Año de publicación:2019
Valoración: aún peor que el otro
Pues este año no hay Sant Jordi, o id a saber qué día se van a inventar (al año confinado le seguirá el año desplazado, me temo) para reubicarlo y darle árnica al sector editorial. Pero esta triste (y dramática para demasiados) situación en que se halla media humanidad da para que uno, atolondrado por el constante vagar por casa y sin afeitar, pueda llegar a pensar que esa literatura del yo profundo aún pueda aportarnos algo que se nos escapó. Y que con el buenismo espontáneo y prematuramente patrocinado de los aplausos en los balcones (hasta Telecirco interrumpe su show de casquería para retransmitirlos en riguroso directo), a uno se le ha aparecido un angelito de esos de camisoncillo azulado y rubias guedejas a decirme:
Todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Tocaba un arpa y todo.
Y no negaré que me lo pasé bien cuando reseñé Ordesa, aquel fenómeno editorial que dejó a media comunidad lectora babeante de gusto y a la otra media estupefacta, aunque he decir, de forma muy inmodesta, que creo que ganábamos los segundos, aquellos que nos preguntábamos qué le habían visto a semejante despropósito aquellos que la encumbraron no solo como un destacado hito local sino hasta global. La deben haber traducido y todo.
Pues señores, Alegría riza el rizo. No digo que no me lo esperara, incluso me permití (con fria acogida) sugerir a los colegas del blog crear un nuevo género consistente en no reseñar un libro explicando porqué ni se merecía ser leído.
Luego recapacité y pensé en la dilatada trayectoria de este bendito blog y la necesidad de ser éticos y coherentes y dignos de nuestro nombre, aunque esta ética y coherencia lo haya sido a costa de leer esta bazofia.
Pero antes he de agradecerle a Vilas que haya expuesto sus cartas de forma tan abierta, presentando el libro al premio Planeta y entregándose ya sin tapujos al mundo del best-seller, de las ventas masivas y de la nula intención de aportación alguna con significado, ejem, literario. Con todo, fue solamente el finalista. El premio fue para la, dicen, peor novela de Javier Cercas.
Alegría es, claro, la continuación de Ordesa y nos presenta a su autor ya lanzado hacia la fama, con los bolsillos llenos y en plena promoción, y tirando del anodino (sus acólitos dirán que fascinante o hasta inagotable) filón de sus experiencias personales, materializadas en reflexiones que vuelven a responder a los pueriles patrones de su antecesor. Hecho, descripción del hecho, reflexión más o menos objetiva, que evoluciona y se va por las ramas y acaba inflamándose poéticamente y acaba rematándose en alguna frase ridícula, ambiciosa y pretenciosa que contiene las palabras vida, muerte, alegría o viento.
Y así por 107 capítulos, señores. Viajes, hoteles, convivencia con la familia, anécdotas que a nadie interesan. Con familia insoportablemente renombrada con nombres de músicos, con pasajes de pelotilleo a la monarquía, con montones de verborrea que no va a ningún lado más que a la acumulación de tópicos o a que cierto lector poco exigente (o booktuber de medio pelo) llegue a proclamar que Vilas ha hecho de su depresión y de sus paranoias ARTE.
Aun así, esto no es lo peor. El éxito de Ordesa seguramente sorprendió a su autor si este tiene alguna capacidad autocrítica: era un libro llorón y mediocre. Con Alegría ha optado por profundizar en los peores aspectos, adaptarlos a nuevas situaciones, premeditadamente ha servido al público aquello que el público podía comprarle: el engaño, que en este contexto consiste en hacerse con el dinero y el tiempo del lector, se materializa, y aquí no es casual, sino deliberado, cosa que a este humilde reseñista le parece ofensiva e inaceptable. Y, por favor, no me vengáis con lo de los gustos y los colores.
