Título original: Nu Drini Cuprija
Año de publicación: 1945
Traducción: Luis del Castillo
Valoración: Muy recomendable alto
“Un puente sobre el Drina” es considerada por los expertos en la materia como la obra cumbre de Ivo Andric, primer y último (por ahora, porque vayan ustedes a saber cuál será el mapa de los Balcanes dentro de 100 años) yugoslavo galardonado con el premio Nobel de literatura.
No soy un experto en nada y
desconozco la práctica totalidad de la obra de Andric, pero desde luego “Un
puente sobre el Drina” es una magnífica novela. En ella se narran más de cuatro
siglos de la historia de Visegrad, ciudad bosnia (antes yugoslava, autrohúngara
y otomana) situada a escasos kilómetros de la frontera serbia, en la que
durante años convivieron, cooperaron, odiaron, tuvieron miedo, hicieron
negocios, se enamoraron, murieon, mataron, desconfiaron… cristianos,
musulmanes y judíos, serbios, turcos, bosnios, judíos de Galitzia, alemanes,
etc.
Es precisamente el puente y su
condición de nexo entre dos mundos (Oriente y Occidente, el Islam y el mundo
cristiano) lo que da sentido global a la novela y sirve como marco a un texto
en el que los individuos y sus destinos semejan pequeñas marionetas movidas por los
hilos de la Historia (con mayúscula). Ese es uno de los principales puntos
fuertes de la novela, el de introducir a seres corrientes y sus pequeñas historias
en el curso de la Historia y lograr trascender de lo individual a lo colectivo
formando así un relato en el que se entrelazan pasado, presente y futuro de una
región marcada tanto por períodos de relativa paz, prosperidad, calma, cooperación
y convivencia multiétnica como por revueltas, insurrecciones, guerras y violencias.
Porque en ciertos hombres existen odios infundados que son más grandes y más fuertes que todo lo que los demás hombres pueden crear o inventar
Dentro del texto podemos
distinguir, fundamentalmente, dos partes: la que abarca desde la construcción
del puente (allá por 1570) hasta la llegada del Imperio Austrohúngaro (1878) y
la que abarca desde 1878 hasta la Primera Guerra Mundial.
La primera de ellas (1570-1878)
vendría a ser más una novela histórica “pura” en la que el peso de los hechos
históricos novelados es superior a la de las historias individuales que en
aquellos se insertan. La propia construcción del puente, por orden del visir
Mehmed-Pasha Sokolovici, niño de origen serbio raptado por las tropas del
sultán con el fin de servir a este como jenízaro, prefigura el destino de la
región y da una idea del carácter legendario (en lo referente, sobre todo,
a la formación del imaginario colectivo de los diferentes grupos de Visegrad) y
oriental que se puede apreciar en esta primera parte, más poblada por historias
brutales de venganzas de sangre, matrimonios concertados, muchachas de belleza
sin igual, etc.
La segunda de ellas (1878-1914),
que ocupa algo más de la mitad del libro, vendría a ser una novela más “política”.
La Historia, que se acelera y provoca cambios vertiginosos en las costumbres de
los individuos y la ciudad, que destruyen y modifican a los estos, que les
hacen olvidarse de la realidad para poder soportarla, pierde peso a favor de
las pequeñas historias de seres como Lotte, los estudiantes Stikovic o
Glasichanin, el comerciante Ali Hodja, etc. Fundamental en esta segunda parte
de la novela son los debates políticos que se suscitan entre algunos de los
protagonistas, debates en los que temas como nacionalismo, justicia social,
derecho a las nacionalidades, tolerancia religiosa, etc prefiguran buena parte
de lo ocurrido en años posteriores (no olvidemos que el libro se publicó en
1945).
