Título original: A Christmas Carol
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 1843
Valoración: ¡Paparruchas! No, en serio: Recomendable
Hala, ya está, ya me he decidido después de algunas dudillas (temía pecar de cursi, típico y/o tópico)... Esta Nochebuena los lectores de ULAD podrán disfrutar de la reseña más asquerosamente navideña posible: la de Cuento de Navidad, de Charles Dickens. Vamos, que de originalidad nada, porque ya sé, sí, que no hay Navidad que se precie sin cuatro o cinco versiones cinematográficas de la novelita que hoy reseño, una emisión de Qué bello es vivir y la banda sonora de Eduardo Manostijeras dándonos la brasa sin tregua... (By the way: ¿Qué fue de la Caperucita Roja de Chanel number 5? Cómo echo de menos ese anuncio, pardiez...).
Pero a lo que vamos: tratar de reseñar la novela de la que han salido tropecientas versiones cinematográficas, teatrales y televisivas, desde la de Los Teleñecos hasta la de Los Simpson pasando por la del insufrible Mathew McConaughey o la del genial Bill Murray, mi preferida (a este tipo ya lo atrapen en el tiempo con una marmota, ya lo rodeen los zombies o ya lo intente matar el fantasma de Jack Palance, nos mata de risa y ternura con su cara de "Qué se le va a hacer").
El ya viejuno Ebenezer Scrooge es un elemento de mucho cuidado. El típico empresario inglés sin escrúpulos engendrado por la Revolución Industrial, negrero y rata hasta límites insospechados, obesionado por acumular y acumular, solitario como un lobo y explotador sin compasión de su pobre ayudante. Como es de suponer, Scrooge odia a muerte las Navidades y el darle el día libre a su esclavo por celebrarse el nacimiento de Jesuscristo.
Pero quién le iba a decir a un tipo que utiliza como recurrente muletilla esa antediluviana expresión que es "¡Paparruchas!", que la Nochebuena que Dickens nos relata, se le viene a aparecer su difunto socio, Marley, una pieza de su estilo que sólo una vez muerto se da cuenta de que lo más importante en la vida es el amor y la relación con otros seres humanos y no la acumulación de bienes. Marley, a su vez, le anunciará la visita de otros tres fantasmas (a saber, Navidades Pasadas, Presentes y Futuras), y así, Scrooge irá comprendiendo que pasó de ser un chiquillo feliz y sencillo a convertirse en un avaro monstruoso por una serie de decisiones equivocadas, que la gente de su entorno es feliz aunque tenga muy poco y que no le guardan rencor pese a que se porte fatal con ella (atención al pobre hijo enfermo de su empleado y a su sobrino Fred, al que desprecia y ningunea cruelmente), y que si no cambia de forma de ser, acabará malamente, muriendo pronto y podrido de riquezas sin utilizar y dolorosa soledad.
Y bueno, después de estos tres tours fantasmagórico-temporales, es de suponer que nuestro amigo Scrooge llegará a interesantes conclusiones y decisiones...
A los que aún no sepan cómo acaba esta historia, les recomiendo que en vez de ver la versión fílmica de Barbie, por ejemplo, se molesten en hacerse con un ejemplar de la novelita original, ya que descubrirán matices y detalles que van más allá de lo vistoso y efectista. No en vano, Dickens, como muchos sabrán, fue un escritor interesado en reflejar en sus obras los dolorosos estragos (trabajo infantil en condiciones terroríficas, miseria acongojante, prostitución forzosa, familias miserables, empleados esclavizados...) que causó en su país la Revolución Industrial.
Y ya está. Nada de paparruchas y que a nadie se le atragante el turrón pensando en que el lunes hay que volver a trabajar con algún que otro Scrooge rondando por la oficina...
PD: bonita la foto que adorna este post, ¿verdad? Con fantasmas estilo chicas Marvel. Por cierto, ¿alguien sabe si hay versión superhéroes de la historia? Fijo que sí...
Otras obras de Charles Dickens en ULAD: Aquí
La novela es muy bonita, lo que fastidia es que en navidad la repiten hasta el cansancio en sus diferentes versiones(la de disney está bien, la de barbie me dió ganas de pegarme un tiro)tanto que a no muchos les interesa leerla porque "ya se la saben". En fin, es una gran obra de Dickens, deberían fomentarse más el libro :D
ResponderEliminarSaludos
Hola! Soy Charles Dickens. Sin mi cuento de navidad probablemente el llamado ahora espíritu navideño sería otra cosa. Que Auster también se lo curró pero no os olvidéis de mi. Estees un poquito más largo que el de Paul,q le vamos a hacer. De nada, querido Abel (Caballero), Ilmo Alcalde de Vigo y alrededores. Antes fui yo, no te olvides. Y de bien nacidos es ser agradecidos.
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