Año de publicación: 2019
Valoración: Bastante recomendable
Dice el prólogo de Juan Forn (con gran acierto, por otra parte) que «Las malas es un relato de infancia y un rito de iniciación, un cuento de hadas y de terror, un retrato de grupo, un manifiesto político, una memoria explosiva, una visita guiada a la fulgurante imaginación de su autora y una crónica distinta a todas, que viene a polinizar la literatura».
No seremos nosotros quienes llevemos la contraria al prologuista, pero sí que haremos alguna puntualización / comentario / apostilla. Pero antes, resumen resumido: la joven Camila se une a la tropa de travestis que se prostituyen en el Parque Sarmiento, una extraña familia que orbita alrededor de la Tía Encarna. Pasado, presente y futuro se fundirán en su relato de crecimiento, en la historia de la propia Camila Sosa, escritora, dramaturga y actriz reconocida en su Argentina natal, quien concibe la escritura como un acto revolucionario: la transformación de la vergüenza, el miedo, la intolerancia, el desprecio y la incomprensión en alta prosa.
En nuestra opinión hablamos de un libro dual en varios aspectos: en él se combinan la novela de formación y la crónica, la poesía (muy vinculada al realismo mágico) y la cruda realidad, tragedia y comedia, grandeza y miseria, lo lúdico / festivo / hedonista y lo sórdido. Se trata, por otra parte, de un libro hecho de gestos que habla del machismo, del peso de la cultura, de la intolerancia, el miedo y la vergüenza. Destaca el tratamiento de la siempre peliaguda cuestión de la prostitución sobre la que la autora vuelca, a través de su propio testimonio, una serie de reflexiones que no deberían dejarnos indiferentes y que deberían incorporarse en el debate que ya se está manteniendo desde el mainstream.
Desde luego, es innegable que se trata de un texto que posee una fuerza tremenda, ya sea leído como novela de formación o como crónica. El texto abre una brecha en el muro que hasta ahora se interponía entre el lector y los hechos; es constante la sensación de que se nos está revelando una realidad horrenda y maravillosa al mismo tiempo mediante un testigo impagable, ya que si son bien pocas las mujeres trans que han sobrevivido a una vida marginal inmersa en la prostitución, aún son menos las que han conseguido hilar un relato sólido y emotivo desde una voz tan genuina y autoconsciente.
Otra cosa es que la suma de novela de formación y crónica funcione igual de bien que cada uno de los sumandos.
Por sí sola, la «novela de formación», esa en la que se narra la infancia y la adolescencia de Camila, la toma de conciencia de su sexualidad y las reacciones que ello provoca en su entorno, etc es terrible y magnífica, conmueve y remueve al mismo tiempo. Al final es la narración de cómo Camila se abre furiosamente paso a través del cuerpo de Cristian a pesar de tener a su familia y su entorno en contra y de la conciencia de que está dejando todo atrás para convertirse en una desheredada.
Por su parte, la «crónica», esa en la que se narran diferentes historias de los variopintos personajes que atraviesan el pasado más reciente y el presente de Camila, posee fuerza e imaginación, belleza y podredumbre a partes iguales, aunque nos da la impresión de ser algo reiterativa. La crónica se desarrolla alrededor del grupo de travestis liderado por la Tía Encarna al que Camila se une sin dudarlo; la miseria y la violencia a la que todas ellas se enfrentan diariamente en la calle contrasta salvajemente con el amor y la humanidad que las inunda de manera natural cuando se hallan en el seno de su particular familia. El retrato de su convivencia y de sus extrañas aventuras es hermoso y conmovedor a la vez que devuelve cierta esperanza hacia la bondad que supuestamente reside en el ser humano.
«Inmediatamente noté que todas estaban a sus pies y que, en caso de peligro, ella era quien se ponía delante de los golpes. Me arrebujé bajo su ala, bajo sus plumas iridiscentes. Aquella pájara multicolor nos protegía de la muerte.»
Es, en cambio, la suma de la partes lo que nos parece que no termina de cuajar. Transmite la sensación de ser algo deslavazado, desordenado, como escrito a trompicones. Esto no es óbice para que, especialmente por lo comentado en párrafos anteriores, nos encontremos ante una obra de un alto valor literario y absolutamente necesaria para dar visibilidad a realidades que tan incómodas resultan para las mentes «bien pensantes». Todos sabemos que las cosas no han sucedido hasta que no son contadas.
