Idioma original: euskera
Título original: Twist
Año de publicación: 2011
Valoración: decepcionante
La verdad es que lo siento, porque yo quería que este libro me gustase. Había leído ya varias de las obras anteriores de Harkaitz Cano (uno de sus poemarios, y El filo de la hierba, que reseñé aquí), y me parece una de las voces más interesantes de la literatura vasca actual. Así que quería que me gustase, para poder decir, como han dicho otros críticos, que esta novela era su consagración, su explosión definitiva, su canonización definitiva.Pero no, ya lo siento. La valoración de "decepcionante" nunca ha sido tan apropiada como en este caso.
Y eso que la cosa empieza muy bien. Uno lee el primer capítulo y piensa: Jo-der. Novelón. Ese primer capítulo es una joya, una explosión orgásmica, poética, rítmica, fantástica, brutal. En él un cadáver, un esqueleto ya, se levante de la tierra en una especie de "danza macabra" (¿el twist del título?) e intenta resituarse en el mundo, en su época, en sus relaciones humanas, mientras todo gira a su alrededor como una fiesta de la palabra. A poco que se haya buscado información, ya sabemos que se trata de un trasunto de Lasa y Zabala, los militantes de ETA que fueron secuestrados, torturados y asesinados por los GAL en 1983 (solo que en la novela se llaman Soto y Zeberio).
Pero después de este primer capítulo desasosegante de lo bueno que es... Es posible que Harkaitz Cano haya pensado que no se puede mantener ese ritmo ni esa intensidad durante 300 páginas (ni como escritor ni como lectores), y probablemente sea cierto; pero es que el cambio es absoluto: de la densidad máxima, del poder comunicativo y poético extremo del primer capítulo, pasamos a una narración realista en su sentido más banal, a una narración más o menos deslavazada poblada de personajes superficiales y, en algunos casos, insoportables.
(Nota al margen: se ha comparado en algunas reseñas, con ánimo algo beligerante, a esta novela con el Bilbao-New York-Bilbao de Kirmen Uribe, porque las dos tienen estructuras más o menos abiertas; me parece una comparación innecesaria, porque no se trata de poner a los dos escritores a competir a topetazos como si fueran carneros, y además bastante traída por los pelos, porque el sentido de las dos obras y de sus respectivas estructuras es muy diferente).
En fin, de los últimos capítulos de la novela (quiero decir, de todos menos del primero) se puede decir que configuran una novela casi completamente diferente: se nos cuentan las historias de un conjunto de personajes más o menos relacionados con Diego Lazkano, amigo, compañero y delator de Soto y Zeberio, en su intento por reconstruir una vida después de haber sido, él también, secuestrado y torturado, y llevando siempre consigo la culpa por la muerte de sus dos amigos. Grandes temas, pero muy poco explorados. En cambio, aparecen unos cuantos personajes, muchos de ellos bastante poco creíbles y algunos francamente insoportables: la artista vanguardista cuyo padre admira a los nazis, el editor que se está quedando ciego, el abogado especializado en hacer de intermediario en secuestros (y este es de los mejores), el antiguo delegado del Gobierno en el País Vasco...
Es una pena que, con este caldo de cultivo y esos -efectivamente- grandes temas, como la culpa, la amistad, la violencia o la guerra sucia, no se haya conseguido hacer algo más sustancioso. La sensación, sobre todo después de leer ese gran primer capítulo, es el de que estamos ante una novela fallida, una novela abortada, desaprovechada. Lo que no quiere decir que no siga pensando que Harkaitz Cano es una de las voces más interesantes de la literatura vasca actual.
También de Harkaitz Cano en ULAD: Aquí
Me alegra encontrar términos como 'decepcionante' en una reseña, me alegra esa sinceridad. Y eso que mi opinión sobre este libro difiere bastante: es verdad que el libro pierde el ritmo inicial, sin embargo me parece verosímil y reflexivo sobre la violencia, la amistad y la conciencia. Los personajes secundarios son creibles por desgracia, muchas veces la realidad supera la ficción y en nuestra sociedad existe ese nazi, ese intermediario, aunque no trasciendan.
ResponderEliminarcreo que has resumido bastante bien los pros y contras del libro...
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