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lunes, 4 de mayo de 2020

Montserrat Roig: Som una ganga. Textos feministes

Idioma original de los artículos: Catalán y castellano
Año de publicación del volumen: 2020
Valoración: Recomendable

Som una ganga es una antología bilingüe que compila sesenta y dos textos escritos por Montserrat Roig (1946-1991). Textos sobre feminismo que reflexionan en torno a «La condición femenina y el mundo», «El empoderamiento femenino», «El cuerpo y las relaciones con los hombres» y «La violencia machista». De distinta extensión, la mayoría son fáciles de etiquetar en tanto que artículo periodístico, aunque unos pocos circunvalan formatos académicos.

El discurso de Roig es, por lo general, coherente. Así lo demuestran su uso recurrente de la figura de George Sand, sus menciones a la Odisea de Homero y su obsesión temática con la guerra o el matrimonio. No obstante, la autora se permite algún titubeo ocasional. Esto, contra todo pronóstico, habla a su favor; demuestra que no pretende saber de todo, al contrario que tantos tertulianos y opinadores contemporáneos. ¿Que no tienes una posición firme respecto al desnudo femenino? Pues lo reconoces y a otra cosa. 

A la postre, uno puede estar más o menos de acuerdo con los planteamientos expuestos en Som una ganga, pero vale la pena leer el parecer de Roig. Ya he dicho que tiene un discurso coherente, muchos de sus argumentos son persuasivos y es innegable que su ironía resulta la mar de simpática. Ojalá estuviera viva; yo la seguiría en Twitter.  

8 comentarios:

  1. Escribió unas cuantas novelas, entre ellas "Tiempo de cerezas", que es bastante buena. Tiene también un libro muy interesante (y pionero) sobre los catalanes en los campos nazis. Montserrat fue una especie de musa del catalanismo progresista y del feminismo allá por los años 70 y 80. Murió muy joven y su recuerdo se ha ido difuminando con los años. Gracias Oriol por recordarnos a esta interesante escritora y periodista.

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  2. Oriol:
    Me atrae mucho este libro, pero ¡está en catalán! Buscaré escritos en castellano, que me ha picado la curiosidad.

    Coincido contigo en que no se puede saber de todo; es un acto de humildad el reconocerlo. Curiosamente, eso se lo oí decir a Juan Manuel de Prada, que me da que no te atraerá mucho (a mí sí)

    Yo no tengo twitter ni lo quiero, pero si me hiciera, te seguiría a ti.

    Dices que M.R está obsesionada con la guerra y el matrimonio. No es extraño; el matrimonio ha sido el destino y/o yugo durante siglos de las mujeres (y de los hombres también, claro), y la guerra es el sinsentido total que aniquila todo.

    Saludos

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  3. Recomiendo, yo también, Tiempo de cerezas. Hace poco le copiaron el título pero el original es de Roig.


    Supongo que lo que cuenta vuelve a estar de actualidad, yo lo leí hace siglos y entonces me quedaba un poco lejos, pero juraría que sigue mereciendo la pena.

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  4. Les dejo un enlace de un documental sobre Montserrat Roig:

    https://www.rtve.es/alacarta/videos/especials-en-catala/montserrat-roig-lhora-violeta/4166718/

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  5. Anónimo, muy interesante el documental que adjuntas.

    1984 y Montuenga, tendré muy presente la recomendación de "Tiempo de cerezas". Gracias.

    Lupita, en este volumen hay algunos textos en castellano, pero la mayoría son en catalán, sí. Una lástima para los que desconocéis el idioma.

    Por cierto, aprovecho que mencionas lo de la guerra para decir que no comparto la postura de Roig al respecto. Es demasiado esencialista. Simplificando muchísimo sus argumentos: la guerra es cosa de hombres. Pues no.

    En cuanto al resto de su discurso, ya digo que, por lo general, es coherente y persuasivo. Hace una sana autocrítica al feminismo, no es dogmático (reconoce diversas corrientes de pensamiento), está permeado por el humor... Ya les gustaría tener semejante aparato crítico a Irantzu Varela, Barbijaputa o las Towanda Rebels, desafortunados adalides del feminismo patrio “de cuarta ola”.

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  6. Hola de nuevo, Oriol:

    Conozco a esos adalides que mencionas, aunque no las sigo, porque vivo sin redes y a veces creo que existo en una dimensión paralela, sin enterarme de la mitad de lo que pasa. Esto me permite tener una imagen menos condicionada por estos personajes, pero hace que me pierda cosas que no entiendo. Algunas mujeres se están enredando en unos discursos interminables, despegados de la realidad y puramente ficticios, que atacan al hombre casi por el mero hecho de serlo y que no tienen base alguna. Y algunos hombres, como defensa de este ataque (a veces lo es, otras no) están armando discursos más o menos elaborados que pueden ser interesantes, atinados o despreciables y rastreros, que de todo hay. A mí todo esto me cansa y me satura; lo que me preocupa es ver cómo hay actitudes intolerables por ambos lados que sacan lo peor del ser humano.

    En cuanto al tema de la guerra tendré que leerlo, pero me temo que en ese tema puedo ser también algo reduccionista.

    Saludos





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  7. A ver, Lupita, es normal que los que no somos teóricos tengamos visiones reduccionistas. Yo el primero. Pero por eso no opinamos de todo, o no lo hacemos irresponsablemente en círculos que supuestamente validan nuestros precarios argumentos. Al contrario que ciertas estrellas mediáticas contemporáneas.

    En tema feminismo: es cierto que tanto partidarios como detractores se han polarizado excesivamente. Incluso actúan como si fueran posturas irreconciliables, cuando en realidad tienen aciertos en ambos lados del espectro, o algunos puntos en común que se niegan a reconocer. Yo siempre lo he dicho: hay que cribar fragmentos de diversos discursos, porque nunca habrá uno impecable. Se puede ser un ferviente defensor de la lucha feminista y al mismo tiempo cuestionar diversos de sus postulados, mantenerse escéptico. Se puede encontrar alguna idea interesante o válida entre aquellos que se le oponen. O esa es, al menos, mi humilde opinión.

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  8. Oriol:
    Totalmente de acuerdo. Al final esas figuras mediáticas buscan impactar y recibir muchos likes; es un discurso efímero que se olvida pronto porque no se sustenta en una reflexión ni estudio concienzudos.

    No es que no me enfade ni me enerve, sino que intentando mantener una actitud más positiva, prefiero obviar esos discursos estúpidos (aunque los conozco) y buscar referentes válidos. Contrarrestar, vamos. Ayer en casa les hablé a mis hijas de Jane Eyre ¡ y me escucharon con interés! (bueno, vale, me tomé algunas licencias para dar más emoción) A cambio, yo les oigo hablar de Sietex y el Darrechi y su tropa, conteniendo grandes suspiros, pero en esta sociedad vivimos.

    Gracias por el pequeño debate.
    Saludos

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