Idioma original: Francés
Título original: Avoir un corps
Traducción: Maria Teresa Gallego Urrutia
Año de publicación: 2013
Valoración: ¿Está bien?
Tener un cuerpo es una novela que no acaba de cuajar. Lástima, pues tenía un potencial tremendo. Narra en primera persona cinco periodos claves de la vida de su protagonista. Y pone un énfasis tremendo en el cuerpo de ésta. Sí, habéis oído bien: el cuerpo deviene un personaje más en esta obra.
Obra que, si bien es cierto que se lee sin dificultad, me ha decepcionado bastante. Y es que a esta historia la lastran dos cosas: su tono monocorde y la indefinición de la protagonista.
Tener un cuerpo es una novela que no acaba de cuajar. Lástima, pues tenía un potencial tremendo. Narra en primera persona cinco periodos claves de la vida de su protagonista. Y pone un énfasis tremendo en el cuerpo de ésta. Sí, habéis oído bien: el cuerpo deviene un personaje más en esta obra.
Obra que, si bien es cierto que se lee sin dificultad, me ha decepcionado bastante. Y es que a esta historia la lastran dos cosas: su tono monocorde y la indefinición de la protagonista.
- Lo primero podría haberse evitado dando mayor variedad a la voz narrativa. Imprimiéndole texturas distintas según el periodo vital que cubre, por ejemplo.
- En cuanto a la protagonista, me hubiera gustado que Giraud optara por escribirla de forma más compacta. Que o bien la hiciera un ser individualizado, o bien la convirtiera en un arquetipo femenino. Sin embargo, la autora retrata a dicho personaje a contraluz, y por ello es incapaz de sacarle partido a las ventajas de haberse inclinado hacia una u otra dirección.
No quiero dejar de reconocer las cualidades de esta novela.
- La prosa de Giraud es exuberante en lo formal. Usa ciertas decisiones estilísticas con una intuición portentosa, recurre eficientemente a la elipsis, desmenuza acciones y sentimientos con los adjetivos pertinentes...
- La autora exprime el cuerpo literaria, plástica y simbólicamente.
- Los temas barajados son sumamente interesantes: las diferencias (tanto biológicas como culturales) entre hombres y mujeres, el deseo femenino, la maternidad, la aceptación del duelo... Ojalá dichos temas hubieran sido más influenciados por el ángulo del cuerpo que Giraud había concebido al planear esta historia.
En definitiva, diría que Tener un cuerpo es una obra paradójica. Una que encierra ideas brillantes, pero que es incapaz de articularlas con la solvencia que requieren. En todo caso, hay que admitir que lo que aporta no está nada mal. Además, se intuye ambición artística en esta novela; algo que siempre hay que agradecer. Y, repito, se lee con fluidez.
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