Aun así, esto no es lo peor. El éxito de Ordesa seguramente sorprendió a su autor si este tiene alguna capacidad autocrítica: era un libro llorón y mediocre. Con Alegría ha optado por profundizar en los peores aspectos, adaptarlos a nuevas situaciones, premeditadamente ha servido al público aquello que el público podía comprarle: el engaño, que en este contexto consiste en hacerse con el dinero y el tiempo del lector, se materializa, y aquí no es casual, sino deliberado, cosa que a este humilde reseñista le parece ofensiva e inaceptable. Y, por favor, no me vengáis con lo de los gustos y los colores.
Así que esta vez ya he renunciado a seleccionar muestrecitas de texto para que los pusilánimes defensores de este fraude no me recriminen sacar las cosas de contexto para lucirme. El libro, tomo cierta descripción prestada de quien igual un día lea esto, es horroroso. Y convenceros de ello es la función de estos párrafos, y su misión principal, que ni la curiosidad os acerque a él.
Lo siento, angelito, no habrá tercera oportunidad.
Sorprendidísima me deja tu reseña, Francesc. Había leído en muchísimos sitios que Manuel Vilas era buenísimo. Yo, que tengo muy buen olfato, no lo había leído ni lo pensaba leer, pero después de ver tu reseña no me acerco a él ni a la distancia de seguridad recomendada.
ResponderEliminarGracias
Yo que soy de un pueblo cercano al suyo, me tragué el anterior por esa curiosidad y fue la experiencia lectora más penosa que recuerdo. ¡Que "jartura"!
ResponderEliminarYo soy de la opinión de que se deben leer las novelas y así poder tener una opinión propia. No he leído aún Ordesa, y ya la he comprado,, pero nunca me he fiado de las opiniones ajenas. Por poner un ejemplo, en este blog han minusvalorado En la orilla de Rafael Chirbes, en cambio a mi me ha parecido una magnífica novela. La literatura, salvando excepciones,es subjetividad
ResponderEliminarEstupenda reseña, Francesc. ¿Tienes alguna muestra de eso que llamas pelotilleo a la monarquía? Sé que luego me arrepentiré de haberlo pedido, pero ahora creo que me haría gracia ver tamaño disparate.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarNo he leído nunca a Vilas, y estoy completamente descolgada tanto de redes sociales como de intrigas literarias; me sumo a la petición de Oriol, porque no hilo tan fino como tú.
Lo del buenismo de los aplausos me ha encantado, y eso que soy una persona agradecida en general. ¿Estamos cayendo en la autocomplacencia estúpida?
Una última pregunta: ¿Francesc, estás más polemista aún?
Saludos
Gracias Francesc y gracias Ulad por devolvernos el sentido de la realidad. Compré y leí Ordesa y me dio mucha rabia. Aquí va un un poco de psicoanálisis, pero en fin, la lectura es personal una experiencia personal, y a mí me indignó un aspecto en concreto. Me parece que el gran éxito de aquel libro es la pueril tesis que expone: "He tenido unos padres horribles que nunca han demostrado interés por mí, pero es porque me querían mucho y en realidad todo está bien, soy triste porque soy así, lo que me pasó es normal y quiero a mis papis". Entiendo que mucha gente se ha identificado con ese discurso (servido con clichés y frases sencillas, como bien dices, Francesc), y por eso el libro ha tenido tanto éxito. A poca gente le gusta reconocer que han tenido unos padres horribles y punto, mala suerte, cosas de la vida, dificultad añadida etc. No, muchísima gente prefiere repetir que la familia es lo más importante, tus padres siempre te quieren porque es la ley de la vida y un gran etétera de tópicos por el estilo, que no ayudan a nadie.
ResponderEliminarEntiendo que mi argumento puede no parecer válido al ser algo extraliterario, pero ¿qué es la literatura si no una especie de análisis personal y por eso colectivo, que nos debería ayudar a descubrir cosas, a liberarnos, a entendernos mejor? Debería servir la literatura (la promocionada, la difundida, la encumbrada, como se ha encumbrado este libro) para ayudar a vivir en la negación y el no asumir nada y, cuidado, también a fortalecer la mentalidad católica, con su cuarto mandamiento (querrás a tus papis) bien recogidito en el libro? Me parece cobarde encumbrar libros así, escribirlos también, pero en fin, quiénes somos nosotros para dictar los temas a los autores. Lo que sí quiero subrayar es que a mí me parece que éste es el motivo de su éxito. Por la cantidad de gente que ha tenido familias muy disfuncionales (como la gran mayoría de nosotros, yo incluido), pero a la que le gusta taparlo, irse repitiendo que no pasó nada, que mami y papi eran muy majos porque "son mis padres". No por razones de una gran calidad literaria, claro, ni por razones humanistas, pues es un libro muy cobarde.
