Título original: Dirt
Año de publicación: 2012
Valoración: Recomendable
Galen tiene 22 años y está obligado a convivir unos días con sus familiares más cercanos, cuatro mujeres que parecen no tener nada en común con él salvo el apellido. Su madre es una mujer errática que lo usa como sustituto del padre que nunca conoció, su tía Helen es una persona resentida y cruel que hará lo que haga falta para conseguir lo que desea (y que cree que le corresponde por derecho), su prima Jennifer es una adolescente despreciable que lo usa como un juguete y su abuela, aparentemente senil, se deja "querer" por los anteriores personajes, ignorante (o no) de que sólo la cuidan para poder echar mano a su herencia.
En los días que estos cinco personajes pasan en una cabaña alejados del mundo, sin embargo, la alegría familiar brillará por su ausencia. Saldrán a la luz viejas rencillas, nuevos problemas y un pasado trágico que la madre de Galen se esfuerza por callar y al que su hermana Helen se refiere una y otra vez.
Después de que la excursión termine como el rosario de la aurora y ya de vuelta en casa (en una casa perdida en mitad del desierto), el protagonista no tendrá otro remedio que iniciar una guerra que ha estado evitando toda su vida y enfrentarse, por fin, a su madre, lo que tendrá terribles consecuencias para los dos.
Tras ambientar sus anteriores obras en Alaska, David Vann ha decidido cambiar de escenario y situar a sus personajes en California, en una zona abrasada constantemente por el sol y en la que, como el protagonista afirma en un momento del libro, ningún ser humano puede sobrevivir. Al menos, no con sus facultades mentales intactas.
El autor utiliza a los personajes de la novela (y en especial a Galen) para indagar en las causas no sólo de los conflictos familiares, sino de lo mucho que éstos nos marcan y, sobre todo, de las tragedias que pueden provocar, si no se manejan como corresponde. La rabia (la que los protagonistas esgrimen contra sí mismos y contra los demás), al final, resulta ser un personaje más de la novela, alimentada a base de silencios y secretos que la convierten en un ser tan asfixiante como el paisaje en el que todo tiene lugar.
A pesar de que esta obra no es, en mi opinión, superior a Sukkwan Island, sí es un libro recomendable. Especialmente, para pasar un mal rato y para no querer ir de vacaciones con la familia nunca jamás.
Sí, la verdad es que tiene toda la pinta de hacerte pasar un mal rato. Pero seguro que eso es lo que buscaba el autor.
ResponderEliminarLamento decirlo: Sukkwan Island me pareció sobrevalorado y me sobró su segunda parte, de la cual ni puedo espoilear: no me acuerdo lo que pasa tras "el hecho" que cierra la primera parte.
ResponderEliminarNo lo lamentes, que a gustos se hicieron los colores. Pero a mí Sukkwan ISland me gustó mucho, precisamente por todo lo que pasa en esa segunda parte.
ResponderEliminarImpresionante!
ResponderEliminarLa última parte de este libro se me hizo tan insoportable como admirable todo lo anterior. Es un escritor diestro, se maneja bien en la historia, crea personajes sólidos y profundos en pocas páginas pero, por amor de Dios, que ganas tenía de terminarlo.
ResponderEliminarHola ShineSock. Si bien no he leído este libro de Vann, sí he leído "Sukkwan Island", "Acuario" y "Caribou Island" (las dos primeras reseñadas en ULAD). Coincido contigo en la capacidad el autor en crear personajes y ponerte en situación rápidamente; sabe manejar la historia y los tiempos pero, al igual que a mi compañero Francesc, en "Sukkwan Island" el final se me hizo un poco largo (aunque el libro me gusto muchísimo) y algo parecido me pasó con "Caribou Island". Por contra, en "Acuario" me pasó justo lo contrario, el libro tardó algo en coger ritmo.
ResponderEliminarSegún comentó el autor en una entrevista, parece que con "Acuario" ha completado el círculo de novelas basadas en sus "traumas" familiares, con lo que será interesante ver qué nos ofrece en su próximo libro.
Saludos, y gracias por comentar la entrada.
Marc