Título Original: Carmilla
Traducción: José Luis Piquero
Año de publicación: 1872
Valoración: Imprescindible para interesados, recomendable para el resto
Antes de entrar en materia, tengo que mencionar tres factores que condicionan la valoración de este libro. El primero es que me encantan las películas de la Hammer (Peter Cushing, Christopher Lee y compañía), el Drácula clásico de Bela Lugosi, etc, así que muy mal se tiene que dar para que un libro de este tipo no me guste. El segundo es que estamos ante una obra de culto, hasta el punto de ser considerada por los expertos como la primera novela (¿cuento largo?) vampírica, lo que nos permite tener cierta manga ancha con los defectos de la novela. Y el tercero y último, estrechamente relacionado con el anterior, es que es una historia tantas veces vista y leída a estas alturas que no hay "factor sorpresa". Eso sí, no debemos olvidar que la novela ¡tiene casi 150 años!.
Así que creo que lo más justo es ese "imprescindible para interesados, recomendable para el resto". Porque la novela tiene su lado positivo y su lado no tan positivo. A su favor juega, sobre todo, la recreación de una atmósfera tenebrosa que contribuye de manera fundamental a la construcción de una entretenidísima historia de terror y misterio a partes iguales, relacionada, no improbablemente, con algunos de los más profundos arcanos de nuestra existencia dual y sus estados intermedios. De hecho, es tan grande la influencia de "Carmilla" en todo el cine y literatura vampírica posterior que cualquier lector con un mínimo bagaje en la materia reconocerá múltiples elementos: la joven huérfana e inocente criada por un aya, el castillo pintoresco y solitario situado en una colina boscosa, el ama de llaves, el misterioso carruaje negro, la joven (el joven en posteriores adaptaciones) de belleza arrebatadora pero más rara que un perro verde, las muertes que se suceden sin motivo aparente, el doctor, etc. El lado menos positivo de la novela lo constituye su final, no tanto por carecer de ese "factor sorpresa" del que hablaba sino por su brusquedad. Se trata de un final que llega "muy de repente", rompiendo de forma casi violenta con todo el desarrollo anterior de la trama.
Independientemente de esto, quisiera destacar otros dos aspectos clave de la "Carmilla". Uno sería su alta carga homosexual, cosa que sorprende tratándose de 1872. Obviamente, no hay escenas sexuales explícitas, pero la relación amistad / amor / odio entre Laura y Carmilla tiene unas connotaciones sexuales que Le Fanu no se molestó en ocultar, sobre todo en un personaje tan ambiguo y dual como el de Carmilla. El segundo sería su aspecto onírico. Sueños, visiones y alucinaciones acechan a Laura y a Carmilla y hacer crecer el halo de misterio y terror. Y es que los sueños atraviesan los sólidos muros de piedra, iluminan cuartos oscuros y oscurecen los claros, y entran y salen como les place y se ríen de las cerraduras. Vaya, que si ciertos psiquiatras vieneses aficionados a la cocaína no leyeron está novela para inspirarse en sus teorías, poco le faltó.
En resumen, este "Carmilla" supone la reedición en tapa dura, letra bien hermosa y nueva traducción de un clásico que todo aficionado al misterio y al terror debe leer. Y si no lo ha hecho, que empiece cuanto antes, no vaya a ser que una de estas noches veraniegas entre un murciélago por su ventana y ...
No es que yo sea un gran admirador del género, pero bueno, parece que esto es un clásico de culto y eso siempre llama al "coleccionista que hay en cada casa".
ResponderEliminarYo tengo la teoría de que una digna y diversa biblioteca personal es una de las últimas posesiones materiales de las que uno aún se puede sentir realmente orgulloso entre tanta herramienta y consuelo de atontado que vamos acumulando. La tomen o no, debe de ser también la mejor herencia material que podemos dejar a los que nos siguen.
Apuntado queda el libro.
Y ya que te gustan los vampiros supongo que habrás visto la peli "Lo que hacemos en las sombras".
Para mí, de culto.
