Título original: The haunted mask
Año de publicación: 1993
Valoración: Se deja leer (está bien para niños)
Carly Beth es muy miedosa y en la escuela la asustan con frecuencia. En Halloween decide llevar una máscara aterradora para vengarse de aquellos que se burlaron de ella.
R. L. Stine reflexiona en La máscara maldita sobre el monstruo que hay en todos nosotros. La protagonista de la novela debe luchar contra su propia maldad, evitar convertirse en algo igual o incluso peor que sus torturadores.
Semejante mensaje es poderoso, no resulta moralizante y se comunica con sutileza. Bien por ti, Stine. A esto súmale que en la narración hay algún momento genuinamente pavoroso (el cual no me extraña que traumatizara a cientos de niños en su adaptación a televisión), y tenemos una ficción de terror infantil bastante conseguida.
Por desgracia, La máscara maldita sigue perteneciendo a la franquicia Escalofríos, y por ello es defectuosa de fábrica. Abusa de la tensión artificial y los sustos baratos (aunque éstos tienen cierto sentido dentro de la trama), presenta situaciones reiterativas, dilata en exceso algunas escenas, exhibe una prosa ramplona, etc, etc...
Pero dentro de lo que cabe, insisto, La máscara maldita funciona. No me extraña que se haya convertido en un clásico del terror infantil, y en una de las entregas de Escalofríos más queridas por los fans (incluso lo es del mismísimo autor). De nuevo, bien por ti, Stine.
También de R. L. Stine en ULAD: No bajes al sótano
Un autor español ya fallecido que escribió muy buenas novelas y cuentos de terror para jóvenes y no tan jóvenes fue el crítico cinematográfico José María Latorre. Este escritor supo remozar los mitos clásicos del terror (vampiros, fantasmas, hombres lobo, zombis, demonios, resucitados, maldiciones, leyendas siniestras) en una serie de libros realmente entretenidos y muy bien escritos. Y manteniendo el espíritu clásico del género. Una lectura ideal para pasar una tarde de invierno neblinosa y gris.
ResponderEliminarLatorre me llama la atención. Gracias por hablarme de él, 1984.
ResponderEliminarSeguramente tiene obras para jóvenes que, literariamente, superan a las de Stine. Lo cual no es particularmente difícil, la verdad. El bueno de Stine escribía a marchas forzadas, y esto se nota sobremanera en "Escalofríos". Ni siquiera sus trabajos más interesantes de esta franquicia (véase, por ejemplo, "La máscara maldita") están libres de defectos.
¿No le exiges demasiado a Escalofríos? Son novelas de terror para niños, después de todo.
ResponderEliminarA ver, entiendo que para el público al que van dirigidas ya sirven. Y ojo, no quiero tomar por tontos a los niños (al contrario que algunas entregas de "Escalofríos", las cuales subestiman en exceso a sus lectores).
ResponderEliminarPero la modestia de su propuesta no me impide criticar sus defectos. Si están mal escritas, lo diré. Y con mal escritas no me refiero a su prosa, que también, sino a la falta de ingenio de Stine. En "La máscara maldita" hay dos llamadas telefónicas que sacan las castañas del fuego a la protagonista (cuando está en la tienda y cuando su madre casi la ve con la máscara puesta). ¡Qué conveniente! Ya hubiera podido currárselo Stine un poco más, ¿no crees?
Perdonar este tipo de cosas a una obra porque pertenece a X género o porque está pensada para Y demografía de lectores me parece deshonesto.
Me encanto 🤭😘
ResponderEliminar