Lo dejé en la tercera página. "Ordesa " me produjo sentimientos encontrados. Por una parte el pensar que qué me importaban a mí las neuras del autor, pero por otra, recientemente fallecido mi padre, me sentía hasta cierto punto identificada con algunas cosas. Lo leí y hasta cierto punto lo disfruté. Cuando empecé "Alegría" pensaba que como aspirante al Planeta sería totalmente distinto. Pero visto lo visto, abandoné.
ResponderEliminarEl de Cercas, sin ser malo, sí puede ser lo peor del autor, pero lo peor de Cercas es mejor que lo mejor de algunos.
Un saludo.
un escritor que en las entrevistas lo unico que hace es lamentar la muerte de sus padres,con buenos sentimientos solo se escribe mala literatura.
ResponderEliminarOpino como Beatriz nunca compré ordesa he leído alguna entrevista. Y no me acaba de convencer. Mayor Thompson
ResponderEliminarcompletamente de acuerdo.
ResponderEliminarEncantado de llegar a un grupo de terapia donde me comprendan.
ResponderEliminar"Hola, soy el chico de la consuelo y tampoco creo q ordesa merezca el premio novel"Muchas veces me he sentido discriminado por decir esto.
Ahora bien el babielismo encumbra tostones muchiiiisimos peores q este. Tampoco es que sea el terror. Pero una obra naestra no es.
Abrazos y como siempre enhorabuena por vuestro blog.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarParece que no sois de la generación de Vilas.Los que hemos leído con gusto Ordesa y ahora Alegría hemos sentido que hablaba de nosotros. Por eso está justificada su novela.Además de hacer una revisión de la sociedad española, que muchos novelistas han dejado de hacer.Reivindicar la familia, el dolor y la alegría no es de pusilánimes más bien de supervivientes y de personas comprometidas con la vida.
ResponderEliminarYo si soy de la Gneración de Vilas.Leí Ordesa y no me parecio mal..me recordaba mi infancia. No encontré nada sorprendente,bastante normalillo. Pero se podía leer....Después de leer la crítica del libro Alegría, porcierto que valiente y dura opinión, no creo que lo lea.
ResponderEliminarLa última novela del Cercas,Terra Alta , me pareció muy mediocre.
Asi que los premios estos ,son únicamente marketing.
Pero qué mal escribes Francisco.
ResponderEliminarLeí Ordesa y no entendí el éxito que tuvo, en todo caso pensé que, como muchas cosas en la vida hay un trasfondo en el libro con el que, aunque yo no conecté, seguro que muchos lo hicieron: me alegro por ellos y por el autor. Lo que tampoco entiendo son las criticas hirientes, el escarnio por el escarnio, con decir que no me pareció bueno y añadir los porqués con un cierto criterio creo que hay suficiente. Es más elegante.
ResponderEliminarGracias por publicar el comentario.
Xavi
Leí Ordesa y no entendí el éxito que tuvo, en todo caso pensé que, como muchas cosas en la vida hay un trasfondo en el libro con el que, aunque yo no conecté, seguro que muchos lo hicieron: me alegro por ellos y por el autor. Lo que tampoco entiendo son las criticas hirientes, el escarnio por el escarnio, con decir que no me pareció bueno y añadir los porqués con un cierto criterio creo que hay suficiente. Es más elegante.
ResponderEliminarGracias por publicar el comentario.
Xavi
Pues no tengo ni idea de quién es Francescbon.
