Títulos originales: La cafetière (1831) / Omphale, historie rococo (1834) / La morte amourese (1836) / Le pied de momie (1840) / Arria Marcella (1852)
Traductora: Marta Giné
Año de publicación: Los relatos se publicaron entre el 1831 y el 1852. La recopilación de Lumen, el 1999.
Valoración: Recomendable
Muertas enamoradas es una recopilación de relatos fantásticos salidos de la pluma del mismísimo Théophile Gautier. En otras palabras: Muertas enamoradas es el resultado de una faceta poco conocida, la de cuentista, de un personaje omnipresente en todos los manuales de literatura francesa debido a su aportación poética y novelística. Muertas enamoradas es, también, un estupendo trabajo de Lumen. El único reproche que se le podría poner a la editorial es el no haber incluido otro relato afín del autor (casi podríamos decir que novela corta), "Spirite", en este volumen. Ah, sí, casi me olvido: Muertas enamoradas es uno de mis amores de la adolescencia. Probablemente mi libro favorito de mi biblioteca favorita.
Los seis relatos que componen esta antología son correctos. Uno no debe exigirles unos personajes con un grado de disección psicológica elevado, ni siquiera una trama compleja. De hecho, las historias que nos brindan son sencillas, y aunque bastante originales, leerlas de corrido las vuelve algo repetitivas. Básicamente, todas ellas son un eco distorsionado de la misma sinopsis con ligeras variaciones. Un joven se enamora de una muerta o de un objeto que fantásticamente se transforma en una muerta. Pasan cosas raras. Su amor es imposible. Fin. Así pues, sería un error buscar en estos textos cualidades atribuidas a los clásicos de Gautier. Innegablemente, son obras menores dentro de la producción del autor. Pero están bien escritos, y su trasfondo no carece de interés, ya que en ellos se aborda 1) la capacidad del amor para trascender al tiempo, 2) la persistencia de la belleza, y 3) la intrínseca relación de ésta con la decrepitud (esta última mezcla de conceptos puede parecer extraña, pero fascinaba a la generación de los escritores románticos, cuya gestación vivió el propio Gautier; escritores capaces de apreciar tanto la sublimación estética de lo hermoso como de lo morboso).
Quizás el relato de Muertas enamoradas que menos me convence es el último de todos, titulado “Arria Marcella”. En él, la pasión de Gautier por la civilización egipcia se desborda (contrariamente a su comedida presencia en “El pie de la momia”). Huelga decir que la insistencia del escritor por abrumarnos con sus conocimientos históricos dilata innecesariamente el texto. Y es que en “Arria Marcella” asistimos, impotentes, a un despliegue de descripciones, ricas en detalles, que nada aportan a la narración.
Quizás el relato de Muertas enamoradas que menos me convence es el último de todos, titulado “Arria Marcella”. En él, la pasión de Gautier por la civilización egipcia se desborda (contrariamente a su comedida presencia en “El pie de la momia”). Huelga decir que la insistencia del escritor por abrumarnos con sus conocimientos históricos dilata innecesariamente el texto. Y es que en “Arria Marcella” asistimos, impotentes, a un despliegue de descripciones, ricas en detalles, que nada aportan a la narración.
Para ir acabando, no voy a negar que estos relatos han envejecido, pero tampoco creo que eso les pase la factura que a otro tipo de obras de la misma época. Su osadía decadente, pagana y erótica, entonces provocadora, ahora es de lo más inofensiva, vale. Pero su estilo, aunque quizás algo recargado y amanerado por momentos, no es que se atragante al paladar contemporáneo. Su idealizada descripción del amor, un amor instantáneo, a primera vista y entre dos desconocidos (uno de los cuales está muerto, no olvidemos ese pequeño detalle), se antoja más entrañablemente ingenuo que insultantemente inverosímil. Y las situaciones que en ellos se narran, de pesadez simbólica y onírica, pueden ya no ser tan inéditas como antaño, pero no por eso dejan de sorprender agradablemente.
En resumen, que haya sido algo crítico con la obra no significa que me disguste. De hecho, la relectura de la misma ha sido tan placentera como siempre; Muertas enamoradas es un viejo amor, y como deja bien claro el libro, el amor trasciende al tiempo, a la Historia, al olvido y a la muerte. Así pues, aunque las gafas de la nostalgia no empañan mi veredicto, debo reconocer que, quizás, sí que lo hacen con el cariño que profeso a este libro. ¿Y acaso importa eso? Igual que las muertas de Gautier no están muertas mientras son amadas, como recalca Arria, tampoco lo está la literatura. Es por ello que me alegra saber que mi lealtad eterna está colaborando a la resurrección de esta obra. Esperemos que el técnico responsable de la colección de la biblioteca no intente romper nuestro romance desechando esta joya del fondo de la institución...
También de Théophile Gautier en ULAD: Avatar
También de Théophile Gautier en ULAD: Avatar
Vaya, Oriol:
ResponderEliminarEnamorado de la literatura, del amor y del amor en la literatura. Nos has salido un romántico. Qué bonita reseña.
Qué exaltados eran los románticos y qué gran mentira el amor, que cambia una y otra vez en nuestro recuerdo. Y, desde luego, no puede haber amor más puro que a una muerta. Es el amor por el amor mismo, sin posibilidad de ser recíproco ni obtener nada a cambio, sólo el goce del sufrimiento amoroso, que nos eleva..Todavía más refinado que el amor de oídas de los trovadores.
Al final, una invención todo, pero tan hermoso..Sí, lo sé, qué descreída, qué cínica..no, sólo me he hecho mayor. Gracias a la literatura que nos proporciona rincones donde escondernos de la vida diaria.
Saludos
Hola, compa:
ResponderEliminarPues en mi casa ha habido desde siempre (ignoro de dónde salió) un compendio de historias de vampiros, de lacefitorial SUR de Buenos Aires, que también es uno de mis libros favoritos... Uno de los cuentos es "La macabra amante", que supongo será "La morte amoureuse"...¿va de un sacerdote enrollado cin una vampira...(no sé si el término "vampiresa" se puede aplicar aquí)?
Es un libro también merecería una reseña, ahora que lo pienso.
Un saludo, monstruo (dicho con cariño)
Hola, Lupita. En realidad soy un misántropo, pero está bien si de tanto en tanto sueno distinto.
ResponderEliminarJuan, el relato al que aludes es de Gautier, y está recogido en estas “Muertas”. Y a ver si te animas con esa reseña.
No lo he leído pero se me ha quedado grabada la emisión radiofónica de Juan José Plans en RNE que decía con voz cavernosa y terrorífica de madrugada "Clarimonda...la muerta enamorada".
ResponderEliminar