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lunes, 29 de julio de 2019

Contrarreseña: Buenos días, tristeza, de Francoise Sagan

Idioma original: Francés
Título original: Bonjour, tristesse
Año de publicación:1954
Traducción: Javier Albiñana
Valoración: Muy (muy) recomendable

Hace ya unos cuantos años que leí por primera vez "Buenos días, tristeza". Recuerdo que me gustó mucho. Ahora bien, al ver que lo teníamos reseñado en el blog con un rácano "está bien" surgieron las preguntas: ¿qué ocurrirá si vuelvo a leer "Buenos días, tristeza" en 2019?, ¿cómo nos habrá afectado el paso del tiempo a la novela y a mí?, ¿se confirmará aquella primera y lejana impresión o habrá una decepción? Había que despejar las dudas.

Pues bien, "Buenos días, tristeza" me sigue pareciendo un muy buen libro, hasta el punto de quedarse cerca del "imprescindible". Y me parece muy buen libro por varios motivos:
  • Su tratamiento del final de la juventud o cómo pasar del puro hedonismo, la indolencia y la apatía a la responsabilidad en solo 120 páginas. Apenas unas semanas, un escenario "cerrado" y cuatro o cinco escenas claves bastan para dar empaque a los personajes y a la historia. Economía de recursos al servicio de la novela, sí.
  • La evolución del personaje de Cecile (la principal protagonista de "Buenos días, tristeza") de joven egoísta y malcriada a Raskolnikov de la Costa Azul, de ser absolutamente incapaz de introspección alguna a ser alguien hasta cierto punto atormentado por sus actos. Para ello, Sagan nos conduce por los pensamientos de Cecile a través de un buen manejo. sobre todo si tenemos en cuenta el cuarto punto, del monólogo interior. 
  • El uso de los personajes secundarios. Todos ellos poseen unas características muy concretas que les llevan a cumplir un rol muy determinado Todos ellos aportan algo a una historia en la que nada sobra y en la que los pasos de los protagonistas están muy medidos y dirigidos a un determinado fin. 
  • Es una primera novela escrita con apenas 19 años. Está claro que está basada en elementos autobiográficos (o eso parece), pero es innegable la capacidad de Sagan para psicoanalizar y "desenmascarar" a una clase social y a una generación muy concretas. Los miedos e inseguridades de jóvenes y adultos aparecen aquí, bajo la apariencia de una historia "ligera", en toda su crudeza. 
  • Su estilo, casi cinematográfico, que hace que la novela pase en un santiamén. Esto puede parecer una perogrullada en una novelita de apenas 120 páginas, pero ¡cuántas veces habremos leído novelas breves que se hacen largas! 
  • Contexto cultural: La novela se publica en un momento en el que Sartre, el existencialismo, o la cultura "seria" en general son dominantes. Sagan presenta a una protagonista en la que prima el hedonismo, el egoísmo y la búsqueda del placer, con lo que ello supone de ruptura con los cánones "oficiales".
  • Contexto político: Han pasado 9 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial y los conflictos de Indochina y Argelia están muy presentes en la sociedad francesa. Pues bien, los protagonistas de "Buenos días, tristeza" viven en una especie de burbuja en la que estos acontecimientos no pueden penetrar. Tanto este punto como el anterior tienen más que ver con la función de la literatura como elemento "incómodo" que con el libro en sí, pero creo que es algo a tener en cuenta a la hora de valorar un libro.
Vale, ya lo dejo. Queda clara mi opinión, ¿verdad? Abiertos quedan los comentarios para que dejéis la vuestra. Eso sí, andaos con ojo que soy capaz de retar a duelo a quien sea (¡y llevaré de padrino a Arturo Pérez-Reverte!)

La reseña original de "Buenos días, tristeza" AQUÍ

12 comentarios:

  1. De acuerdo contigo Koldo, en todo menos en una cosa.... No creo que el ínclito Don Arturo digne batirse por un blandengue que defienda novelas como esta. Si los personajes hasta tienen sentimientos!

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  2. Hombre, Juan! Eso... y que el libro está muy bien!
    En cuanto a lo de Arturo, era más bien una licencia poética

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  3. Koldo:
    Acepto el reto. Esta mañana he sacado el libro de la Biblio. Y a Arturito no le temo nada; tengo unas medias de rejilla guardadas por si acaso.
    Saludos

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  4. Koldo, nunca dejas de sorprenderme!!

