Idioma original: inglés
Título original: Stone Junction
Año de publicación: 1990
Valoración: muy recomendable
Jim Dodge (California, 1945) es un hombre atípico. Vivió durante muchos años en una comuna autosuficiente y en la actualidad vive en un rancho aislado con su mujer y su hijo. Empezó a publicar cuando contaba casi cuarenta años y, desde entonces, tan sólo han salido a la luz tres novelas (Fup, Not Fade Away y Stone Junction) y una compilación de poemas y prosas cortas (Rain on the River), aunque todas estas obras han gozado del aplauso absoluto de la crítica.
Quizás por lo "poco habitual" que resulta ser su vida (o quizás no, quién sabe), sus libros también son bastante atípicos. Tanto su estilo como las historias que nos cuentan se salen de lo que habitualmente nos podemos encontrar en las mesas de novedades de las librerías, ofreciendo algo inesperado pero siempre satisfactorio.
El protagonista de Stone Junction es Daniel Pearse, un muchacho criado durante sus primeros años por su madre y posteriormente instruido por varios profesores pertenecientes a la AMO (la Alianza de Magos y Forajidos), quienes le enseñan a falsificar documentos, a cultivar, consumir y traficar drogas, a jugar al póker, a abrir cajas fuertes, a disfrazarse y, finalmente, de la mano del mago Volta, a desmaterializarse.
El motivo de toda esta enseñanza y preocupación por Daniel no es otro que entrenarlo para que sea capaz de robar un diamante que está en poder de la CIA, una especie de piedra filosofal o de Santo Grial que Volta desea pero no es capaz de conseguir. ¿Qué ocurrirá cuando Daniel lo consiga? ¿Qué supone estar en posesión de ese diamante? ¿Por qué es tan importante y por qué la CIA está dispuesta a perseguir y asesinar, si es necesario, a todo aquel que le ponga la mano encima?
A través de más de 500 páginas, Dodge nos explica la historia de Daniel, de su madre, de la AMO y de los profesores, consejeros, magos y gente de todo tipo que se cruzan en la vida del muchacho. Como toda buena novela coral que se precie, cada uno de esos personajes tiene un papel esencial en el desarrollo del personaje principal y de la acción de la novela, y el autor consigue construir y enlazar innumerables subtramas para que todos ellos reciban la atención que se merecen por parte del lector y la historia principal siga su curso como debe.
No es poca cosa. En una novela como ésta, llena de numerosos datos, nombres y acontecimientos que tienen lugar en todo lugar y línea temporal imaginable, es imprescindible dejar atados todos los cabos (y, os lo aseguro, son muchos) para que nada chirríe, algo que Dodge consigue con aparente facilidad. No hay nada que suene mal en Stone Junction, ningún párrafo que quitar o saltar, pues en ningún momento se nos hace larga o pesada. Todo lo contrario. A pesar de su más de medio millar de páginas, esta novela se nos hace corta, ligera, y consigue que lleguemos a sus últimas líneas deseando que, por favor, por arte de magia, se materialicen unas cuantas páginas más.
También de Jim Dodge: Fup, El Cadillac de Big Bopper
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