Título original: Girl with Green Eyes
Año de publicación: 1962
Traducción: Regina López Muñoz
Valoración: Muy recomendable
Hace unos meses hablamos en este blog sobre Las chicas de campo, la primera novela de la reconocida escritora Edna O'Brien, que fue (y sigue siendo) aclamada por el público y la crítica, y que supuso todo un escándalo cuando fue publicada, en 1960. Dos años después, O'Brien publicó La chica de ojos verdes, su continuación y la segunda de las tres novelas que componen la trilogía The Country Girls (la tercera de ellas, Girls on Their Married Bliss, se publicará próximamente por primera vez en castellano).
Con La chica de ojos verdes, a pesar de su gran calidad y de (de nuevo) su buena acogida por el público y la crítica, Edna O'Brien tampoco fue profeta en su tierra. Si el párroco de su pueblo natal decidió quemar varios ejemplares de su primera obra, la publicación de la segunda consiguió que tanto estas dos novelas como Girls on Their Married Bliss estuviesen prohibidas en Irlanda durante varios años.
En esta ocasión, la autora irlandesa regresa a Dublín y nos muestra la vida de las protagonistas de Las chicas de campo, Caithleen (ahora Kate) y Baba, quienes viven en una pensión de lo más peculiar y pasan el tiempo que no están trabajando colándose en fiestas y buscando novio. A pesar de que Baba sigue siendo la más atrevida de las dos, será Kate la que escandalice a todos sus conocidos cuando se mude con Eugene, un hombre bastante mayor que ella, protestante y separado.
La joven tendrá que enfrentarse a su padre y a toda la población de su pueblo natal para defender una relación amorosa que el lector sabe que está condenada desde el primer momento. Al fin y al cabo, Eugene no parece querer a Kate por lo que la chica es, sino por aquello en lo que él quiere convertirla. Para ello no dudará en intentar "moldearla" a su gusto e ignorarla cuando sus amigos (también artistas, como él, y aparentemente cultivados) están presentes, mientras la joven trata a toda costa de salvar su relación.
A Kate no le quedará otro remedio que aceptar que la vida real (y, en esperal, las relaciones reales) no tiene nada que ver con las historias románticas que le gusta leer, pero eso le servirá para madurar (aunque sea a marchas forzadas) y para comenzar el viaje hacia la persona en la que quiere convertirse.
Edna O'Brien vuelve a ofrecernos una estupenda novela (que, todo sea dicho, puede leerse de forma independiente, aunque no se conozca Las chicas de campo) en la que deja muy claro lo que piensa sobre la santurrona e hipócrita Irlanda de hace cincuenta años y en la que retrata a todas esas jóvenes que en su momento rompieron con los moldes preestablecidos y se aventuraron a luchar por vivir su vida como querían y ser dueñas de su futuro. Por eso y por lo bien que escribe O'Brien, merece mucho la pena leer este libro.
También de Edna O'Brien en ULAD: Las chicas de campo., La chica
Tengo que a mi "Las chicas de campo" no me gustó tanto como a la mayoría. Me faltó más profundidad en los personajes, un poco de atrevimiento, no sé... Algo falló con esa lectura, tal vez haya sido yo. No sé si arriesgar con este segundo libro o si me voy a encontrar más de lo mismo y me va a quedar la sensación de no saber captar a Edna O'Brien...
ResponderEliminarSaludos!