Título original: Stone Arabia
Año de publicación: 2012
Traducción: Carles Andreu
Valoración: recomendable
Thurston Moore, líder de Sonic Youth, dice que esta es la mejor novela sobre rock jamás escrita. Bueno: yo siempre he desconfiado de las bandas que incluyen a rubias peróxido, pero opto por decidir por mí mismo.
El estereotipo establecería que una novela sobre rock incluye drogas a mansalva, groupies, crisis creativas, tendencias suicidas, mánagers desleales, habitaciones de hotel destrozadas tras bacanales, y otras lindezas.
Entonces lo primero que me sorprende de Stone Arabia es su mesura y su cercanía a la sensibilidad casi familiar. Su alejamiento de ese estereotipo resulta chocante a la par que reconfortante, pues sabemos, a estas alturas, que la suma de esos elementos acaba siendo un territorio demasiado conocido, tan explotado por todo el imaginario que ha perdido, como ha perdido mucho del rock, su capacidad de desafío y potencial ofensa. Por lo tanto, apenas nos adentramos en el libro ya hemos visto que de giras draconianas, noches interminables y días durmiendo en una caravana, nada de nada. Ahora bien, la alternativa quizás entrañe acercarse a una cierta indefinición. Porque a Stone Arabia le cuesta un poquitín arrancar como novela de rock. Unas cien páginas, en las que se parece demasiado a ciertas novelas sobre vidas casuales de clase media americana. No se sabe hacia dónde va a ir el libro, pero entonces Spiotta se decide a imprimirle un nuevo ritmo. Pasamos a hechos concretos y a una crónica vertiginosa del proceso creativo del músico. En ese momento es cuando parece que realmente pisamos territorios algo inexplorados. Es cuando la novela toma el rumbo que su sinopsis describe y el que el mantiene el lector a la espera.
Stone Arabia, a partir de ahí, se muestra como una crónica confidente y cercana: su protagonista se aleja de todos los estereotipos que uno asocia al rock, no es Jim Morrison, ni Kurt Cobain, ni Daniel Johnston, ni Scott Walker, y por fin la historia surge detrás de ese escondite inicial. Spiotta ha escrito una novela que va de menos a más, y solo se trata de tener la paciencia suficiente para comprender que la trama se cuece a fuego lento, que es una historia sobre música alejada de escenarios y giras y excesos, y que trata del artista, como ve el mundo y como cree que el mundo le ve a él.
Una novela extraña, pero que merece mucho la pena.
A mí me gustó bastante (le hice una reseña en el blog, en su día) porque capturaba muy bien esa fascinante figura del artista quijotesco que no publica su obra aunque viva para ella. Se ve que las otras de la autora merecen mucho la pena también.
ResponderEliminarA mí me hubiera gustado más una historia algo más dinámica. Es una lástima que mucha gente pueda perderse esta buena novela porque ve que tarda en ponerse en movimiento. Gracias por el comentario.
ResponderEliminar