Idioma original: español
Año de publicación: 2019
Valoración: imprescindible para interesados
Jorge Herralde es una leyenda. Con su experiencia vital, bromea, podrían llenarse veinticinco tomos, y prefiero no especular con los secretos que este editor, cuyo sello cumplió 50 años en 2019, guarda para sí, por su elegancia ejemplar. Para los trasnochados, una elegancia que nada tiene que ver con abrocharse la chaqueta cuando se camina. Es la elegancia innata del hombre culto que es, del icono absoluto que ha cambiado décadas de edición en español (y en catalán), que es responsable de los primeros amores literarios de tantos lectores, entre los que me incluyo sin ningún recato. Aunque el que esto escribe haya sido, digamos, poco benévolo con ciertos de los últimos lanzamientos del sello (pido disculpas por anteponer al hooligan literario a veces), todo se reduce a la expectativa que surge de haber vivido, bajo esas cubiertas amarillas o grises o bajo las multicolor de sus Compactos, auténticos episodios de apasionamiento sobre los cuales no voy a insistir.
El caso es que, en un movimiento que desprende cierto aroma a despedida (no nos asustemos, pero Herralde ya tiene una edad en que ni siquiera las grandes pasiones deben impedir que uno disponga de un razonable porcentaje de tiempo libre), Herralde recopila aquí 400 páginas largas de entrevistas, artículos, semblanzas, reflexiones, crónicas, discursos, de diversas procedencias y fuentes, y con la inclusión de algún texto inédito.
En las entrevistas nos encontramos, claro, con conceptos que pueden repetirse, sobre todo porque muchos entrevistadores repiten preguntas lógicas, interpelaciones que destilan admiración y,a través de su lectura, comprendemos no solamente el devenir de la editorial, sus puntos álgidos y algunos periodos de incerteza, su portentoso camino de evolución de editorial comprometida políticamente con la lucha antifranquista (con la censura intentando ahogarla económicamente) para, sin abandonar cierta militancia, evolucionar hacia el poderoso e influyente conglomerado de hallazgo y promoción de primeras figuras literarias, que es absurdo enumerar otra vez...sino que también confirmamos el extremado amor y respeto por la literatura que Herralde desarrolló (desarrolla aún a otro ritmo menos extenuante) en su carrera, algo que se detecta en cada uno de sus pasos y en cada párrafo, respeto hacia autores, competidores, colaboradores, diríase que ese concepto de elegancia impera en el libro a toda costa, ése y la enorme lucidez que surge a cada línea: la visión del mundo editorial, su actitud hacia los voraces cambios de las últimas décadas, su paciencia con los autores, su coherencia combinada con su tesón y su determinación, él comprenderá que use el término "tozudez" como calificativo de quien no tolera el adormecimiento del ciudadadano ante lo que se le presenta sin exigir esfuerzo. Anagrama es una editorial fundamental para comprender la evolución de la lectura en español de un cierto perfil, nivel y exigencia. Sin Anagrama, las cosas simplemente no serían cómo son, y Herralde fue su máximo responsable a lo largo de décadas, y aquí nos lo explica: em trec el barret.*
En las entrevistas nos encontramos, claro, con conceptos que pueden repetirse, sobre todo porque muchos entrevistadores repiten preguntas lógicas, interpelaciones que destilan admiración y,a través de su lectura, comprendemos no solamente el devenir de la editorial, sus puntos álgidos y algunos periodos de incerteza, su portentoso camino de evolución de editorial comprometida políticamente con la lucha antifranquista (con la censura intentando ahogarla económicamente) para, sin abandonar cierta militancia, evolucionar hacia el poderoso e influyente conglomerado de hallazgo y promoción de primeras figuras literarias, que es absurdo enumerar otra vez...sino que también confirmamos el extremado amor y respeto por la literatura que Herralde desarrolló (desarrolla aún a otro ritmo menos extenuante) en su carrera, algo que se detecta en cada uno de sus pasos y en cada párrafo, respeto hacia autores, competidores, colaboradores, diríase que ese concepto de elegancia impera en el libro a toda costa, ése y la enorme lucidez que surge a cada línea: la visión del mundo editorial, su actitud hacia los voraces cambios de las últimas décadas, su paciencia con los autores, su coherencia combinada con su tesón y su determinación, él comprenderá que use el término "tozudez" como calificativo de quien no tolera el adormecimiento del ciudadadano ante lo que se le presenta sin exigir esfuerzo. Anagrama es una editorial fundamental para comprender la evolución de la lectura en español de un cierto perfil, nivel y exigencia. Sin Anagrama, las cosas simplemente no serían cómo son, y Herralde fue su máximo responsable a lo largo de décadas, y aquí nos lo explica: em trec el barret.*
*Catalán por "me quito el sombrero".