ResponderEliminarPero el libro Alegría de Manuel Vilas me produjo intimidad, sencillez, profundidad cotidiana ...y reconociendo que no es una obra literariamente memorable me atrapó en diversos momentos por su sensibilidad y reconocimiento hacia aquellos de quienes venimos ( nuestros padres) y por el deseo de conectar y legar a quienes vienen detrás ( nuestros hijos) y también por el encuentro y la búsqueda constante que reclama entre el dolor y la alegría.
Y para empezar no dejo de recordar el homenaje que Vilas hace en la primera página del libro al poema de José del Hierro ( emocionante) que dice:
" Llegue por el dolor a la alegria,
Por el dolor supe que el alma existe,
Por el dolor allá en mi reino triste...un misterioso sol amanecía".
Y si es de José del Hierro pero el libro de Vilas en una escritura leve y minimalista lo trae una y otra vez a nuestra realidad.
He leído Alegría porque nunca he dejado un libro a medias por malo que fuera. Pero esto es lo peor. Sentimientos repetitivos. Sin conexión y sin captar el interés del lector. Infumable!!! Finalista Premio planeta? Nunca había leído nada peor.
ResponderEliminarMe ha encantado lo del peloteo a la monarquía. Eso en principio tendría que ser literariamente neutro, pero en una novela al parecer mala puede tener efectos todavía peores: además de mala, ridícula.
ResponderEliminarBuenas: para los que reclaman ciertas pruebas, copio estos párrafos. página 42, , en los que no se aprecia ironía alguna.
ResponderEliminar"Ellos, los reyes, nos sacan del tiempo biológico y nos dan la luz de la
historia.
Los veo en Mallorca, como todos los años. Felipe VI y Letizia, y sus hijas,
rubias, altas, sonrientes.
Nunca me invitarán al Palacio de Marivent, y me encantaría que lo
hicieran, pero carezco de méritos. Nunca tendré los méritos necesarios para
ser invitado al palacio de verano.
Y si me invitaran, sería un desastre, porque casi no tengo conversación.
Me pondría nervioso. Tampoco sabría cómo vestirme. Es mucho mejor que
no me inviten. Realmente, es una suerte que no me inviten.
Pienso en mis hijos.
Pienso en los hijos de miles de padres que no saben qué decirles a sus
hijos. Padres y madres sin serenidad, sin orgullo, sin dinero, sin dignidad, sin
nada. Padres y madres a quienes no han pintado ni Velázquez ni Goya ni
quienes han heredado ahora su legado. Esos padres harán bien en mirar a
Felipe VI para que les sirva de faro y les indique cómo ser padre.
No creo que mis hijos lleguen a amarme tanto como las hijas de Felipe VI
a su padre, en eso pienso cuando veo en la prensa las fotos de la familia real;
me parece un pensamiento terrible, pero lo he tenido.
Miro de nuevo esa foto de los reyes de España con sus hijas. Y percibo por
medio de la foto que Felipe VI es un padre ejemplar. Porque hasta en el
hecho de ser padre existe el éxito. Y pienso en los millones de padres que
fracasamos como padres. Y por eso es bueno mirar esa fotografía: las hijas de
ojos azules miran a Felipe VI.
¿Qué hemos hecho mal?, pensamos los miles de padres que vemos esa
foto. Hasta en la paternidad o en la maternidad la historia nos humilla.
Acabas siendo pobre, y mal padre.
Si eres rico, el ser buen padre se te da por añadidura, parece una cita
bíblica.
Puede que ser pobre y mal padre sea la misma cosa."
Y os recuerdo, ya que estamos, que Editorial Planeta cuenta entre sus medios con un periódico como LA RAZÓN. Luego sigo con los comentarios.
Sabía que me iba a arrepentir por haber solicitado un fragmento del peloteo a la monarquía. OMG
ResponderEliminarEl fragmento que transcribes, Frances, es vomitivo.
ResponderEliminarOstras!
ResponderEliminarNo sé ni qué decir, me preguntaba si habías leído entre líneas, y ya veo que no.
El premio Planeta me cae todos los años, da igual que haga sugerencias, de listas de libros o lo que sea. Esto demuestra que está prefabricado para los regalos de Navidad.
