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lunes, 17 de octubre de 2016

Aleksandr I. Kuprin: La estrella de Salomón

Idioma original: Ruso
Título original: Svezdá Solomona
Traducción: Alberto Pérez Vivas
Año de publicación: 1917
Valoración: Entretenido

Si a la mayoría de nosotros nos dicen "Rusia, 1917", inmediatamente lo asociaremos a la Revolución, Nicolás II, Kerenski, Lenin, Trotski, el palacio de invierno, el soviet de Petrogrado... Pero resulta que en Rusia, en 1917, también se escribían libros como el que traemos hoy, que perfectamente podría ser el guión de una película de la mítica productora británica Hammer Productions, aquella para la que tanto trabajaron actores como Christopher Lee o Peter Cushing.

Y me explico. Nos encontramos en el libro con Ivan Stepánovich Sviet, un modesto funcionario en el Juzgado de Menores Huérfanos. Es Tsviet un hombre de caracter afable, meticuloso en su trabajo, siempre dispuesto a ayudar, etc. Vamos, un sol.

El caso es que Tsviet hereda de forma sorprendente, a través de un agente de comercio llamado MEFodi ISaievich TOFFEL (¿no os tiemblan ya las piernas?), una mansión, con su terreno incluido. La mansión, como es de suponer, está en un deplorable estado de conservación y despierta en los campesinos del lugar un miedo cerval.

El bueno de Sviet se presenta en sus nuevas posesiones y encuentra instrumentos de alquimia, dibujos y, sobre todo, un libro de siglo XVIII escrito en su mayor parte en clave y de forma alegórica. Un libro con extrañas recetas, complejos dibujos, fórmulas químicas y la representación de la estrella se Salomón que da nombre al libro, acompañada de siete nombres de demonios de la antigüedad (¡no vais a poder dormir!).

El caso es que Sviet comienza a tener una suerte tremenda. Todo lo que quiere lo consigue. Todo. Y claro, Tsviet literalmente "se viene arriba". Un deseo cumplido le obliga a nuevos deseos, entrando en una dinámica "peligrosa".

Y aquí, irremediablemente y salvando las distancias, se nos vienen a la cabeza dos nombres: Goethe y Fausto. Aunque en el caso de Goethe es el ser humano el que invoca al diablo y en el de Kuprin es el diablo el que directamente "contacta" con el pobre Tsviet, las similitudes son evidentes. En ambos casos se plantea la siguiente cuestión: "¿Qué ocurriría al ser humano si pudiese tener todo lo que desea?". 

Buena pregunta con infinidad de respuestas posibles. Alguna de ellas se ofrecen en este "La estrella de Salomón", curioso libro ruso (¿soviético?) de ciencia ficción con mensaje y moraleja incluida que, sin ser "alta literatura", sirve perfectamente para pasar tres horas de lo más entretenidas. 

E insisto. Me extraña que, con estos mimbres, no haya versión cinematográfica del libro. Imagino que la habría si el autor hubiese sido británico o estadounidense.



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