Título original: Le vampire de Ropraz
Año de publicación: 2007
Traducción: Jaime Zulaika
Valoración: recomendable
Curioso lo de este Jacques Chessex: durante años, uno de los más notorios escritores suizos, autor de un montón de libros, entre novelas, relatos, ensayos y poemarios, ganador del premio Goncourt en 1973 por El ogro (también el Goncourt de poesía) y de otros prestigiosos premios del ámbito francófono... Y además, pintor (relacionado en España con Antonio Saura). Sin embargo, hasta donde yo he encontrado, sólo se ha publicado en castellano aquella El ogro y esta otra novelita, El vampiro de Ropraz. Lo que no deja de sorprenderme porque tras leerla, me queda de lo más evidente que Chessex era un muy buen escritor (digo era, porque falleció en 2009 de una manera algo chocante: de un infarto, en una bibliotaca pública, en la que daba una conferencia, cuando alguien del público le recriminó su apoyo a Roman Polanski, arrestado entonces por la policía suiza).
El vampiro de Ropraz es, en efecto, una buena novela corta, a la que quizá se le puede hacer el reproche, preciamente de resultar demasiado corta-no llega a las 100 páginas- ; en realidad tampoco sé hasta qué punto se le puede considerar una novela, puesto que pertenece a ese género, tan en boga en los últimos años (y, aunque no sólo, con especial fruición entre escritores en lengua francesa, como Carrère, Echenoz, Binet o Deville) consistente en tomar un hecho, generalmente no demasiado conocido, o a un personaje real y novelar su peripecia. Supongo que habrá ya un término, a ser posible en francés...algo así como "roman verité" para esta tendencia, ya casi escuela, literaria, pero lo desconozco (se ruega a los filológos o historiadores de la literatura que se puedan dejar caer por este blog, si es que hay alguno, que me saquen de dudas). En este caso, el hecho real, más real que en un telefilme de Antena 3, ocurrió en 1903, en unos pueblos del cantón helvético de Vaud, cerca de Lausanne, aunque en lo que por entonces podríamos llamar la "Suiza profunda" -el primer capítulo del libro es bastante contundente, al respecto- sucedieron unos hechos de lo más escabroso y hasta horripilantes: las tumbas de unas jóvenes recién fallecidas fueron profanadas y sus cuerpos mancillados y mutilados de forma brutal. Abstenerse de esta lectura los espíritus sensibles, por cierto...
(Aviso: no sé si lo siguiente se puede considerar un "spoil... perdón, "estropeamiento", dado que se trata de hechos históricos, pero por si acaso lo comento). El primer villorrio donde sucedió fue Ropraz, de ahí el título, pero la cosa se repitió hasta que fue detenido un sospechoso bastante ad hoc y cuya figura despertó pasiones bastante extremadas -y en todos los sentidos-, así como el interés médico y, por supuesto, periodístico de la época. Un sospechoso de ser "el vampiro de Ropraz" que (y pido perdón por el nuevo "spoiler", si lo hubiera) tuvo además un fin bastante curioso, según sugiere el autor del libro. En fin, lo más interesante de la novela, amén de la muy buena prosa que gastaba el señor Chessex, es la incerticumbre en la que nos deja el escritor sobre el presunto culpable: ¿ha sido el autor de tan vomitivos hechos o no?, se pregunta el lector durante buena parte del libro. Pues cada cual ha de decidirlo y, sobre todo, asumir con responsabilidad la decisión tomada. Aplíquese esto a casos judiciales presentes, pasados o futuros que nos pillen más cerca.
Nota de ruego final: ya podía alguna editorial recuperar para el lector en español la obra de este escritor. Si no Anagrama, quizás alguna de las muchas y buenas independientes (Impedimenta o Libros del Asteroide, por mencionar las más conocidas), pues creo que encajaría perfectamente en su catálogo. En fin, ahí lo dejo...
(Aviso: no sé si lo siguiente se puede considerar un "spoil... perdón, "estropeamiento", dado que se trata de hechos históricos, pero por si acaso lo comento). El primer villorrio donde sucedió fue Ropraz, de ahí el título, pero la cosa se repitió hasta que fue detenido un sospechoso bastante ad hoc y cuya figura despertó pasiones bastante extremadas -y en todos los sentidos-, así como el interés médico y, por supuesto, periodístico de la época. Un sospechoso de ser "el vampiro de Ropraz" que (y pido perdón por el nuevo "spoiler", si lo hubiera) tuvo además un fin bastante curioso, según sugiere el autor del libro. En fin, lo más interesante de la novela, amén de la muy buena prosa que gastaba el señor Chessex, es la incerticumbre en la que nos deja el escritor sobre el presunto culpable: ¿ha sido el autor de tan vomitivos hechos o no?, se pregunta el lector durante buena parte del libro. Pues cada cual ha de decidirlo y, sobre todo, asumir con responsabilidad la decisión tomada. Aplíquese esto a casos judiciales presentes, pasados o futuros que nos pillen más cerca.
Nota de ruego final: ya podía alguna editorial recuperar para el lector en español la obra de este escritor. Si no Anagrama, quizás alguna de las muchas y buenas independientes (Impedimenta o Libros del Asteroide, por mencionar las más conocidas), pues creo que encajaría perfectamente en su catálogo. En fin, ahí lo dejo...
