Título original: Inside Intuition. What we Knew About Non-Verbal Communication
Traducción: Lita Mourglier
Año de publicación: 1.976
Valoración: Se deja leer
Curioso tema es, al menos a priori, el de la comunicación no verbal. Porque las personas, con más o menos habilidad, utilizamos la oratoria para comunicarlos con los demás pero, si nos paramos a pensar, las palabras van siempre acompañadas de movimientos, gestos, miradas o posturas. Yo creo que todos intuimos que en este repertorio de manifestaciones corporales hay muchos elementos de comunicación hacia nuestros interlocutores, que de forma voluntaria o inconsciente, se trata de mensajes que acompañan a la palabra. Pero no deja de ser una impresión superficial. Los expertos se encargan de llenarla de contenido.
Flora Davis es –o era, no sé- una psicóloga norteamericana dedicada a analizar y desentrañar esa especie de coreografía que acompaña a la comunicación oral. Cuando se publica el libro (1.976) el asunto era plenamente novedoso, ‘una ciencia incipiente’, y esto se deja traslucir a lo largo de sus páginas, donde la autora adopta el tono expectante aunque prudentemente cauteloso de quien presenta estudios o descubrimientos que todavía están bastante verdes. En este sentido resulta loable, por lo profesional, que no se deje llevar por el entusiasmo de lo nuevo.
El libro se distribuye en veintiún apartados de extensión similar en torno a cada uno de los campos analizados, por ejemplo, la cinesis (estudio del movimiento de las personas), los indicadores de sexo, el manejo de las manos o la postura corporal, entre otros. Entre ellos, me parecen de mayor interés el referido a la relación entre el lenguaje gestual y las distintas culturas o idiomas, algunas manifestaciones que parecen tener carácter universal, o el tema de los ritmos humanos. El capítulo que llamativamente se titula ‘El orden público’ no habla precisamente de la patada en la puerta o de la 'Ley mordaza', sino de la forma en que nos desenvolvemos en público, el espacio personal o ciertas convenciones que se acercan a eso que se llamaba ‘urbanidad’.
Aunque se trata de un trabajo elaborado por una profesional, y se remite de principio a fin a experimentos e investigaciones de distintos expertos (psicólogos, antropólogos, etc.), tiene por encima de todo un carácter divulgativo. No se trata de un ensayo, sino de un texto en general bastante sencillo, asequible a cualquier lector, que sobre todo intenta presentar descubrimientos y avances en un campo entonces poco trabajado, y del que los profanos no conocemos prácticamente nada. Davis recurre continuamente a ejemplos y a describir experiencias de laboratorio, intentando captar la atención del lector no iniciado, y hacerle partícipe de investigaciones que son nuevas en su época.
De forma que el libro se lee sin dificultad, resulta entretenido y su interés dependerá enteramente de la curiosidad que tengamos sobre el tema. Si queremos conocer un poco por encima el asunto, entiendo que será suficiente. Eso sí, siempre que no nos importe mucho la antigüedad de la información. Porque tampoco voy a ocultar que, como no podía ser de otra forma, los años se le notan una barbaridad a ‘La comunicación no verbal’. Son ya muchos, pero muchos años (más de cuarenta) los que han transcurrido, y no hay más que ver con qué entusiasmo se refiere Flora al uso que los científicos hacen de algo tan revolucionario como el ‘video-tape’ (¿alguien recuerda lo que es eso?). Y, claro, aunque obviamente no tengo conocimientos sobre el tema, no creo estar muy equivocado si digo que estas materias relacionadas con la comunicación, la gestualidad y todo eso han experimentado un crecimiento brutal en las décadas posteriores. Estamos desde hace ya mucho en una sociedad en la que prima la imagen, cada detalle cuenta, por supuesto en los medios audiovisuales, pero también, y de qué manera, en la propia vida de cada uno de nosotros. Y si no, preguntémosle a un head hunter, o a un simple reclutador de personal.
Y no digamos si hablamos de internet. Todo está en Youtube, en las redes sociales, y esa comunicación no verbal ha cobrado una importancia estratosférica, inimaginable hace unos cuantos años. Pero, en medio de mi ignorancia, me parece evidente que también la palabra –oral o escrita- ha encontrado cauces diferentes, ha ganado inmediatez, seguramente ha perdido profundidad (o no?) y ha adoptado formas diferentes, al son que marcan las tecnologías y las modas. Todo ha cambiado, ha progresado, se ha desarrollado o ha degenerado, según se mire. Y, como en otros muchos campos, también es sano echar un vistazo a tiempos pasados, en los que dominaba la ingenuidad de lo recién descubierto.
Este libro se considera(ba?) una referencia en su ámbito, lo leí hace casi 20 años y me pareció muy interesante, al ser una obra de divulgación entiendo ese "se deja leer" como un cumplido ; )
ResponderEliminarPD ¡Qué bueno lo del otro blog sobre música!
Sir Robin (me tienen contento los del Google...)
Sir Robin, es que uno tiende a ser un poco tacaño con las valoraciones. Podría decirse que el libro está bien, incluso que es recomendable, al menos para interesados, pero lo he dejado algún piso más abajo quizá porque se me ha hecho un poquillo antiguo.
ResponderEliminarComo siempre, un placer contar con tu opinión.