Este año ha caído Cercas; me da pereza.
Saludos de esta que ni es alta ni rubia.
Prosa egregia. Ni Ansón llega tan alto.
ResponderEliminar"No creo que mis hijos lleguen a amarme tanto como las hijas de Felipe VI a su padre." Frase a retener y meditar. Pofundas.
ResponderEliminarMadre del amor hermoso... Prefiero pensar que este hombre es un maestro de la ironía.
ResponderEliminarNosé ckomo estioy esctriviendo. Acabo der. Leer la felaxcion a Feliper vI. Mi numero sde telefoni es 686442139. Buscad el nnumeero debla clinica Barraquer y concertttad cita; acabo de arrancsarme los ojos.
ResponderEliminarGracias por alegrarme la semana con tu comentario!!!!! :D :D
EliminarMe dicta Emi Lee, que dichosos mis ojos por leerte. Y que bienvenidos los audiolibros.
EliminarMadre del amor hermoso... ¡qué fragmento! Como si no hubiéramos tenido suficiente KingWashing estos días...
ResponderEliminarOtro libro que no leeré ni por asomo.
Saludos
Marc
Yo también estoy llorando... ¡Gracias, Manuel Vilas, por esta maravillosa catarsis! La historia me humilla, soy una mala persona, al contrario que Felipe VI... Voy a escribir un libro a ver si me caen unos millonazos el año que viene con algún premio. ¿Sabéis a quién toca elogiar? A mí me da igual...
ResponderEliminarEs que es eso, Marc. Igual que 1984, no pienso que el posicionamiento del autor en relación a la monarquía tenga que ser intrínsecamente malo. Pero joder, en este caso parece ser menos una reflexión abstracta y más una lamida de culo al Preparao ("king washing" mediante). Y ya no hablamos del nivel de lo expuesto en esta lamida de culos que Francesc ha tenido a bien de rescatar... Sonrojante.
ResponderEliminarParece la redacción de un niño de 7 años para la bazofia esa de "Qué es un rey para ti"
ResponderEliminarExacto, también lo pensé
EliminarQué decir de un escritor que es capaz de perpetrar semejante despropósito.......
ResponderEliminarNo solo es literariamente irrelevante, además es idiota.
ResponderEliminarEl fragmento, digo... 😆
Tiene que ser una broma, ¿has leído bien el título?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar"Produce fascinación la monarquía, fascinación que excluye la reprobación. Allí estaban Felipe VI y su esposa doña Letizia, reyes de España sin que nadie se lo haya pedido, aunque ambos saben que no es necesaria esa petición en tanto en cuanto la Historia es una sucesión de maniobras políticas aterradoras, y más vale no penetrar en ese abismo, porque ellos, Felipe y Letizia, son una solución solvente y sólida en la medida en que todo aquello que podría sustituirlos es incierto, inseguro, y muy susceptible de acabar en devastación, muerte y miseria".
ResponderEliminarYa sabéis, Vilas nos recomienda no tocar ese don precioso que nos dejó a todos los españoles el Caudil.. (perdón, no entremos en ese abismo) porque todo puede acabar en devastación, muerte y miseria.
Òscar, he buscado el horrible fragmento que has puesto y resulta que pertenece a "Ordesa", página 39. Deja que añada el resto, más esperpéntico si cabe.
ResponderEliminar"Produce fascinación la monarquía, fascinación que excluye la reprobación. Allí estaban Felipe VI y su esposa doña Letizia, reyes de España sin que nadie se lo haya pedido, aunque ambos saben que no es necesaria esa petición en tanto en cuanto la Historia es una sucesión de maniobras políticas aterradoras, y más vale no penetrar en ese abismo, porque ellos, Felipe y Letizia, son una solución solvente y sólida en la medida en que todo aquello que podría sustituirlos es incierto, inseguro, y muy susceptible de acabar en devastación, muerte y miseria. Saben que el servicio que les prestan a España es objetivo o mensurable, se puede contar y medir, es dinero, consiguen acuerdos internacionales, que otros estados o empresas inviertan en España. Gracias a ellos, sí. Es cierto. Inspiran confianza para los inversores internacionales. La confianza es dinero y es gente saliendo del paro."