Todo esto, además, escrito de
forma ágil y entretenida, mezclando historias ligeras con historias profundas,
textos de marcado carácter oriental y “fantástico” con sesudos debates
ideológicos, y haciendo que no sea necesario ser un profundo conocedor de la
historia de los Balcanes para sumergirse en las aguas del Drina y en las 500 páginas
de un pasado lejano que pueden ayudarnos a comprender horrores mucho más
recientes.
También de Ivo Andric en ULAD: Goya
Apuntadisimo.
ResponderEliminarEl año pasado estuve leyendo Sonambulos, cómo Europa fue a la guerra en 1914 y una importante parte del libro habla, trata de los balcanes previos a la guerra, de esa locura de nación serbia con aspiraciones imperiales por un "mítico" reino medieval de donde surgen, de las luchas, odios, nacionalsimos de la zona, y me pareció muy interesante. Y complejo.
Gracias por el dato 🌸🌺🌻🌹
EliminarUy!!! Leí la novela hace muchos años y tengo en la cabeza loca un "imprescindible" para ella.
ResponderEliminar1) Hay que poner la barrera (aunque lleve márgen) en el número de páginas que separan tocho de no tocho.
ResponderEliminar2) ¿Qué vamos a hacer con Koldo? ¿Acaso este hombre no tiene plan para la jubilación? América Latina conquistada, Carpenter releído, Cartarescu al día, Todo Tisma y Proust despachado en un año.
Ahora Andric.
Bueno, qué querés que te diga: muy buena reseña de otro de esos grandes clásicos que siempre pienso que voy a leer después. Jeje! De verdad, gracias, desde que escuché al papa Argentino recomendarse lo a Évole me quedé con la preocupación de si iba a ser demasiado moralista. Te leí que no.
Menos mal que hay gente que no es experta en nada capaz de tranquilizar a un ciudadano preocupado por una opinión del mayor experto en Dios.
Pues aquí y en Twitter parece haber cierta unanimidad en cuanto al valor literario de la obra de Andric (al menos de esta obra), así que quien no la haya leído... Al lío. Y quien la haya leído, a releerla.
ResponderEliminarEn cuanto a la jubilación, espero dedicarla solo a ver obras de construcción, amigo!! Y a ponerme al día con narrativa de los iu-es-ei, que ahí tengo lagunas grandes como océanos.
Abrazos!
Recomiendo sin duda esta novela, la leí, es ágil y describe perfectamente el ambiente balcánico. Sigamos leyendo variado, y que Koldo siga con su plan de clásicos o lagunas para recomendarnos a los demás
ResponderEliminarEs lo bueno de esto: 10 personas, cada uno de su padre y de su madre, con sus filias y fobias.
ResponderEliminarY es verdad, Eduideas, que "Un puente sobre el Drina", son sus casi 500 páginas, se lee del tirón.
Abrazo
No voy a romper la unanimidad. Me pareció extraordinaria; ¿casi 500 páginas dices? pues, ciertamente, no la recuerdo como "tocho" o sea que tendré que seguir tu consejo/orden y en algún momento me pondré a la relectura.
ResponderEliminarBueno, casi 500 en la edición que yo leí, que es la que aparece en la foto. Puede ser que hiciera un poco de "trampas", sí, pero la novela lo merecía.
ResponderEliminarGracias por comentar!!
Hola.
ResponderEliminarAun no he leído Un puente sobre el Drina. estoy esperando a conseguir la traducción de Luisa Garrido, que no se porqué (no tengo como sustentarlo) creo que debe ser mejor que la de ediciones anteriores.
Leí si Crónica de Travnik y puedo decir que se siente cómo el autor ejerce un dominio mayúsculo sobre los entresijos del alma de sus personajes, incluso siendo muchos de éstos personajes históricos. No exagero si digo que se acerca bastante al dominio que sobre la novela (y sobre el universo) ejerce Tolstoi en Guerra y Paz.
Si Crónica de Travnik no es su mejor novela, miedo (emoción, mas bien) me da de lo que Un puente sobre el Drina puede darme.
Saludos.
Enrique Jaramillo