Año de publicación: 2002
Valoración: Recomendable
Aviso
a navegantes. Hoy no voy a hablar de aventuras fabulosas, excelencias poéticas,
exploraciones intimistas, hallazgos filosóficos o cualquier otra maravilla
literaria que me haya subyugado. Esta vez, lo reconozco, mi experiencia ha sido
menos grata: la lectura que me dispongo a comentar no es agradable en absoluto.
No solo por su contenido, también por la forma. Exposición desorganizada, prosa
farragosa, reiteración constante de nombres, cifras, fechas y sucesos durante sus
350 páginas. ¿Podemos recurrir a la valentía del autor –quizá sea más exacto
decir temeridad– así como al contenido de la obra para excusar estos fallos? En
mi caso, rotundamente sí. Por eso, y a pesar de la incomodidad de la lectura, conseguí
llegar hasta el final.
Concretemos.
Autor: Sergio González Rodriguez, con una extensa, y sobre todo comprometida, obra en su haber, y flamante ganador del XLII Premio Anagrama de Ensayo -fallado el pasado lunes día 7- por su obra Campo de guerra, que llama nuestra atención sobre un asunto no menos actual y alarmante que el que se analiza aquí.
Escenario. México, estado: Chihuaua, localidad: Ciudad Juárez (frontera entre México y Estados Unidos).
Escenario. México, estado: Chihuaua, localidad: Ciudad Juárez (frontera entre México y Estados Unidos).
Asunto.
La desaparición –y posterior encuentro de los cadáveres– de un elevadísimo
número de mujeres de la zona. Todas ellas pobres, la mayoría muy jóvenes.
Niñas, algunas.
Género:
Periodístico. Concretando más, reportaje de investigación.
Cronología:
Muchas fechas, demasiadas, de la etapa comprendida entre 1993 y 2002 (año de publicación
del libro)
Personajes.
Se nos muestra la identidad de las víctimas, de todas aquellas que constan en
el material manejado por el autor. Aparecen con nombre, apellidos y demás
circunstancias que figuran en sus expedientes. Esta relación –continua, sin
espacios–ocupa exactamente 17 páginas.
Consecuencias.
Muchísimas. Sociales y personales, como se puede deducir. La peor de todas,
probablemente, es la degradación ética de la sociedad, de todas las sociedades,
porque una realidad de este tipo produce un efecto altavoz. Tampoco olvidemos
el peligro permanente que amenaza y amenazará a Sergio González durante el
resto de sus días.
Más
personajes: los responsables de esta enorme masacre. También con nombres y
apellidos pero ahora formando parte del relato. Se trata, en muchos casos, de
figuras relevantes de la política, la judicatura y el mundo empresarial del
país mexicano. Tras ellos, de forma menos explícita, aparecen otras
identidades: narcotraficantes, contrabandistas, gente del negocio de la noche.
A veces, estos roles se superponen entre sí, otras, la complacencia, la
permisividad, incluso una postura cómplice evidente y la insistencia en
desacreditar a quienes tratan de desenmascararlos, impide que se castigue a los
culpables.
Métodos:
Siempre que hace falta, se espía, se intercepta la comunicación, se destruyen
pruebas, se archivan expedientes sin justificación jurídica; e incluso, con
cierta frecuencia, se silencia a quienes han caído en desgracia eliminándolos
limpiamente.
“Las muertas de Ciudad Juárez planteaban un acertijo donde se transparentaba el país: la dificultad de la justicia y el peso de sus inercias de ineptitud y corrupción. Pero la certeza del mal en una frontera mexicana también se expandía poco a poco hasta rebasar el perímetro de la aldea, e incluir lo global.”Cap. 11 “Muertas sin fin” Pg. 159
Un
trabajo extraordinariamente bien documentado que no solo presenta datos.
Analiza también las causas y consecuencias de estos hechos terribles, su
macabra motivación, inserta en un conjunto de mecanismos sociales de dudosa
legalidad, Las alianzas que provocan ascensos y caídas fulminantes, los
jolgorios nocturnos sin cortapisas de ninguna clase, las artimañas para
legitimar determinadas prácticas, evitar una investigación exhaustiva e impedir
que organizaciones internacionales dedicadas a la defensa de los derechos
humanos tengan acceso al registro de los hechos. Finalmente, refleja los
denodados esfuerzos de las autoridades locales por echar la culpa a unos
cuantos chivos expiatorios, a pesar de todas las evidencias.
“Sería el producto de una orgía sacrificial de cariz misógino, a cuyas víctimas se busca y elige en forma sistemática (en calles, fábricas, comercios o escuelas) en un contexto de protecciones y omisiones de las autoridades mexicanas durante la última década. En especial, sus policías y funcionarios judiciales, que cuentan con el respaldo de un grupo de empresarios del mayor poder económico y criminal en todo el país.
El móvil general de por medio refiere a un rito homicida de contenido sexual que sirve para cohesionar, fraternizar y garantizar el silencio de quienes pertenecen a su secreto: una mafia muy influyente.”
Epílogo personal Pgs 284-285
“El trasfondo de aquello consistía en reafirmar los privilegios y el dominio fronterizo ante la posibilidad de algún cambio.”Postfacio a la tercera edición Pg. XX
No
olvida Sergio González en este epílogo agradecer a Bolaño su contribución a la
causa con su gigantesca, en todos los sentidos, 2666. Una novela que aborda la cuestión con sus propias
herramientas y cuyo testimonio –a pesar de haber quedado inconclusa– es de
sobra elocuente.
Hola buena noche, me gustaría saber donde conseguiste el libro, lo he estado buscando y no logro conseguirlo, te agradecería bastante tu ayuda, este libro es/será parte de mi tesis. Gracias.
ResponderEliminarHola Stephany. Quienes escribimos somos lectores particulares, no editores ni distribuidores, así que no sabría decirte. En este caso me lo prestó una persona que lo había sacado de una biblioteca de Madrid, no tengo ni idea de cual. Saludos
ResponderEliminar2666 inconclusa????
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