Título original: Il maestro di Regalpetra. Vita di Leonardo Sciascia
Año de publicación: 1996
Traductora: María José Palomero
Valoración: Muy recomendable
El gran Leonardo Sciascia nació en Racalmuto, un pueblo del interior siciliano, de salinas y solfaratas, en 1921, cuando Italia estaba a punto de caer en la época fascista. Creció bajo su yugo y asistió a su declive, a la ocupación alemana y al desembarco aliado en la isla. También a las turbulencias de la posguerra y al hegemonía política de la democracia cristiana. Denunció a la Mafia que dominaba su tierra, gracias a la violencia y a su conchabeo con los mandamases de Palermo y Roma. Vivió en primera fila la confusión de los "años de plomo", las guerras mafiosas que asolaron Sicilia y el nacimiento del movimiento Anti-Mafia. Murió justo antes de que los actores políticos que se habían disputado su país durante décadas (DC, PCI, socialistas...) implosionaran a raiz del escándalo de la Tangentopolis (se libró, al menos, de tener que ver a Berlusconi de Presidente). Fue maestro, editor, concejal en Palermo, diputado nacional, amante de la cultura, tanto italiana y siciliana como europea -sobre todo, francesa y española-, erudito en literatura, lingüística, historia, amigo de escritores ilustres -Calvino, Bufalino-, discípulo de otros -Brancati-, pirandelliano, productor de su vino y su aceite, esposo, padre y abuelo, fino analista de la realidad italiana, coleccionista de grabados... y sobre todo, fue un hombre de letras, escritor de estupendas -y preclaras- novelas policíacas, cuentos bendecidos por el humor y la ironía, penetrantes ensayos; rescató también figuras y sucesos del pasado siciliano -aunque no solo siciliano- sobre los que extendió la luz de su entendimiento y su mirada llena de inteligencia y sutileza. Fue uno de los grandes de la literatura italiana, sin duda.
Matteo Collura traza aquí una biografía ejemplar, perfectamente documentada y estructurada, que recorre desde la infancia y años de formación del escritor siciliano, sus antecedentes familiares, sus amigos, etc... hasta sus últimos años, pasando por aquellos de compromiso político. Y, ante todo, sus libros, de los que hace un repaso pormenorizado y agudo, de la mano -o de la boca- del propio Sciascia. Porque la gran virtud de esta biografía es precisamente que convierte al biografiado en el guía que nos va mostrando lo que ha sido su propia vida. El autor se retira a un lado para cederle la palabra a Leonardo Sciascia, a través de su testimonio, obtenido de diversas entrevistas, libros de conversaciones (estupendo el de Fuego en el alma, con Doménico Porzio) o sus múltiples ensayos en el que nos fue legando su visión sobre numerosos asuntos, contemporáneos a él o pertenecientes a ese pasado que tanto le apasionaba (sobre todo el siglo XVIII, el Siglo de las Luces y de la Revolución francesa, el de Diderot y Voltaire...).
Tampoco se esconden aquí las polémicas que vivió este hombre de letras y de acción, que no huía de ellas, pese a su carácter eminentemente pacífico y para nada pendenciero. Pero era un hombre valiente, como ya demostró sobradamente al ser de los primeros y más decididos denunciantes de la opresión mafiosa que vivía Sicilia. Por eso, seguramente uno de sus momentos más amargos los vivió cuando, a raíz de un artículo suyo sobre el nombramiento del juez Borsellino (más tarde asesinado por la Cosa Nostra), fue acusado por los "fanáticos de la anti-mafia" de cierta connivencia, si no con tal organización, sí con su espíritu -o, cuando menos, de compartir el derrotismo interesado de sus valedores-... ¿A alguien le suena algo parecido? No, claro, en la impoluta democracia española no pasan ni han pasado nunca estas cosas... Otro momento "delicado" de su vida pública ocurrió cuando formaba parte, como diputado del Partido Radical, de la comisión parlamentaria encargada de investigar el secuestro y asesinato de Aldo Moro por parte de las Brigadas Rojas. Sus sospechas y disquisiciones sobre la naturaleza de este grupo le darían -y de hecho, ya le habían dado- para más de un libro.
Una biografía ésta que es, pues, el retrato de un hombre inteligente, lúcido, irreductible en su independencia intelectual; un hombre y un escritor de una pieza que supo mantener su integridad en una época y un lugar complicados para hacerlo, que además supo escribir una buena muestra de magníficas obras, y convertirse en un referente literario y cívico de primer orden. Una muy buena biografía escrita, además, por otro siciliano amante de su tierra y que nos brinda la oportunidad de conocer mejor a ese maestro de las letras que fue Leonardo Sciascia.
Tampoco se esconden aquí las polémicas que vivió este hombre de letras y de acción, que no huía de ellas, pese a su carácter eminentemente pacífico y para nada pendenciero. Pero era un hombre valiente, como ya demostró sobradamente al ser de los primeros y más decididos denunciantes de la opresión mafiosa que vivía Sicilia. Por eso, seguramente uno de sus momentos más amargos los vivió cuando, a raíz de un artículo suyo sobre el nombramiento del juez Borsellino (más tarde asesinado por la Cosa Nostra), fue acusado por los "fanáticos de la anti-mafia" de cierta connivencia, si no con tal organización, sí con su espíritu -o, cuando menos, de compartir el derrotismo interesado de sus valedores-... ¿A alguien le suena algo parecido? No, claro, en la impoluta democracia española no pasan ni han pasado nunca estas cosas... Otro momento "delicado" de su vida pública ocurrió cuando formaba parte, como diputado del Partido Radical, de la comisión parlamentaria encargada de investigar el secuestro y asesinato de Aldo Moro por parte de las Brigadas Rojas. Sus sospechas y disquisiciones sobre la naturaleza de este grupo le darían -y de hecho, ya le habían dado- para más de un libro.