Y, como acompañando su primer medio siglo con nuestra primera década, nos contesta unas cuantas modestas preguntas. No toco ni una coma, este texto es sagrado.
========================================================================
1 Me gusta mucho un concepto del
que habla en una de las entrevistas del libro: la captación del tiempo libre
que efectúan, por ejemplo, las plataformas de TV en streaming. Y hace poco
Jorge Carrión polemizaba en Twitter sobre la opción del gasto de 20 euros en un
libro frente a una cena o un par de copas. Con este panorama, ¿pondría en
marcha hoy en día un proyecto como el de Anagrama?
En otoño de 1967, cuando empecé a preparar Anagrama, el panorama
tampoco era precisamente halagüeño, por otras razones. Repasando nuestro Catálogo
general de 2018, en la programación en la primera década de los 70 abundan
propuestas singulares, bien distintas en sus registros de lo habitual en las
librerías españolas. Quizá demasiado aventurado económicamente: Anagrama estuvo
a punto de cerrar en el 1980 y fallecieron no pocas editoriales de las más
peleonas.
2 Alude también a los inicios de la
editorial como emblema de lucha antifranquista y, por tanto, asediada y castigada
por la censura. Se me ocurren casos como el de Libros del KO o Capitán Swing,
pero, en este mundo convulso, ¿ve posible una recuperación de cierta literatura
militante?
Tanto Libros del KO como Capitán Swing me parecen editoriales audaces
y estupendas, sin duda mis preferidas en el ámbito de la literatura militante,
tantos años después. Y también la Anagrama actual tiene una vena militante, a
veces en “Argumentos” o en “Crónicas” y, sobre todo, en sus “Nuevos Cuadernos
Anagrama” (digamos una versión aggiornata de
una de nuestras colecciones más significativas de los años 70). Por otra parte,
en muchos países ha habido un resurgimiento interesante de editoriales
militantes. Un ejemplo es la siempre combativa editorial Wagenbach, que ha
recuperado una colección muy combativa de textos breves.
En el último capítulo de mi libro Opiniones
mohicanas (primera publicación en el año 2000), lo titulo “Los nuevos
insumisos”, en el que daba la bienvenida a las nuevas editoriales que habían
aparecido en los años 70, 80 y 90.
“Las «anomalías» editoriales antes aludidas, en este inventario que no
pretende ser exhaustivo, podrían verse como guerrillas culturales, síntoma
también de un malestar profundo, a veces explícitamente políticas, o bien en pos
de otros horizontes intelectuales y literarios, un Gran Rechazo también al
vigente modelo cultural, o más precisamente acultural, papillas pre-digeridas
bajas en calorías, una escritura light, un menú único, que nuestros nuevos
héroes, quizá un tanto ilusos pero con ilusión, se niegan a consumir. Mi más
cordial bienvenida a los nuevos insumisos.”
De las dieciocho que menciono en el texto, veinte años después, solo
persisten algunas: Acantilado, Salamandra, Minúscula, Lengua de Trapo, Trea, Áltera,
Octaedro, Páginas de Espuma, Sequitur... Otras de menor calado, no mencionadas,
ya habían desaparecido.
3 Más menciones a ciertas lecturas
recientes, y dados los orígenes y la propia ubicación de la editorial en un
barrio acomodado de Barcelona, ¿cree que Anagrama franqueó con sus elecciones y
su serie de bolsillo ese estigma del lector voraz como persona de un cierto
perfil social?
No acabo de entender tal “estigma”.Y la cualificación de una editorial
la define, sin lugar a dudas, como es bien sabido, su catálogo y su coherencia a
lo largo de las épocas. Se puede estar de acuerdo o no con el catálogo, pero
este es el que dice la verdad de una editorial más verosímil que los complacidos
gorgoritos de los editores.
