Año de publicación: 2016
Valoración: Muy recomendable
Con un prólogo que ya da indicios de una inusual crudeza estilística, la historia que nos narra Annie Ernaux es la historia de una chica durante el verano de 1958. El recuerdo de las experiencias vividas durante esa época, narradas al cabo de cincuenta y cinco años, sigue presente en la autora en la actualidad, y la trascendencia de ese momento fue lo suficientemente transformadora para que la capacidad de la memoria aún alcance a retomar los recuerdos de aquel año; recuerdos de una chica de diecisiete años que son el origen y causa de una historia que la cambió para siempre.
La autora nos sitúa rápidamente en ese verano, retratándonos una joven Annie Dechesne sobreprotegida por sus padres; nos cuenta, en clave retrospectiva, cómo la devoción que tiene por los libros y la falta de relaciones sociales la aproximan a la definición de rara avis. El entorno que la rodea es, principalmente, el formado por la familia y los libros, y ese verano que destinará a hacer de monitora en un campamento de verano lo afronta como una escapada, una liberación, un anhelo y un despertar.
En esas circunstancias se halla Annie, inocente, cándida, ingenua, virgen. En ese estado se encuentra con un monitor en el campamento, con una personalidad que se encuentra en el extremo opuesto a su forma de ser. Y en un encuentro ocasional, ocurre el desencadenante de todo. A partir de ahí, todo cambia, todo se altera, y Annie se transforma, se encuentra con sus sentimientos largamente adormecidos. Ya nada será como antes; el deseo la envuelve y la obnuvila, la posee y la domina, la somete y la humilla, y en un desafío que ejerce hacia ella misma se aventura a explorar los límites de sus deseos para borrar la chica que había sido, y forjar de cero un nuevo carácter. Ese despertar que ansía, que libera su yo interior y que le abre un mundo desconocido.
De esta manera, y analizando, al cabo de mucho tiempo, lo sucedido en la adolescencia, la autora nos habla, no únicamente del cambio y la transformación en la manera de ser, sino también del poder de la memoria y de su capacidad de reconstrucción de los hechos, olvidando partes de un recuerdo mientras, a la vez, se añaden otras. La dificultad de cambiar, y a la vez la complejidad de adaptarse a los cambios. La incapacidad de borrar el pasado y la lucha por regenerarse y definirse como una nueva persona. La vinculación de uno mismo hacia su propia imagen, no únicamente de la que uno posee sino la que los demás perciben. Las dudas hacia uno mismo y los difíciles equilibrios para encajar en un entorno no siempre amigable.
En una primera parte memorable y brutalmente cruda, el libro es de los que impactan, de los que nos hacen zozobrar y alteran los equilibrios emocionales que uno cree anclados y afirmados. Puede que la segunda parte sea menos impactante, cuando vemos cómo su vida cambia después de aquel verano, aunque sigue manteniendo el interés y la calidad de la primera parte.
De esta manera, con un estilo directo, descarnado, sin tapujos ni intentos de endulzar la mirada que tiene hacia su yo adolescente, la autora se expone como lo haría su protagonista. Sin filtros ni disimulo. Y con ello logra que nos metamos de lleno en la mente de esa chica, con sus miedos, inseguridades, deseos y pasiones, en una obra que desborda atrevimiento en exponer una realidad de deseo desmedido, no exento de sometimiento y abandono del propio yo.
Annie Ernaux ha escrito un libro de los que dejan marca, de los que conmueven, de los que remueven consciencias y agitan sentimientos escondidos, enterrados bajo un manto de candidez tendido por la sociedad de la época. La fragilidad de la adolescencia queda sometida a los vaivenes de los deseos inherentes al momento, y las consecuencias sobre cómo obramos ante ellos permanecerán en el subconsciente, de forma análoga a los recuerdos que esta gran novela dejará en nosotros mismos.
También de Annie Ernaux en ULAD: La mujer helada, No he salido de mi noche, El uso de la foto, Los años, Una mujer, La otra hija, El lugar, El lugar (contrarreseña)
La autora nos sitúa rápidamente en ese verano, retratándonos una joven Annie Dechesne sobreprotegida por sus padres; nos cuenta, en clave retrospectiva, cómo la devoción que tiene por los libros y la falta de relaciones sociales la aproximan a la definición de rara avis. El entorno que la rodea es, principalmente, el formado por la familia y los libros, y ese verano que destinará a hacer de monitora en un campamento de verano lo afronta como una escapada, una liberación, un anhelo y un despertar.
En esas circunstancias se halla Annie, inocente, cándida, ingenua, virgen. En ese estado se encuentra con un monitor en el campamento, con una personalidad que se encuentra en el extremo opuesto a su forma de ser. Y en un encuentro ocasional, ocurre el desencadenante de todo. A partir de ahí, todo cambia, todo se altera, y Annie se transforma, se encuentra con sus sentimientos largamente adormecidos. Ya nada será como antes; el deseo la envuelve y la obnuvila, la posee y la domina, la somete y la humilla, y en un desafío que ejerce hacia ella misma se aventura a explorar los límites de sus deseos para borrar la chica que había sido, y forjar de cero un nuevo carácter. Ese despertar que ansía, que libera su yo interior y que le abre un mundo desconocido.