Un saludo, gracias por darme a conocer este clásico, participar y todo eso.
Voy mejorando. Ayer me topé por primera vez en mi vida con Aicken, hoy con Sheridan Le Fanu, a quien conozco y de quien he leído algo, seguro (en esas antologías de horror que solía publicar, hace unos 40 años, la editorial Bruguera).
ResponderEliminarNo recuerdo haber leído Carmilia, y por lo que dices, Koldo, parece interesante. Sobre todo porque creo pertenecer a la facción de los amantes de la literatura de horror.
Se agradece tu contribución, como es habitual.
Creo que una de las mejores cosas de estar en ULAD (como reseñista y antes como lector) es que te convierte en un lector mucho más variado: ensayo, libros sobre libros, crónicas de viajes, etc.
ResponderEliminarEn cuanto a la peli que comentas, Diego, no la he visto. Me quedé en los clásicos y no tengo en casa ninguna de estas nuevas formas de ver TV. Aún así, la buscaré porque parece una cosa muy friki y muy loca.
Un saludo a los dos!
La tórrida y lánguida Carmilla se pasa toda la santa novela abrazando y besuqueando a la tonta de su amiga; sobre todo, tiene una curiosa inclinación por el blanco cuello de la damita; también le susurra al oído cosas muy raras: "En el rapto de mi enorme humillación vivo en tu cálida vida y morirás -morirás, suavemente morirás- en la mía. No puedo evitarlo." Claro que algunos personajes tienen algo más que sospechas sobre la verdadera identidad e intenciones de la misteriosa Carmilla. Es inolvidable la divertida escena del buhonero que se presenta en el castillo, con su sabor de cuento popular:
ResponderEliminar"Vea, milady (...) practico, entre otras cosas menos útiles, el arte de la odontología. ¡Maldito sea el perro! (...) ¡Silencio, animal! Aúlla tanto que su señoría apenas puede oír una palabra. Su noble amiga, la jovencita de su derecha, tiene un diente de lo más aguzado; largo, delgado, afilado como un punzón, como una aguja, ¡ja, ja! Con mi vista aguda y de largo alcance, cuando miré, lo he visto claramente; ahora, por si acaso lastima a la joven dama, y creo que así debe ser, aquí estoy yo, aquí están mi lima, mi bolsa, mis tenazas; lo haré redondo y romo, si le complace a su señoría, para que no sea más el diente de un pez sino el de una hermosa jovencita como ella es. ¿Eh? ¿Está molesta la joven dana? ¿He sido muy osado? ¿La he ofendido?
Camilla se quedó muy amoscada con el irónico discurso del jorobado, así que arrugó el morro y cerró la ventana; a su lado, Laura no se enteró de la misa la media.
A mí también me descolocó la alta carga homoerótica (femenina) de la narración cuando la leí hace ya bastante. Efectivamente no es explícita pero tampoco dejaba mucho a la imaginación, lo que me pareció sorprendente para la época.
ResponderEliminarLeFanu es uno de los grandes maestros de la ghost-story victoriana y aunque algunos de sus relatos quizás no han envejecido bien (en mi opinión), otros siguen siendo referencias en el género.
En particular, tiene un relato, que aquí se ha traducido como “El Huesped Misterioso” (“The Mysterious Lodger” en el original) que aun hoy en día sigue produciendo un efecto muy desasosegante y malrrollero, y cuyo motivo (familia aparentemente perfecta y unida en la que se introduce un elemento extraño) ha sido modelo para incontables versiones y variaciones posteriores tanto en narrativa como en el cine.
Buscaremos más cosas de Le Fanu, como este relato que comentas. También tienes razón en que este tipo de libros y autores corren el riesgo de "envejecer mal" (también le pasa a Poe o a Lovecraft), pero no me parece el caso de "Carmilla".
ResponderEliminar¡Muchas gracias por comentar!
Koldo, amigo: cómo que Poe envejece mal? 😳 No te permito que hables así del gran maestro!!!!😊
EliminarSaludos
¡Algunos relatos de Poe o Lovecraft!
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