4 ¿Son conscientes de la
repercusión que sus obras tuvieron en un país que salía de una dictadura
mojigata?
Sí, en efecto. A menudo eran apuestas arriesgadas comercialmente pero
que nos parecían especialmente pertinentes en nuestro catálogo. Por ejemplo, a numerosos
autores excelentes, pero minoritarios, también les publicamos sus primeros
libros de cuentos.
Con demasiada frecuencia, sobre todo en la primera década, fueron tiempos difíciles,
pero nuestras elecciones coincidían con el ADN de Anagrama (sea ello lo que
fuere). Y resultó extremadamente gratificante la repercusión en América Latina, donde
realicé tantísimos viajes, tuvimos una excelente relación con los libreros, la
prensa, las Ferias. Incorporamos, por ejemplo, algunos de los primeros libros
de autores como Guadalupe Nettel, Zambra o Villalobos y también publicamos a grandísimos
autores (de Pitol a Piglia) que ahora tienen el rango de clásicos. Creo que una de las funciones fundamentales de
un editor es estar atento a los nuevos autores, aquellos que, con el tiempo,
pueden convertirse en los clásicos del futuro. Ninguna otra brújula.
5 Por el motivo que sea, se detecta
una cierta pérdida del peso de Barcelona como centro editorial. ¿Cómo ve la
escena editorial barcelonesa, al margen de la apoteosis anual de Sant Jordi?
Desde hace años, en el siglo XXI, han surgido centenares de nuevas editoriales,
en muy distintos países, marcadas por la búsqueda de la excelencia y muchas de
ellas han logrado asentarse. En épocas anteriores, el índice de “mortalidad”
era mucho más elevado. Este es un hecho innegable y muy positivo.
Pero, sin ningún afán patriótico-barcelonés, resulta innegable que en nuestra
ciudad tienen su sede dos de los sellos editoriales más poderosos del mundo: Planeta
y Penguin Random House (Bertelsmann) y siguen en activo muchos excelentes de
los sellos literarios independientes. Véase como ejemplos Acantilado, Minúscula o la propia Anagrama, que opera como sello independiente, aunque ha
cambiado de propietario: la italiana Feltrinelli. Y también han surgido, en el
siglo XXI, excelentes nuevas editoriales.
6 Otro mantra reciente: "Más
autores que lectores", y yo creo que el editor es necesario para parar los
pies a tanto talento en ciernes que eclipsa al talento real. ¿Llegó a sentirse
tentado a hacer como dicen que hacía el editor de Carver?
En cuanto al editor de Carver, Gordon Lish, es una figura muy
polémica, al margen de su talento. Es sabido que realizó una extrema cirugía en
los cuentos de un Carver entonces autor desconocido e inseguro, sin recursos
económicos y con graves problemas con el alcohol. Sus cuentos tuvieron mucho
éxito, pero al final dejaron muy traumatizado al autor, que se sentía como un
impostor involuntario, y al cabo de unos años empezó a reescribirlos tal como
fueron concebidos. El primero fue Principiantes.
Por desdicha, Carver murió antes de poder completar la revisión de los
restantes. Como dato curioso: Carver falleció en agosto de 1988, un mes antes
de la que hubiera podido ser su primera visita a Barcelona, invitado por Anagrama.
No llegué, pues, a conocerlo, pero su gran amigo Richard Ford me habló a menudo
de él, eran como hermanos.
He intervenido a menudo como editor en textos de los autores de la
casa, pero siempre ha sido “cirugía menor” y pactada con el autor, a veces (pocas)
con un cierto forcejeo. Por poner un ejemplo, bastante conocido, Bolaño pensó
en Tormenta de mierda como título de un
libro que, finalmente, se llamó, creo que afortunadamente, Nocturno de Chile.
Por cierto, para mí cambiar títulos ha sido un hobby frecuente. En
varios casos, autores indecisos al respecto me pidieron que lo intentara yo.
7 Aunque me consta por la lectura
del libro que ya cerró alguna de esas heridas, ¿se quedó con las ganas de
publicar como Anagrama algún autor u obra en particular, en especial los
llamados clásicos?
