Título original: Elvis et la vertu
Año de publicación: 2013
Traducción: Juan Carlos Durán Romero
Valoración: entre recomendable y está bien
Pregunta innecesaria: ¿a quién no le gustaría ser un escritor de éxito, con millones de seguidores, más dinero que el tío Gilito y montones de groupies de ambos sexos dispuestos/as a satisfacer nuestros más íntimos... -en fin, dejémoslo-? A todo el mundo, claro, que no somos tontos. Pues la forma más rápida y efectiva de conseguirlo es por medio de una serie de novelas policíacas, con un protagonista con gancho, que mantenga el interés de los lectores a cada nueva entrega de la serie, mientras ríos de su dinero van a parar a nuestros bolsillos... ¿suena bien, a qué sí?
_ Sí, claro. Pero eso es muy fácil de decir pero muy difícil de conseguir.
¡Ahí es donde se equivoca, amable lector y aspirante a escritor! Siguiendo una serie de sencillos pasos, todo el mundo puede ser capaz de crear un detective con tirón y unos casos que atrapen la atención de todos esa gente que vemos absorta en sus libros y e-books , en playas, piscinas y diversos transportes públicos.
MÉTODO PATENTADO ULAD PARA ESCRIBIR UNA BUENA SERIE DE NOVELAS DE DETECTIVES:
-PASO 1: Lo primero y principal, aunque parezca otra cosa, es encontrar un buen escenario, original y poco transitado, para ambientar las historias (espabilemos, ya van quedando pocos lugares en el mundo). Debe de ser lo suficientemente peculiar para despertar el interés de los posibles lectores, pero quizá no tanto como para que lo sientan demasiado ajeno. Sin complejos: si Venecia, París o Tomelloso (recordemos al jefe de policía Plinio, de García Pavón, pionero del polar hispano) merecen su propio investigador, también, por ejemplo, el Sudoeste francés: la costa labortana, las montañas bearnesas o los bosques de las Landas pueden ser un escenario excelente para todo tipo de crímenes.
-PASO 2: Naturalmente, crear un investigador lo suficientemente original para llamar la atención de editores, crítica y público. No es necesario que se trate de un profesional del tema: detectives privados, policías, periodistas y jueces ya están más vistos que el TBO... De hecho, cuanto más "friki" sea nuestro protagonista, casi mejor. ¿Qué tal , se me ocurre, un viejo vasco, asesino jubilado -nada de veleidades políticas o psicopáticas, eso sí: asesino a sueldo, como Dios manda-, rockero impenitente y sentimental, a su manera. Le podemos llamar Jon algo...hummm ¿Nieve? ¡No, ya está: Ayaramandi! Jon Ayaramandi.
-PASO 3: Encontrar unos secundarios adecuados, una "familia" que arrope a nuestro protagonista y a los que también los lectores puedan coger cariño. No importa, claro está, que no sean su familia verdadera; de hecho, resulta más conveniente que nuestro investigador sea un tipo -o tipa- solitario, cínico y de vuelta de todo, pero también con espacio para la ternura en su corazoncito... Ideas para unos secundarios adecuados: una vecina madre soltera con su hija de cinco años; el dueño de bar situado en un búnker alemán de la II G.M.; el patriarca de un clan de gitanos nómadas; una hermosa peluquera, con, digamos amplias miras en materia sexual... ejem.
-PASO 4: Ahora hay que buscar un caso suficientemente original y llamativo. Por ejemplo, que del cielo empiecen a caer hermosas muchachas negras desnudas. O que se vea amenazada la banda de rock del antiguo chófer de nuestro héroe -ex-asesino a sueldo, recordemos-, ahora estrella de la música. Además, la investigación tiene que llevarnos a situaciones extremas y singulares, como bailar Paquito el Chocolatero en las fiestas de Bayona o atravesar el departamento de Pirineos Atlánticos en un Lamborghini Murciélago, pilotado por una vidente alemana. Cosas así, sin cortarse. ¡Ah, y violencia a cascoporro, eso que no falte. Con cierta truculencia, si puede ser...
-PASO 5: Una vez escrita la primera entrega de la serie -la "novela-piloto", por así decirlo- se trata de vendérsela a editores y agentes. Tranquilos si la trama y los personajes parecen un cúmulo de despropósitos; en realidad, cuanto más absurdo parezca todo, más posibilidades hay de triunfo. Y si la primera novela tiene éxito, ¡bingo! ahora sólo se trata de repetir la fórmula, ad nauseam, incluso utilizando el mismo esquema, a modo de plantilla. Más sencillo que pintar un cuadro por números.
-PASO 6: Éste no ha llegado aún al género negro, pero llegará, dado el overbooking de novelas y personajes que estamos empezando a padecer. El concepto es ya muy conocido: SINERGIA. Es decir, se acerca el día en que varios autores -al menos de ámbitos geográficos colindantes- tendrán que aunar esfuerzos para escribir novelas y no saturar el mercado. Por seguir con nuestro ejemplo: podría suceder un crimen en la Isla de los Faisanes o la cima del monte Larrún, justo por donde pasa la frontera entre los dos estados, Francia y España, en el que se viera implicado nuestro Jon Ayaramandi y la investigación la llevaran a cabo la inspectora Amaia Salazar y la jueza de Pamplona Lola MacHor. Ya de paso, y puesto que la vigilancia de las fronteras siguen siendo competencia de la Guardia Civil, creo, también el benemérito Bevilacqua. O podría dejarse caer por allí el comisario Adamsberg, que después de todo es bearnés... a un tiro de piedra, como quien dice.
