Idioma original: inglés
Título original: Moo Pak
Año de publicación: 1994
Valoración: interesante / muy recomendable
Traducción: Juan de Sola
Josipovici es un autor de novelas, relatos y críticas literarias bien conocido fuera de nuestras fronteras, pero en nuestro país no había sido publicado hasta que la editorial Cómplices se tomó la molestia con este libro -imposible clasificarlo como novela-. Un tanto para ellos, esta es la verdad.
Resulta difícil elaborar una reseña de esta obra como las que solemos plantear en el blog, pues quizá merecería un análisis más sosegado, por supuesto amplio, sin duda repleto de citas y, con suerte, referencias a muchos otros libros y autores que se mencionan -y no solo eso: se investigan, se piensan, se trascienden- en el texto de Josivopici. Asumido esto, diremos que Moo Pak es la crónica de una serie de paseos por distintos parques londinenses de dos personajes: el veterano escritor Jack Toledano y el más joven Damien Anderson. La excusa primordial de dichos paseos será el testimonio de los avances de Toledano en relación con su último libro, que necesariamente cerrará su trayectoria como autor y al que otorgará la categoría de "su obra maestra".
A partir de aquí, con una prosa extraordinariamente fluida pero árida en ocasiones (debido al uso continuado de una doble primera persona yuxtapuesta y una composición sin puntos y aparte; es decir, un único e interminable párrafo de principio a fin), Josipovici-Toledano diseccionará numerosos temas literarios sin otro orden que el impulso verbal a que le conducen sus paseos, atentos los oídos de Anderson, quien salpicará con opiniones personales algunos puntos pero, sobre todo, ejercerá de mapa en el que situar, primero, su relación con el viejo escritor, y segundo, la relación de éste con el mundo que lo rodea. Será la voz de Toledano, pues, la que dirija con pulso firme al lector a través de las ventanas de la literatura, estableciendo un código que queda claro desde el primer momento: los personajes pasean por parques y calles como quien pasea por ideas, por momentos literarios, por movimientos históricos.
Poco o nada deja Toledano por anotar en su discurso sobre la literatura: el proceso creativo, el lenguaje, la imaginación frente a la razón, la búsqueda en el arte, el descubrimiento, la frustración, el sueño, lo universal y lo particular, el éxito y el fracaso, la excelencia, el azar, la furia... Se nombran decenas, cientos de autores: para valorarlos, para criticarlos, para denostar o admirar su vigencia o su olvido, para clasificarlos, para entenderlos, en fin, o más bien para entender por qué hicieron lo que hicieron. Josipovici desata su vastísima cultura literaria y pone a prueba la paciencia del lector, pues enlaza reflexiones, nudos y arriesgadas tesis como una fuente que nunca deja de manar, interminable, siempre con el mismo tono sereno, como el del personaje protagonista, que camina despacio, como ausente, pero sin pausa.
Una lectura posiblemente dirigida a lectores con un amplio bagaje que se hará durísima para quien necesite un hilo argumental o una trama que lo guíe a través de las páginas, pero, sin embargo, absolutamente recomendable para quien sepa moverse en esa otra literatura que hipnotiza y ensimisma, formada a partir de líneas y líneas de necesario subrayado, que demanda silencios, soledad y calma. Un poco en la línea de Ciudad abierta, por cuanto tiene de voz que te acompaña al rumor de unos pasos, pero enfocada hacia los múltiples caminos pasados, presentes y futuros de la literatura. Quien acepte el riesgo, no puede quedar indiferente.
Título original: Moo Pak
Año de publicación: 1994
Valoración: interesante / muy recomendable
Traducción: Juan de Sola
Josipovici es un autor de novelas, relatos y críticas literarias bien conocido fuera de nuestras fronteras, pero en nuestro país no había sido publicado hasta que la editorial Cómplices se tomó la molestia con este libro -imposible clasificarlo como novela-. Un tanto para ellos, esta es la verdad.
Resulta difícil elaborar una reseña de esta obra como las que solemos plantear en el blog, pues quizá merecería un análisis más sosegado, por supuesto amplio, sin duda repleto de citas y, con suerte, referencias a muchos otros libros y autores que se mencionan -y no solo eso: se investigan, se piensan, se trascienden- en el texto de Josivopici. Asumido esto, diremos que Moo Pak es la crónica de una serie de paseos por distintos parques londinenses de dos personajes: el veterano escritor Jack Toledano y el más joven Damien Anderson. La excusa primordial de dichos paseos será el testimonio de los avances de Toledano en relación con su último libro, que necesariamente cerrará su trayectoria como autor y al que otorgará la categoría de "su obra maestra".
A partir de aquí, con una prosa extraordinariamente fluida pero árida en ocasiones (debido al uso continuado de una doble primera persona yuxtapuesta y una composición sin puntos y aparte; es decir, un único e interminable párrafo de principio a fin), Josipovici-Toledano diseccionará numerosos temas literarios sin otro orden que el impulso verbal a que le conducen sus paseos, atentos los oídos de Anderson, quien salpicará con opiniones personales algunos puntos pero, sobre todo, ejercerá de mapa en el que situar, primero, su relación con el viejo escritor, y segundo, la relación de éste con el mundo que lo rodea. Será la voz de Toledano, pues, la que dirija con pulso firme al lector a través de las ventanas de la literatura, estableciendo un código que queda claro desde el primer momento: los personajes pasean por parques y calles como quien pasea por ideas, por momentos literarios, por movimientos históricos.
Poco o nada deja Toledano por anotar en su discurso sobre la literatura: el proceso creativo, el lenguaje, la imaginación frente a la razón, la búsqueda en el arte, el descubrimiento, la frustración, el sueño, lo universal y lo particular, el éxito y el fracaso, la excelencia, el azar, la furia... Se nombran decenas, cientos de autores: para valorarlos, para criticarlos, para denostar o admirar su vigencia o su olvido, para clasificarlos, para entenderlos, en fin, o más bien para entender por qué hicieron lo que hicieron. Josipovici desata su vastísima cultura literaria y pone a prueba la paciencia del lector, pues enlaza reflexiones, nudos y arriesgadas tesis como una fuente que nunca deja de manar, interminable, siempre con el mismo tono sereno, como el del personaje protagonista, que camina despacio, como ausente, pero sin pausa.
Una lectura posiblemente dirigida a lectores con un amplio bagaje que se hará durísima para quien necesite un hilo argumental o una trama que lo guíe a través de las páginas, pero, sin embargo, absolutamente recomendable para quien sepa moverse en esa otra literatura que hipnotiza y ensimisma, formada a partir de líneas y líneas de necesario subrayado, que demanda silencios, soledad y calma. Un poco en la línea de Ciudad abierta, por cuanto tiene de voz que te acompaña al rumor de unos pasos, pero enfocada hacia los múltiples caminos pasados, presentes y futuros de la literatura. Quien acepte el riesgo, no puede quedar indiferente.
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