GRACIAS POR TANTO, REYES DE ESPAÑA.
Tiene que ser de coña, si no, no se explica
EliminarJuan, yo también espero que sea irónico. Sin embargo, soy incapaz de percibirlo. Da miedo pensar que alguien pueda tener una opinión tan estúpida.
EliminarBueno, cuando comenzó el confinamiento yo le oí comentar en la radio que estaba muy contento porque había podido pasear por Roma a solas y luego al volver a Madrid también. De este hombre ya me creo cualquier cosa...
EliminarEstoy contento de la cantidad de comentarios que hay.
ResponderEliminarUn hurra por el blog. Kempes 19
Hostias¡¡¡¡, menudo párrafo, menudo calado humano, menudo dolor... este tío antes de escribir se arranca el alma y la deja escurriendo en la bañera de tan descarnado y arrebatado que es... Hacía mas de treinta años que no leía una novela española, desde 'Filomeno a mi pesar', que la ley a mala hostia para rebatir a mi profesor de lengua de COU por lo pedante y gilipollas que era (creo que también ganó el Planeta o fue finalista, no me acuerdo) Pues yo le doy gracias a este tipo y los de su estirpe, veo que la mediocridad sigue colonizando la producción literaria de este país, porque gracias a ello voy a pasar otros años sin perder el tiempo con la bazofia patria.
ResponderEliminarGracias Frances Bon¡¡¡, y siento que tengas que pasar por estos malos tragos para mostrarnos la luz. Eres una santo varón y ojalá seas rubio, alto, guapo, rico y tengas muchos churumbeles.
Disculpad si he reproducido fragmentos de una obra, tal vez no hubiera debido hacerlo. Sí, Oriol, acabé "Ordesa" porque me lo había regalado una persona a quien quiero. Nunca había rendido tanto como esa semana en mis clases de boxeo.
ResponderEliminarTampoco quiero politizar el debate. Xavi tiene razón en que no hace falta entrar en el escarnio del autor para criticar su obra, pero entiendo que a Francesc no le haya caído simpático este autor.
Desde luego, si todo es una coña este tipo pasará a la historia como uno de los mayores trolles de la historia reciente y también como un fino humorista.
Pero Òscar, no digas eso. Haces bien en no privarnos de ese material. Fíjate que ya de por sí me parecía malo, pero es que ha sido buscar su continuación y la cosa empeora. Yo insisto en que no veo un ápice de ironía en esas palabras. Pero claro, quizás es que no acabo de sintonizar con el humor de Vilas, y reconozco que estoy juzgando solamente los fragmentos que tanto tú como Francesc habéis entregado, lo cual puede dificultar una interpretación rigurosa.
ResponderEliminarY a ver, Xavi, aquí se ha adoptado un tono un tanto gamberro, pero no veo que se haya caído en ningún “ad hominem”. Nos metemos con la faceta de escritor del autor, y no con él. Ni siquiera criticamos su aparente posicionamiento a favor de la monarquía, sino lo estúpidos que son sus argumentos al respecto.
Exactamente, Oriol: se puede ser monárquico y no caer en ese pasteleo laudatorio insoportable (bueno, en verdad no estoy tan seguro de ello...). Por eso, sigo pensando que este tío tiene que estar riéndose de todos... o a lo peor, no.