Nota aclaratoria: quizás se infiera de esta especie de reseña que no me ha gustado Elvis o la virtud -¿a qué viene el cambio de conjunción en el título? No lo entiendo-; pues todo lo contrario: me lo he pasado pipa con las aventuras de Jon y sus amigos, a pesar de ser, como ya he comentado, un despropósito, por no decir un disparate... o precisamente por eso. Lo recomiendo sin dudar, aunque quizás no para todos los paladares... conviene, en este sentido, tener pocos prejuicios y cierto gusto por el humor negro. Otro consejo para quien esté interesado en las andanzas de Jon Ayaramandi: conviene empezar por la primera novela, Un gramo de odio; como me suele suceder (no a propósito), yo lo he hecho por la segunda. En fin, ya se sabe: de donde no hay...
-PASO 4: Ahora hay que buscar un caso suficientemente original y llamativo. Por ejemplo, que del cielo empiecen a caer hermosas muchachas negras desnudas. O que se vea amenazada la banda de rock del antiguo chófer de nuestro héroe -ex-asesino a sueldo, recordemos-, ahora estrella de la música. Además, la investigación tiene que llevarnos a situaciones extremas y singulares, como bailar Paquito el Chocolatero en las fiestas de Bayona o atravesar el departamento de Pirineos Atlánticos en un Lamborghini Murciélago, pilotado por una vidente alemana. Cosas así, sin cortarse. ¡Ah, y violencia a cascoporro, eso que no falte. Con cierta truculencia, si puede ser...
-PASO 5: Una vez escrita la primera entrega de la serie -la "novela-piloto", por así decirlo- se trata de vendérsela a editores y agentes. Tranquilos si la trama y los personajes parecen un cúmulo de despropósitos; en realidad, cuanto más absurdo parezca todo, más posibilidades hay de triunfo. Y si la primera novela tiene éxito, ¡bingo! ahora sólo se trata de repetir la fórmula, ad nauseam, incluso utilizando el mismo esquema, a modo de plantilla. Más sencillo que pintar un cuadro por números.
-PASO 6: Éste no ha llegado aún al género negro, pero llegará, dado el overbooking de novelas y personajes que estamos empezando a padecer. El concepto es ya muy conocido: SINERGIA. Es decir, se acerca el día en que varios autores -al menos de ámbitos geográficos colindantes- tendrán que aunar esfuerzos para escribir novelas y no saturar el mercado. Por seguir con nuestro ejemplo: podría suceder un crimen en la Isla de los Faisanes o la cima del monte Larrún, justo por donde pasa la frontera entre los dos estados, Francia y España, en el que se viera implicado nuestro Jon Ayaramandi y la investigación la llevaran a cabo la inspectora Amaia Salazar y la jueza de Pamplona Lola MacHor. Ya de paso, y puesto que la vigilancia de las fronteras siguen siendo competencia de la Guardia Civil, creo, también el benemérito Bevilacqua. O podría dejarse caer por allí el comisario Adamsberg, que después de todo es bearnés... a un tiro de piedra, como quien dice.
Nota aclaratoria: quizás se infiera de esta especie de reseña que no me ha gustado Elvis o la virtud -¿a qué viene el cambio de conjunción en el título? No lo entiendo-; pues todo lo contrario: me lo he pasado pipa con las aventuras de Jon y sus amigos, a pesar de ser, como ya he comentado, un despropósito, por no decir un disparate... o precisamente por eso. Lo recomiendo sin dudar, aunque quizás no para todos los paladares... conviene, en este sentido, tener pocos prejuicios y cierto gusto por el humor negro. Otro consejo para quien esté interesado en las andanzas de Jon Ayaramandi: conviene empezar por la primera novela, Un gramo de odio; como me suele suceder (no a propósito), yo lo he hecho por la segunda. En fin, ya se sabe: de donde no hay...
Paso 7 podría ser escribir una reseña mas corta. Hacer humor es genial pero a veces me aburren las reseñas tan pero tan personales. Leí varias en donde el autor cuenta toda su vida y luego habla del libro. Me gustaría un poco mas de objetividad. Que se yo. Gracias.
ResponderEliminarHola, Amarena:
ResponderEliminarAcepto la crítica con mucho gusto. En este caso, traté de hacer una reseña algo original, aprovechando además que últimamente ha habido varios artículos en medios quejándose de la saturación de novelas de detectives, o como quieras llamarlo que se publican hoy en día, y quizás me ha salido excesivamente larga. Si me ha salido mal o simplemente no te ha gustado, lo siento.
Sobre hacer reseñas menos personales, tomo nota y trataré de aplicarme el cuento, lo prometo. Un saludo.
Te agradezco la respuesta. Si es original y aprecio y agradezco el humor. Este es un espacio en donde se nota el esfuerzo que ponen en cada trabajo. Son tantas las personas que escriben y con visiones tan particulares que marea, a veces. Este es un blog que sigo y disfruto mucho aunque no comparta siempre las valoraciones y tal vez lo sigo por eso,solo que cada vez se extienden mas en las reseñas. La critica cayó acá pero es para el blog en general. Solo mi opinión. Saludos.
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