De esta manera, y analizando, al cabo de mucho tiempo, lo sucedido en la adolescencia, la autora nos habla, no únicamente del cambio y la transformación en la manera de ser, sino también del poder de la memoria y de su capacidad de reconstrucción de los hechos, olvidando partes de un recuerdo mientras, a la vez, se añaden otras. La dificultad de cambiar, y a la vez la complejidad de adaptarse a los cambios. La incapacidad de borrar el pasado y la lucha por regenerarse y definirse como una nueva persona. La vinculación de uno mismo hacia su propia imagen, no únicamente de la que uno posee sino la que los demás perciben. Las dudas hacia uno mismo y los difíciles equilibrios para encajar en un entorno no siempre amigable.
En una primera parte memorable y brutalmente cruda, el libro es de los que impactan, de los que nos hacen zozobrar y alteran los equilibrios emocionales que uno cree anclados y afirmados. Puede que la segunda parte sea menos impactante, cuando vemos cómo su vida cambia después de aquel verano, aunque sigue manteniendo el interés y la calidad de la primera parte.
De esta manera, con un estilo directo, descarnado, sin tapujos ni intentos de endulzar la mirada que tiene hacia su yo adolescente, la autora se expone como lo haría su protagonista. Sin filtros ni disimulo. Y con ello logra que nos metamos de lleno en la mente de esa chica, con sus miedos, inseguridades, deseos y pasiones, en una obra que desborda atrevimiento en exponer una realidad de deseo desmedido, no exento de sometimiento y abandono del propio yo.
Annie Ernaux ha escrito un libro de los que dejan marca, de los que conmueven, de los que remueven consciencias y agitan sentimientos escondidos, enterrados bajo un manto de candidez tendido por la sociedad de la época. La fragilidad de la adolescencia queda sometida a los vaivenes de los deseos inherentes al momento, y las consecuencias sobre cómo obramos ante ellos permanecerán en el subconsciente, de forma análoga a los recuerdos que esta gran novela dejará en nosotros mismos.
También de Annie Ernaux en ULAD: La mujer helada, No he salido de mi noche, El uso de la foto, Los años, Una mujer, La otra hija, El lugar, El lugar (contrarreseña)
Gracias, Marc:
ResponderEliminarMe encanta Annie Ernaux y ya la echaba de menos en las reseñas de ULAD. Este no lo he leído aún. Caerá pronto.
Marta
Muchas gracias, Marta. Yo empecé con éste porque me lo recomendó alguien en quien confío y la verdad es que acertó. Caerá, más pronto que tarde, algún otro de la autora, que ya tengo en mi lista de espera.
ResponderEliminarGracias por comentar y contribuir a enriquecer el blog.
Saludos
Marc
No he leido nada de esta autora, pero el comentario de Marc me ha gustado mucho. Voy a buscar algo de Annie Ernaux.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jose Angel, por la confianza. La verdad es que se trata de un libro que se lee relativamente rápido (es corto y de formato "pequeño") pero que tiene una gran carga emocional.
ResponderEliminarSi te decides a leerlo, ya nos contarás si coincidimos ;-)
Gracias por comentar la entrada y por leeernos.
Saludos
Marc
Vaya reseña, qué forma tan hermosa y entusiasta de transmitirnos la carga emocional del libro. Has expresado tan bien cómo una y otra vez volvemos en el recuerdo a los hechos de nuestra juventud que he sentido que hablabas de cómo recomponemos nuestras vidas a través de la memoria. Enhorabuena y gracias, porque no conocía a esa autora.Y gracias a todos por vuestro trabajo. Qué forma de acabar el día.��
ResponderEliminarMuchas gracias, Lupita! Es un libro de los que te impacta, y la autora consigue que te pongas en su piel y entiendas cómo le afectó lo sucedido. A partir de ahí, a partir de esos momentos cruciales, uno decide cómo continuar, si siendo la misma persona u otra distinta.
ResponderEliminarGracias por comentar, y por tus elogios.
Saludos
Marc
Hola Marc: desconocía a ésta autora! La he buscado pero no aparece en nuestras librerías. Ya abrí Apple Store y sólo lo venden en francés.
ResponderEliminarYa lo encontraré.......
Por cierto, el libro de "Volver a Casa" lo leo, lo dejo y lo retomo.. ó sea lo leo y rechazo lo ya muy conocido que es la esclavitud y sobre todo en América. Me interesa ver su final, pero al volver con ésa escritura ligera rápida y espontánea, pero a la vez nada novedosa, ....
No sé,... Ya te comentaré,
Saludos!
Nota: Brooklyn Follies de Paul Auster,, no decepciona! Me encantó!
ResponderEliminarHola de nuevo, Marcela. Entiendo lo que indicas respecto a "Volver a casa", es algo parecido a lo que me ocurrió a mí. Creo que es un problema de estructura y de un exceso de ambición, como apuntó en la reseña, ya que provoca que casi sean pequeñas historias prácticamente inconexas y eso le quita continuidad. Aun así, alguna de esas historias es interesante.
ResponderEliminarRespecto a Annie Ernaux, espero que tengas suerte y lo encuentres. Si es así, ¡ya nos contarás!
Y para terminar, me alegro que te gustara "Brooklyn Follies", un libro aparentemente sencillo pero escrito magistralmente hasta el punto que sus personajes te parecen tan humanos que les coges mucho cariño,
Gracias por tus comentarios, habituales y apreciados. Siempre es interesante contrastar opiniones y conocer vuestras impresiones,
Saludos
Marc