He citado a menudo el caso de Borges, pero ya estaba editado con
contratos férreos en Argentina y en España. También me hubiera gustado publicar
Teniente Bravo de Juan Marsé, pero
Carmen Balcells, su agente, lo desvió a una editorial con mucho más poderío. Y
también he deseado publicar a Mendoza, pero este tiene un férreo vínculo
personal con Pere Gimferrer, hasta que la muerte los separe.En cualquier caso,
con tantísimos grandes autores publicados, sería muy descortés con ellos
ejercer de plañidera.
8 Y hoy, ¿qué lee por placer, con
pura desconexión profesional, si ello le es posible?
Desde enero de 2017, elegí a Silvia Sesé como directora editorial (muy
sabiamente, como es sabido). Al revés que antes, ya no leo a todos los autores
que publicamos sino una lista restringida y diría que de lectura gozosamente
inevitable.
Y, desde luego, leo y releo por placer memorias y diarios de
escritores y editores muy escogidos con gran gratificación y sosiego. Entre
otros ejemplos recientes figuran Barral, Castellet, Esther Tusquets, Salinas… y
autores más recientes como Iñaki Uriarte o Marcos Ordoñez. Y suma y sigue.
9 Sin necesidad de entrar en
detalles, ¿puede mencionarme algunos autores por los que ha apostado y le
frustre particularmente que no hayan tenido el éxito que cree que merecen?
No entraré en detalles para no entristeceros ni entristecerme y, por
supuesto, para no recordarlo públicamente. Solo mencionaré a un extranjero, mi
admiradísimo y muy minoritario Giorgio Manganelli: le publiqué cuatro joyas,
creo haber cumplido con mi auto-impuesto “cometido histórico” con tan singular autor. Hace
años, para mi alegría (y la de sus escasos pero muy agradecidos lectores), lo
recuperó Siruela y creo que después ha habido algún otro intrépido colega.
Un pequeño test rápido (y si cree
que debe añadir algún comentario, le ruego que lo haga), le paso una breve y
heterogénea lista de autores y dígame si los hubiera encajado en Anagrama:
David Foster Wallace
William Gaddis
Isabel Allende
Mircea Cartarescu
Camilo José Cela
Primo Levi
Respecto al test rápido de autores de imaginaria publicación, desde
luego editaríamos con gran orgullo a Primo Levi. También a David Foster Wallace,
William Gaddis y Mircea Cartarescu. En cuanto a Isabel Allende, preferiría no
ofrecer a los lectores de Anagrama una incorporación poco congruente.
El caso de Cela es especial: en mi juventud fui leyendo casi todos sus
textos de los años 60, que me gustaron mucho, obviamente. Así, La familia de Pascual Duarte, La colmena, Viaje a la Alcarria o Cuentos carpetovetónicos.
Y en una ocasión estuve a punto de publicar una nueva edición de La colmena gracias a la singular decisión
de su agente Carmen Balcells, quien, durante unos años, decidió que los libros
que se vendían muy bien podrían seguir vendiéndose todavía mejor publicados por
varias editoriales. Gracias a ello, pude
publicar los extraordinarios títulos de Juan Rulfo: Pedro Páramo y El llano en
llamas. Y también mi novela preferida de García Márquez: El coronel no tiene quien le escriba. Quizá
una preferencia inhabitual. Sin embargo, Gabo afirmó, unos años más tarde, que
había escrito Cien años de soledad
con el único propósito de lograr que El
coronel tuviera más lectores. Di un respingo de júbilo, pero casi al instante
recordé la merecida fama de gran mentiroso, más o menos juguetón, de Gabo, según
decían sus íntimos amigos.
Volvamos a Cela. Cuando ya había acordado con Carmen Balcells la
publicación de La colmena, se produjo
un hecho muy desagradable. Habían empezado a triunfar visiblemente varios
escritores de la llamada Nueva Narrativa Española y Cela los atacó en varios
artículos (creo recordar que en El País) de
una vileza moral que me parecía incompatible con dicha publicación en Anagrama.
Fin de la historia.
Unos pocos años más tarde, los “auténticos” editores de Rulfo, García
Márquez y otros autores le comunicaron a Balcells que se había acabado la
fiesta y que ellos serían los únicos en publicar tales obras. Punto y aparte.
