Año de publicación: 2015
Valoración: recomendable
Probablemente no haya ahora mismo en el mundo ningún país, figura o movimiento político que polarice tanto las opiniones como Venezuela, Hugo Chávez y el chavismo. Criticar al chavismo, incluso en sus momentos de mayor corrupción, estancamiento y violencia, es ser un fascista de derechas; reconocerle cualquier mérito, por pequeño que pueda ser, es de extrema izquierda radical antisistema. Por eso, escribir una novela sobre estos temas tan recientes y tan polémicos es un riesgo; y hacerlo sin caer en la simplificación o en el panfleto exige habilidad y una cierta distancia crítica.
Ese quizás sea el mayor mérito de Patria o muerte, novela vencedora del Premio Tusquets 2015: el haber conseguido abstraerse de la polarización radical y proponer una narración compleja, poliédrica y no maniquea sobre Venezuela durante los últimos años de vida de Hugo Chávez. Para lograrlo, Alberto Barrera Tyszka construye una novela coral, sin un centro ni una trama clara, en la que tienen cabida tanto personajes chavistas como antichavistas; tanto burgueses ricos (o "sifrinos", en el vocabulario local) que han emprendido un viaje de huida del país (a veces, con viaje de retorno), como personajes marginales, "los pobres de los pobres", a los que el chavismo devolvió una dignidad y una identidad que hasta entonces se les negaba.
A un protagonismo coral corresponde también una trama (o una ausencia de trama) fragmentaria, dividida en líneas narrativas relacionadas a través de un espacio, un bloque de apartamentos en el que conviven la mayoría de los personajes: la historia de Miguel Sanabria, a quien su sobrino Vladimir entrega una misteriosa caja donde puede contenerse la verdad sobre Chávez; la del periodista Fredy Lecuna, que quiere escribir un libro antes de que Chávez muera, al mismo tiempo que está siendo desalojado del apartamento que alquila por su dueña legítima, regresada del extranjero; la de Rodrigo, hijo pequeño de Fredy y Tatiana, que entabla una relación virtual con otra niña, María, cuya madre acaba de ser asesinada en un intento de robo...
Naturalmente, el retrato crítico que el autor hace de la Venezuela de los últimos años de vida de Chávez (corrupción, represión política, inflación disparada, violencia) hará que muchos lo consideren un "escuálido" (o sea, contrarrevolucionario), pero el texto que constuye a partir de esa situación es lo bastante complejo como para que se perciba la propia polarización en la evaluación del chavismo, la penetración de la política en todos los ámbitos de la vida pública y privada, y el fanatismo que impide el diálogo o la construcción de un discurso común para el país. "Tú y yo vivimos en dos países diferentes", le dice un personaje a su hermano, de opción ideológica opuesta; y también: "hablaban dos lenguas diferentes, extranjeras".
Otro acierto de la novela es probablemente la ambigüedad que rodea al propio Hugo Chávez, que todo lo condiciona desde su posición de líder político, ideológico, económico e incluso religioso, pero que no aparece en la novela prácticamente con voz propia. Los personajes (médicos, periodistas, escritores, políticos, obreros, estudiantes) hablan sobre él y sobre su enfermedad, sobre su figura y su legado, pero aun así se sigue manteniendo como una entidad difusa y esquiva, seductora y terrible. Y de fondo, una relación igualmente ambivalente con Cuba, el país hermanoal que se ama pero se teme, que colabora y controla.
En el último y brevísimo apartado de la novela, los dos niños, Rodrigo y María, escapados de sus respectivas casas, se plantean el futuro juntos:
"¿Quieres regresar?"Esa es la idea que deja Patria o muerte en relación con la Venezuela posterior a la muerte de Chávez: el regreso a la utopía, o incluso a la "normalidad", es imposible. ¿Y ahora, qué hacer? ¿Hacia dónde se puede avanzar? Si ese es un mensaje cargado de esperanza o de desesperación, es difícil saberlo.
"Ya no podemos".
"Y entonces, ¿qué vamos a hacer? ¿Adónde vamos a ir?"
Pero Santi, cómo puedes decir que criticar el chavismo es de fascistas de derechas.......hombre, un poco de sentido común, por favor.
ResponderEliminarGracias por la reseña en cualquier caso
Anónimo, Santi lo escribió de forma tal, aludiendo a aquellos que lo dicen expresamente desde su posición ideológica; por ello este fragmento no tiene nada que ver con la postura del Bloguero. Saludos «Criticar al chavismo, incluso en sus momentos de mayor corrupción, estancamiento y violencia, es ser un fascista de derechas; reconocerle cualquier mérito, por pequeño que pueda ser, es de extrema izquierda radical antisistema»
ResponderEliminarComo Venezolano que vive en la nación más extranjera de todas, mi propia patria, me siento más que tentado de leer este libro. Ignoraba su existencia así que les agradezco por reseñarlo.
ResponderEliminarGracias por los comentarios, y en especial gracias a Gianmauro por aclarar lo que a lo mejor no estaba claro en la reseña: lo que quería decir, efectivamente, era "si criticas al chavismo, [...] te dirán que eres un fascista de derechas; si le reconoces cualquer mérito, [...] te dirán que eres de extrema izquierda radical antisistema".
ResponderEliminarPersonalmente (aunque esto no tenga especial interés), el chavismo me parece un movimiento de buenos propósitos y que consiguió avances sociales para las clases más desfavorecidas de Venezuela, pero que ha terminado colapsado por la corrupción, la ineficacia, el personalismo de algunos de sus líderes...
Tiene buena pinta ...¡expropiese!
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