Una biografía ésta que es, pues, el retrato de un hombre inteligente, lúcido, irreductible en su independencia intelectual; un hombre y un escritor de una pieza que supo mantener su integridad en una época y un lugar complicados para hacerlo, que además supo escribir una buena muestra de magníficas obras, y convertirse en un referente literario y cívico de primer orden. Una muy buena biografía escrita, además, por otro siciliano amante de su tierra y que nos brinda la oportunidad de conocer mejor a ese maestro de las letras que fue Leonardo Sciascia.
Suelo leer este blog. Sin ánimo de resultar ofensiva: ¿podría dar un último vistazo a lo escrito para evitar alguna que otra errata o falta de ortografía? Estoy segura de que se deben a falta de tiempo para una revisión final y no a desconocimiento.
ResponderEliminarGracias.
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ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarPerdón, no me había dado cuenta... En cuanto pueda lo corregiré (ahora estoy con el móvil).
Un saludo y gracias.
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ResponderEliminarBuenas! He corregido lo que he ido viendo.
ResponderEliminarCosas del directo, que dice aquél.
Grazie tante!
ResponderEliminarGracias por atender la petición y felicidades por su blog (no sé por qué salió mi comentario duplicado). Un saludo.
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EliminarGracias a ti por visitarnos, Inmaculada.
EliminarHe de decir que este blog lo hacemos un grupo de personas (entre las que yo trato de estar a su altura). Un saludo en nombre de todos.
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ResponderEliminarLeonardo Sciascia ,a cada uno lo suyo,tapa dura plaza & janes,los grandes editores que educaron un pais de analfabetos culturales,entre los que me contaba,primer dia de caza en sicilia,el dia esperado para los ajustes de cuentas en el pueblo.
ResponderEliminar¿o era el dia de la lechuza? Hace ya tanto tiempo.
ResponderEliminarHola, anónimo:
ResponderEliminarSon dos novelaa diferentes: "A cada uno lo suyo" y " El día de la lechuza", ambas estupendas, por no decir magníficas y que merecen una reseña, algún día...
Gracias por el comentario.
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ResponderEliminarParece que los comentarios salen repetidos.
ResponderEliminarLástima. Había pensado que esta reseña, sobre un escritor del enorme tamaño de Leonardo Sciascia, había suscitado un aluvión de opiniones...
Como he dicho en alguna otra oportunidad, he leído todo lo que se ha traducido al español de LS: tengo todos los libros de la colección Andanzas de Tusquets, y un viejísimo ejemplar de El Archivo de Egipto, de Bruguera. Qué agregar a la excelente reseña que ha hecho Juan? Nada.
Simplemente buscaré esta bigrafía y la leeré. Gracias por hacérmela conocer!
PD: no me molesta que se cuele algún error de sintaxis u ortografía por ahí; en nada desmerece el gran nivel de este blog.
Hola, Puma:
ResponderEliminarAnte todo, gracias por tu comentario, tan amable como siempre. Sobre las faltas o erratas en las reseñas, diré que es cierto que debemos tratar de evitarlas, aunque a veces no nos damos cuenta de que están hasta que no sale publicada la reseña. En fin, por mi parte, trataré de mejorar en este aspecto...
Sobre el gran Sciascia, coincido en todo contigo; yo también he leído casi todo lo que he encontrado de él ( hay un libro "de viajes" titulado "Horas de España" wue aún no ha caído en mis manos) y me parece un referente literario, ético y hasta político fundamental. Esta biografía es de hace ya algunos años, así que quizás esté des atalogada, no lo sé... Obviamente, yo ña había leído ha e ya tiempo, pero como en los últimos.meses he reseñado un par de libros de este escritor ( no seràn los últimos, aviso...), me pareció pertinente hacer lo mismo con su biografía.
Un saludo y gracias otra vez por seguirnos.
Más allá de lo publicado por Tusquets, hay una muy recomendable recopilación de notas y ensayos publicada por Alianza con el título de "Sucesos de historia literaria y civil". Y un pequeño libro titulado "Adorable Stendhal", rarísimo, que encontré hace algunos años en la Feria del Libro de Buenos Aires.
ResponderEliminarSciascia adoraba verdaderamente a Sthendal, y es magnífico su ensayo.
Hola de.nuevo, amigo Puma:
ResponderEliminarNo conocía el ensayo sobre Stendhal, pero es cierto que Sciascia era un ferviente lector de este escritor, como él mismo cuenta en el libro de su conversación con Doménico Porzio )que aprovecho para recomendar vivamente).
Una vez más, un saludo y muchas gracias por tu aportación.
No te preocupes por el continente, nos interesa el contenido, aunque algun linguista nos tirara de las orejas,con razon.A mi,por ejemplo, no logro que la tableta me coloque los acentos.a ver si mi nieto, me enseña como.
ResponderEliminarHola, amigo anónimo (o amiga):
ResponderEliminarEl continente me trae por la calle de la amargura, últimamente... pero, bueno, todo se andará.
Un saludo y gracias.