Curioso, Leo Messi ya ha
pronunciado, hace poco, la palabra retirada. Y a Vd. no se la he leído en 460
páginas. Sin ponernos terribles, ¿se ve capaz de dejar de ser editor
(profesión, dice, hecha a su medida) en algún momento?
La profesión de editor sigue siendo lo que más me gusta hacer. Sigo en
ello, con menos intensidad, claro, mientras Silvia Sesé ha tomado las riendas
de la dirección editorial con gran acierto y con mucha sintonía personal entre
nosotros. Así que mientras crea que puedo seguir siendo útil y me sienta a
gusto, seguiré en ello hasta que haya alguna interrupción drástica:
auto-despido, mi despacho tapiado de pronto, la guadaña…
Jorge Herralde
Barcelona, 18 de febrero 2020
Vaya mi enhorabuena por vuestro aniversario, como no.
ResponderEliminarUn medio que cumpla años difundiendo la Literatura merece ser felicitado.
Y excelente modo de celebrarlo, regalándonos la entrevista a Jorge Herralde.
Un abrazo.
Feliz cumple Ulad! Y gracias por la entrevista a Herralde.
ResponderEliminarSaludos
Per molts anys, ULAD! Muy interesante la entrevista al gran Herralde como ejemplo para seguir siempre en la brecha defendiendo el amor por los libros. Salut!
ResponderEliminarFelicidades al blog y aplauso a la perseverancia de sus miembros. Superar una década hoy tiene mucho mérito.
ResponderEliminarCon respecto a la entrevista, felicitaciones a Francesc por las preguntas que resultaron en tan buenas respuestas.
Tengo el libro desde que salió me gusta el mundo de las editoriales. Gracias Francesc... Kempes 19
ResponderEliminarLa referencia a Isabel Allende como "poco congruente" con la editorial a qué se debe. ¿Demasiado comercial? Si alguien me da una interpretacion lo agradecería.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos, por las felicitaciones, y por coincidir conmigo en la capital importancia de Herralde en la cultura escrita, como poco.
ResponderEliminarY, Jorgete, creo que la calificación de "poco congruente" es tan ambigua y elegante que, habiendo leído todo lo leído de Herralde y su aversión a la polémica "per se", la cosa se explica sin necesidad de explicarla. Este hombre es un genio hasta en esos pequeños detalles.
Muchas felicidades ULAD, y a Francesc por la entrevista. Gracias a vuestro trabajo algunos tenemos un lugar de referencia libre, caótico y siempre distinto, que tiene mérito, muchísimo.
ResponderEliminarAbrir vuestro blog cada día es lo más parecido a encontrar una carta en el buzón (los más antiguos lo recordamos); de repente, un amigo te cuenta que ha leído un libro maravilloso, o ridículo, o incluso que no lo ha podido acabar. Y lo mejor de todo, es que esa lectura se transmite desde la ironía más punzante, una prosa exquisita, un diálogo para besugos o quién sabe.
Para mí, sois unos amigos con los que aprender cada día, descubrir nuevas lecturas y enamorarme más aún de este placer que es la lectura.
Un besazo a los 10
Felicidades y gracias ULAD.
ResponderEliminarRaskolnikov
Me flipa que Allende le parezca poco congruente y sin embargo edite a Amelie Nothomb.
ResponderEliminarPregunta. Una editorial es rentable económicamente? Parece que son familias con una cierta posición económica. Un pobre partiendo de la nada no podría.. Kempes 19
ResponderEliminarHe leído el libro de belén rubia tes.. Rialto11 contando su historia con su librería y tuvo que dejarlo. Mayor Thompson
ResponderEliminarHola, Kempes 19.
ResponderEliminarSobre si una editorial es rendible económicamente entiendo que depende del buen ojo que tengan. Me explico: entiendo que las editoriales puede que fueran creadas por familias pudientes, pero creo que algo ha cambiado últimamente. Por ejemplo, lo que más conozco son las editoriales nacidas recientemente (menos de diez años) como las pertenecientes a “Llegir en Català” fueron fundada sin muchis recursos y las dos que más conozco de este grupo (Raig Verd/Rayo verde y Edicions del Periscopi) estan saliendo adelante gracias a su buen ojo y. a sacar pocos títulos al año (menos de 12 en Periscopi, y diría que algo igual en Raig Verd). Si a eso le unes el buen ojo (Aleksievitx, Handke y Thiong’o, entre otros) para Raig verd y Foster Wallace, Whitehead, Vann, Mouawad, Cărtărescu en periscopi, pues lo tienes mejor para sobrevivir.