Beatriz Garza y Koldo CF
Hola, compañeros:
ResponderEliminarDespués de leer vuestra excelente reseña y de haber leído el otro día a Fernanda melchor y a la espera de hacerlo con el último libro de Mónica Ojeda, se me ocrre que deberíamos elaborar un ránking o al menos una lista en plan "Un, dos, tres..." de escritoras latinoamerinas actuales sin pelos en la lengua (es decir, en la pluma). Algo así:
-Por veinticinco pesetas cada una, dígannos escritoras latinoamericanas actuales sin pelos en la lengua (es decir, en la pluma). Por ejemplo, Camila Sosa Villada. ¡Un , dos, tres, responda otra vez!
-Camila Sosa Villada.
-Fernanda Melchor...
-Mónica Ojeda...
- MARIANA!!!
ResponderEliminar- Fernanda Ampuero (sus relatos te molarían, fijo)
- Vera Giaconi
- Natalia García Freire
- Liliana Colanzi
- Marina Travacio (a la que yo no he leído, pero de la que hablan maravillas)
...
¡El boom latinoamericano del S. XXI será femenino (y feminista) o no será!
Sí, ya he leído a María Fernanda Ampuero. Encaja perfectamente en el grupo...
ResponderEliminarAñado a las argentinas Samanta Schweblin y Selva Almada (a María Gainza la veo un poco fina, para lo que yo digo)...
Sí, gran idea!! No aporto nombreplumasinpelos porque no conozco ninguna aún, ni las que nombran, así que gracias.
ResponderEliminarQué así sea:
¡El boom latinoamericano del S. XXI será femenino (y feminista) o no será!
Abrazos fraternos y l🌀c🌀s
Añado la venezolana Michelle Roche Rodríguez, sin duda...
ResponderEliminarEn el dia de la hispanidad..
ResponderEliminarGran reseña.
Kempes. Gracias a todps ustedes
Es una novela impresionante desde todo punto de vista. Y muy bien escrita. Incluso da la impresión de que esta historia no podría haber sido contada sin sus desbordes y desprolijidades.
ResponderEliminarGuadalupe Nettel, imprescindible.
ResponderEliminarPremio Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a la mejor novela escrita en 2020 por una mujer y Mejor Libro del 2020 para Letras Corsarias. En la de El Pais está el 14, menos mal,será para disimular. Imposible no desconfíar. Regalo navideño. Leído. Entretenida, para echar el rato, poco más. De ahí a flipar hay un mundo.
ResponderEliminarA los amigos charros de Letras Corsarias se les va la pinza. No sé como no han elegido la última de Gómez Jurado, esa sí que tiene calidad.
EliminarPues sí, Rosa. Como "medio autor" de la reseña estoy de acuerdo contigo. Está bastante bien, pero de ahí a que sea uno de los libros del año...
EliminarY lo fino que se pone Gómez-Jurado en el ABC! Consejos doy que para mi no tengo. Que lo venda como churros me parece formidable. Pero el listón de exigencias de su columna podría bajarlo un poquito. Cosas veredes
ResponderEliminarLlego horriblemente tarde a este foro, por lo que pido disculpas a los comentaristas y al compa medio autor de la reseña.
ResponderEliminarNo puedo entrar en la discusión sobre autoras latinoamericanas, con las que no tengo demasiada experiencia lectora.
Pero no puedo estar más de acuerdo con lo que dice Dr. Fabián, sobre todo en lo de que "no podría haber sido contada sin sus desbordes y desprolijidades". Efectivamente, no es técnicamente redonda ni perfecta (pero no es para nada ningún churro como tantos otros) pero transmite e ilustra la realidad de las mujeres trans con tanta verosimilitud, intensidad y emoción que a lo mejor eso debería estar por encima de otras consideraciones. Si a eso le sumamos la necesidad imperiosa que tenemos de que se le de visibilidad a todas las realidades que conforman nuestra sociedad diversa, pues a lo mejor no es tan descabellado que sea libro del año. ¿Qué significa, al fin y al cabo "libro del año"?
Me ha parecido una maravilla de libro.
ResponderEliminarHasta ahora mi vision de los travestis se limitaba a pelis de Almodovar o a algun local de Barcelona tipo El Cangrejo.
Esto es otro nivel.
Pienso que hay que escribir muy bien para hacer sentir casi que formas parte de un universo que hasta ahora era muy desconocido para mi.
Me recuerda algo a Pedro Juan Gutierrez y sus historias de la Habana. Especialmente en el sentido de escribir sobre lo que has vivido
Saludos
Geronimo