    Leí Bonjour, tristesse hace al menos 45 años. Era un purrete de 11 o 12 años y este librito, publicado por la editorial Emece (la que publicaba a Borges), estaba en la biblioteca de mis padres. Tuvo alto impacto en mí, tal vez por los revuelos hormonales propios de la edad. Recuerdo que era una novela muy vendida, que tuvo muchísimo éxito en Argentina. Por supuesto, de su argumento me ha quedado poco y nada...

    Gracias una vez más por permitirme la conexión con un pasado feliz, cuando las responsabilidades eran pocas.

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  5. Querido "El puma":

    Antes de nada, muchas gracias a ti por estar siempre ahí. Es un verdadero placer. En cuanto al libro, no sé si ahora tendría el mismo impacto. Cada lector es un mundo, pero personalmente me parece que el libro ha envejecido muy bien.

    Y ya que estamos en plan "confidencias", el revuelo hormonal del que hablas a mi me lo causó Jean Seberg cuando vi la adaptación al cine de Bonjour. No tengo "caritas de esas con corazones en los ojos" suficientes para expresar lo que sentí en ese momento.

    Fuerte abrazo

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  6. Hola, Koldo:
    El libro me lo leí antesdeayer en un viaje en tren y lo terminé apresuradamente al llegar. Me pregunto si ese modo de leer poco pausado influyó en la lectura, porque me quedo con la otra reseña. El libro se lee bien, refleja de un modo reseñable el choque con la responsabilidad de la edad madura, y tiene una gran sinceridad, sobre todo con el tema del propio placer, alejado de la culpa y las convenciones.
    Sin embargo, esa frivolidad de los personajes, ese modo de tomar de los demás lo que quieren pensando sólo en sí mismos, me resulta tan repulsivo, que creo que esperaba mayor arrepentimiento, mayor hondura.
    Creo que me pesan los años y la experiencia.

    Por cierto, la lectura adolescente que me dejó con la boca abierta fue “Las edades de Lulú” Qué barbaridad.

    Saludos

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    Respuestas
    1. Vaya! Bueno, retiro lo del duelo (no quiero morir joven) y menos mal que lo cogiste de la biblioteca.

      Abrazo

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  7. Empecé este libro con las expectativas, quizás, demasiado altas: siempre me lo encontraba en esas listas de "libros escritos por mujeres que tienes que leer sí o sí", donde se resaltaba lo rompedor que fue para su época por la sinceridad con la que trataba ciertos tema como el placer femenino, la entrada en el mundo adulto, etc.

    Entiendo que esta obra, en su contexto de mitad del siglo XX, supusiera lo que supuso, pero a mí me ha parecido un pufo mayúsculo. Salvo 2 o 3 frases sueltas lo demás me ha parecido flojísimo; un novela juvenil (en el peor sentido de la palabra) en la cual la protagonista va a la deriva todo el rato (quiero a mi padre, desprecio a su novia, ahora la quiero, ahora la vuelvo a despreciar, otra vez la admiro... Y otro tanto con su amante/novio/loquesea, al que utiliza y quien se deja utilizar de un modo nada creíble, o tan creíble como el ""amor"" que se profesan). La introspección de la protagonista es de una simpleza bestial, lo que pretender ser evolución a mí se me antoja un marear la perdiz interminable...

    O eso, o yo he leído otra novela.

    Con todo, si algo saco de esta lectura es la triste verificación de que a mediados del siglo pasado (y aún en este) el patriarcado, el machismo, campaban a sus anchas, ya que si este libro supuso tal terremoto, cómo debían estar las cosas. Solo por eso (que no es poco), haya que reconocerle su mérito.

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  8. Jo, eso es una contracontrarreseña en toda regla!!! Y bienvenida sea!

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  9. Por supuesto, Koldo :-) Si todos coincidiéramos, qué aburrido. Y te confieso que me sorprendió tu valoración porque suelo estar muy en línea con tus valoraciones (Mariana Enriquez, sin ir más lejos, la cual amo desde "Las cosas que perdimos en el fuego"), pero en este caso, yavestú, no ha sido así ;-)

    ¡Saludos!

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