ResponderEliminarBuenas tardes: como no suelo contestar los comentarios ni puntual ni demasiadas veces individualmente, también querría puntualizar que lo que escribo en la reseña es mi sensación exacta sobre la que amontonar frases y argumentos me resultaría no reiterativo, sino incluso susceptible de desenfocar mi objetivo principal. Tened claro que Vilas ha prescindido de cualquier intención creativa y se lanza a por el bolsillo del lector. Soy de su generación, del 64 concretamente, mis padres ya no están y mis dos hijos de edades postadolescentes me plantean un tour de force constante intentando compensar mis ineludibles consejos y la obvia necesidad de que soluciones sus problemas por sí mismos. Y no voy a escribir más sobre ello que estas líneas, porque no creo que a nadie le interese. Esa sensación de cercanía y de comprensión es una , maniobra calculada, si queréis sinceridad leed a Thomas Bernhard. Yo escribo sobre los libros que leo y a veces, Lupita sé que va a surgir la polémica, claro, eso es tan seguro en ciertos libros como este, porque n o sé estar callado (te aseguro que con la música aún soy más visceral) y desde luego no sé -callarme mi opinión, es decir, he conseguido el libro, he perdido como 7-8 horas (podría, por ejemplo, haber visto entera la tercera temporada de The Leftovers) entre leerlo, escribir la reseña y ahora contestar los comentarios. Seguramente los que lo defenderían sean más educados comedidos que yo, y no vaya a encontrarme una cabeza de caballo en la cama, porque lo más parecido a una reacción fue de un tal Pau que se equivocaba (aquí no hay ningún Francisco), pero, gracias Kempes 19, si ha servido para que los comentarios nos centren en exigir a los escritores (incluso a los descaradamente vendidos al vil metal) que justifiquen lo que los librs cuestan, y que aporten algo a nuestras vidas más que ser los receptáculos de sus obsesiones y lagrimeos.
ResponderEliminarGracias a todos.
Y mira que me gusto "Lou Reed era español" Pero como Cercas cada dia me aburre mas su literatura. Con Ordesa decidí dejar de leerlo y a Cercas despues de " Las leyes de la frontera " y " El impostor" ya estuvo.
ResponderEliminarDel libro ya se ha dicho todo. Los párrafos transcriptos me remiten a los libros de lectura utilizados en Argentina en los años 60 y 70s, cuando estaba en la escuela primaria. Literariamente, basura. Ideoloógicamente...no se, vacío idiota.
ResponderEliminarVe la tercera temporada de The leftovers, Francesc. En mi opinión, con uno de los mejores cierres que he visto en mi vida. Serie injustamente menospreciada por público y parte de la crítica.
El Puma
...”porqué ni se merecía ser leído”. Francesc, si quieres escribir ese “porqué” deberías añadir, previo, el artículo “el”; si no, es mejor escribirlo separado. Me vas a perdonar, pero a los de EGB, ya sabes, nos saltan chispas con este tipo de errata, que no error, supongo.
ResponderEliminarEn cuanto a las normas de puntuación en las respuestas, en fin, no son de valor, por la rapidez con la que escribes, pero sí notorias. Calma. Un saludo.
Y sin embargo habemos mucho que nos gustó. Tanto este libro como Alegría. Soy una lectora sin pretenciones. Leo porque me hace bien, porque me hace feliz. Mucho. Y los libros de Vilas fueron eso. Está muy bien que critiques. Pero tu soberbia es sospechosa y, cuanto menos pedante. Para ser bueno, en cualquier área que sea, hay que ser humilde.
ResponderEliminarHe leido los dos libros de Vilas.Ordesa me sorprendió,y me gustó.Alegría me pareció más de lo mismo pero sin la frescura de Ordesa.
ResponderEliminarYo hablaría de tres ingredientes en distintas proporciones de este segundo libro:ironía ,surrealismo y sentimientos en un personaje depresivo o con problemas sicológicos,por eso cuando leí el fragmento ensalzando la monarquía y justificando su necesidad...los ojos se me abrieron como platos y no daba crédito a la simpleza que estaba leyendo.Reflexioné,volví a leer y llegué a la conclusión de que es pura ironía como lo es cuando se para a reflexionar sobre los zapatos u otra cosa cualquiera.
Que alguien me convenza de lo contrario,y entonces ya no hay por donde coger el resto.
Respetando a Villas, que es lo mínimo que merece cualquier escritor y cualquier persona, me parece un novelista mediocre que sin embargo ha triunfado y que tiene su público. Hay que agradecerle que guste a tantos lectores aunque su calidad a muchos no nos convenza para nada. Como poeta me parece, si ser tampoco brillante,, mucho más aprovechable.
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