Entiendo que la clave es hilar fino y tener algún golpe de suerte. Y mucho trabajo con poca estructura.
Hasta donde yo sé.
Saludos y gracias por comentar.
Marc
Hola, Marc y Kempes:
ResponderEliminarPor si os interesa, el otro día leí este artículo sobre las cuitas de tres editores independientes:
https://www.elsaltodiario.com/literatura/sobrevivir-sombra-grandes-editoriales
De todos modos, y desde el desconocimiento, yo creo que hoy en día la dificultad no depende tanto de la edición en sí, que hoy es telativamente accesible, como de la distribución y venta.
Por otra parte, supongo no es igual la situación cuando se fundó Anagrama, que aun estando en pleno franquismo, había un ansia de muchos lectores por acceder a libros cuya lectura les había hurtado la dictadura, como ahora, que la oferta de títulos es abrumadora para la cantidad de lectores que hay, al menos en España...
Mil gracias Juan por el articulo que me has enviado de las editoriales. Y tb a Marc. Mil gracias. Os lo agradezco en el alma. Kempes 19
ResponderEliminarBuenas! Pues gracias por los nuevos comentarios. Y recordad que es Herralde quien ejecuta magistral elipsis sobre Allende y no creo que vaya a responder sobre la duda que se plantea. No soy fan de la Nothomb, precisamente, alguien debe haberlo notado ya.
ResponderEliminarSobre la cuestión planteada más adelante sobre si una editorial hoy puede ser rentable ( o "rendible" como se le escapó a Marc, que claramente es demasiado catalán y debe ser reconducido, Ortega Smith se prestaba a ello pero CAYÓ) y dado que conozco algunas cuestiones de números, diría que las editoriales de perfil pequeño (las entrañables editoriales independientes que son tan cuquis que necesitan clavarte, y tú lo vas a comprender, 15 euros por una primera obra de un desconocido de apenas 95 páginas) dependen mucho de que alguna de sus elecciones se venda mucho o acierten con algún escritor que empiece a despuntar en el boca-oreja o tenga la suerte de ser reseñado en los escasos medios más influyentes que nosotros. Y haga Boom. Ejemplos como Robertson Davies en Acantilado, o James Rhodes en Blackie Books o Cartarescu en Impedimenta o tantos otros.
De hecho Herralde habla de casos muy parecidos en Anagrama, de long-sellers y de fenómenos inesperados, especialmente en la fase ya centrada en la narrativa.
Pero pienso que eso es algo casi casi aleatorio y que ese buen ojo ha de tener algo de visión comercial pues con la reducida base lectora hoy en día no creo que muchas editoriales se sustenten exclusivamente de aplicar un rasero cualitativo a destajo. Una conclusión triste y lamentable. Curioso que Herralde eludiera un poco esa pregunta soble la extracción social de cierto perfil lector de hace décadas. Pero vamos, por lo que a mi respecta, si un ricachón ha de dilapidar dinero en editoriales que publiquen buenos libros aunque tenga que cubrir pérdidas, mejor eso que estrellar un Ferrari a la salida del concesionario.
Marc decía: estructuras pequeñas. Pues muy acertado. Números en mano, vender 4.000 ejemplares de un libro no da para pagar autor, eventual traductor, corrector, etc, y añadirle directores comerciales, financieros, despachos de maderas nobles y puros de 300 euros tras mariscadas. Eso no va a repetirse entre gente respetable artísticamente. Así que pequeños sellos con gente casi a tiempo parcial que cruzan los dedos para que el libro funcione y se resignen a que, de dar el bombazo, le levantará el autor alguna major con el cheque de un jugoso anticipo.
Y el que tenga morriña de esos tiempos pasados, que lea a Pérez Andújar, por ejemplo. Que va a ser lo más cerca que esté de que vuelvan.
Bona nit.