Idioma original: inglés
Título original: The colour of milk
Año de publicación: 2012
Valoración: recomendable
Confieso que a veces me siento un insensible (o un insensibilizado, porque yo antes no era así): libros que a mis amigos y amigas les emocionan, a mí me dejan medianamente frío, con la sensación de ya haberlo leído todo antes en otro sitio y que pocas cosas me sorprenden. Será que me hago viejo o cínico, no sé. Esto me ha pasado por ejemplo con Del color de la leche, una novela que otros blogs amigos como el de Mobas o Granite & Rainbow han alabado como sorprendente, impactante, estremecedora... y que a mí me ha gustado pero bueno, vamos, bien. "Recomendable".
Del color de la leche cuenta una historia que podría ser el argumento de una novela de Dickens: una muchacha de quince años, Mary, que vive en una granja con una familia pobre de solemnidad y sufre los maltratos de su padre y la indiferencia de su madre, es llamada a servir en la casa del párroco local; allí conocerá otro mundo de cultura y refinación que, en el fondo, oculta la misma degradación y sordidez que el establo de las vacas con su olor a mierda y a leche. Algo así como la versión desmitificada de Downton Abbey.
Sin duda lo mejor de esta novela es su narradora, Mary, y el punto de vista que le confiere a la novela: es un texto escrito (supuestamente) por una muchacha hasta hace poco analfabeta, con incapacidad para los afectos porque nunca los ha recibido (salvo de su abuelo, la única persona con la que mantiene una relación afectiva verdadera) y que nunca ha salido del estrecho margen de su granja y sus campos. Esta perspectiva de la narradora se transmite al lector a través de diversos rasgos gráficos (por ejemplo, la ausencia de mayúsculas) y estilísticos (las repeticiones constantes, las frases breves, el vocabulario concreto y reducido), y a través de una visión del mundo ácida y desesperanzada.
Esta es, desde luego, la mayor originalidad y el mayor logro de la novela; porque el resto (la familia pobre maltratadora, la familia rica que esconde miserias morales casi peores, la suciedad, las palizas, el ambiente de degradación y la falta de esperanzas de redención, la hemos visto ya en la picaresca y en la novela realista, en Dickens, Galdós, Zola o incluso Delibes. Y me pregunto si la creación de un personaje principal memorable y cierta originalidad en la forma es suficiente para salvar una novela.
También de Nell Leyshon en ULAD: El show de Gary
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