formidable, pero satisfactorio a fin de cuentas. Estamos frente a un texto de apenas 150 páginas; que homenajea al género en el cual se adscribe; con una prosa que cumple holgadamente en las escenas más complejas; habitado por personajes familiares pero no arquetípicos; atravesado por temas turbios y reflexiones inquietantes; capaz de hallar varios "leimotiv" la mar de sugerentes (el pasado, una mano protésica, el fuego...); y que, para colmo, hace un retrato oblicuo de los Estados Unidos de finales de los años cuarenta.
Su premisa es la siguiente: Frank Bolton regresa a su país tras ser herido en la guerra de Corea. Una vez allí, descubre que todas las mujeres a las que amó están siendo asesinadas. Tipo duro hormonado debe enfrentarse a sus demonios y salvar el día, vamos. Como habréis podido apreciar, este argumento no presenta grandes innovaciones. Si os soy sincero, ni siquiera el giro de tuerca que nos depara me sorprendió demasiado. De hecho, hubiera preferido que, en determinados pasajes, el relato se tiñera de ambigüedad para que la identidad del asesino fuera menos obvia.
Sin embargo, tengo que admitir que esta historia me ha fascinado. Su tono fatalista es exquisito, tiene ramalazos poéticos que enriquecen al conjunto, su narrador es bastante carismático y, por encima de todo, plantea unas dinámicas entre el protagonista y su familia que resultan sumamente interesantes. En cuanto a aspectos negativos de On n’y échappe pas, destacaría su ya mentada previsibilidad (inevitable, por otra parte, teniendo en cuenta que es un "noir" de pura cepa), su abuso de las conveniencias y su tendencia a desaprovechar a algunos de sus personajes.
En todo caso, insisto en que esta entretenida novela negra hará las delicias de los amantes del género. Sus defectillos son fácilmente perdonables, o incluso quedan opacados por sus meritorios logros. Y su peculiar gestación sólo le añade encanto al producto.
También de Boris Vian en ULAD: Aquí
Ah!! Pues me lo has dejado clarísimo y más con ese remache Oriol. Si me la encuentro de segunda mano o en biblioteca, voy con ella. El género me gusta porque es uno con los que me puedo desenchufar muy bien del mundo, es decir, me calma la mente.
ResponderEliminarAbrazos fraternos y l🌀c🌀s