Hola Juan,
ResponderEliminarleí este libro hace unos años y me dejó un muy grato recuerdo, pese a la sordidez de las descripciones de los actos del "vampiro". Por otro lado, la descripción de los antecedentes "familiares" del supuesto autor de lo hechos me pareció muy interesante, mostrándonos que tras la imagen idílica de una sociedad se esconden grandes miserias.
En resumen, una novela breve con la que pasar una buena tarde.
Txus
Hola, Txus:
ResponderEliminarPues sí, esa es exactamente la impresión que me dejó a mí.
Por otro lado, aprovecho tu comentario para añadir que la imagen de la cubierta me parece acojonante (en todos los sentidos), aunque no se corresponde demasiado con la historia que cuenta el libro...
Gracias por tu comentario y un saludo.
Pues me encanta este género al que has bautizado como "roman verité", siempre intento alternar ficción con no ficción, o la mezcla de ambas, así que esta novela me la apunto. El único pero de este género es que parece dado a deslizarse peligrosamente hacia la autoficción, tal como hace Carrere en Limonov, Binet en HHhH o Cercas en Soldados de Salamina (bueno, Cercas hace autoficción en todas las que he leído de él) y parece que no pueden dejar de contarnos que cuando se documentaban para el libro se estaban separando, ligaron con una checa o su hijo le ayudó porque se estaba sacando BUP.
ResponderEliminarPor cierto, hace poco leí las memorias de Polanski y es impresionante la mala suerte que ha arrastrado este hombre a lo largo de toda su vida. No conocía la historia que cuentas aquí, así que la cosa ya me empieza a dar repeluco.
Saludos!
Hola Pepe:
ResponderEliminarYo lo llamo "roman verité", pero seguro que el género o lo que sea tiene otro nombre más chulo. En todo caso, es cierto lo que comentas de que suele deslizarse hacia la autoficción, pero en este caso, por fortuna, no es así (también es verdad que la novela es anterior a esta moda).
En cuanto a lo de Polanski, en realudad aquí quien tuvo la mala suerte fue el pobre Jacques Chessex, pero bueno, al menos falleció rodeado de libros, según parece...
Un saludo y gracias por el comentario.
Hola, Juan:
ResponderEliminarCon mucho respeto por los vastos conocimientos de la gente que pulula por este blog (y los reseñistas), voy a hacer un comentario acerca de tu pregunta sobre el subgénero de la novela basada en un hecho real en Francia. Sé que se puede buscar en internet, pero la sobreinformación a veces despista y apabulla.
Aciertas con el nombre, ya que, precisamente leí ese concepto de "roman verité" referido a la novela francesa que tiene unos hechos reales como base. Tras la novela experimental y de tipo existencialista de las primeras décadas del siglo XX, en la segunda mitad de ese siglo surge en Francia el "Roman Nouveau". Se trata de una novela alejada del experimentalismo, pero que se acerca más a los escritores de finales del siglo anterior, con una forma más clásica y que añade características de los nuevos medios de comunicación.
Se suele decir que esta novelística de "no ficción" (o basada en hechos reales, pero literaturizada) tiene su punto de partida con "A sangre fría", de Capote. Según algunos estudiosos de la literatura, la incorporación a la vida cotidiana de la televisión, el cine y nuevas formas más rápidas y vistosas de comunicación, unida a la falta de originalidad de los temas, hace que se busquen en la vida real los temas. La cada vez menor capacidad de sorpresa del lector y la mayor tolerancia a la violencia y lo escabroso (o sea, ya casi nada nos asusta)influyen para que esas fuentes en las que buscar temáticas sean el crimen y las patologías sociales.
Este tipo de novela recibe distintos nombres según los países, y, como sucede con la música, los nombres de subgéneros, los límites entre uno y otro no son tan claros. Se puede llamar novela testimonial, de testimonio; en ingles "nonficiton novel" y en francés sí he leído justo "roman verité"
Y claro, las subdivisiones hasta el infinito. Existe el roman verité de tipo periodístico, psicológico, etc..De esos nombres ya no me acuerdo..
Bueno, eso a grandes rasgos, ya que de lo que más sé es del "roman courtois" (poemas del amor cortés), y eso os podría provocar un infarto cerebral.
Y nuevamente vuelvo a preguntarme..¿por qué narices nos gusta tanto el crimen?
Saludos
Hola, Lupita:
ResponderEliminarPues gracias por la disertación aobre el tema...¡así da gusto tener lectores de este blog! Me alegro, además, de haber acertado con la denominación de este "género" (no soy tan listo, quizá lo leí alguna vez en algún sitio).
Sobre tu pregunta final, he de aclarar que yo no pensaba que ésta fuese una historia de crímenes (tampoco lo es, al menos de asesinatis) , sinonque creí, antes de leerlo, que pertenecía al género de terror.
De todos modos, creo que en francés, o al menos en otra época, el término "vampiro" no sólo se refería a un monstruo sobrenatural chupasangre, sino también tiene la acepción de sátiro-violador o incluso asesino de mujeres... Al menos recuerdo un cuento de Narcejac que iba por ahí...
Bueno, un saludo y gracias por tu comentario, como siempre.