Idioma original: italiano
Título original: Il cimitero di Praga
Año de publicación: 2010
Valoración: está bien
Este es uno de esos libros sobre los que se pueden hacer (y se han hecho) dos tipos de crítica: la propiamente literaria, y la ideológica. Nada más publicarse, efectivamente, provocó ataques desde diversos frentes: la Iglesia católica, a través del Osservatore Romano, la criticó por relacionar a los jesuitas con las más diversas conspiraciones, mientras que otros lectores razonaron así: "esta novela incluye numerosas opiniones antisemitas; por lo tanto, el libro y su autor son antisemitas".
Claro que quienes razonan así es que no han sabido leer el texto de Umberto Eco, o no han querido entenderlo, lo que sería aún peor. Porque, sí, el texto está plagado de afirmaciones racistas y antisemitas, de apologías de la violencia y la xenofobia; pero todas estas afirmaciones salen de la boca de personajes ridículos, esperpénticos, repugnantes. El cementerio de Praga no es antisemita: es la caricatura del antisemitismo. "Ya", dicen sus críticos, "pero es que alguna gente igual no entiende la broma y piensa que habla en serio". Pues eso será culpa suya, digo yo, y no del bueno de Umberto.
Ahora bien, pasando a la parte literaria, se podría decir de esta novela lo que Oscar Wilde dijo cuando le preguntaron si un texto le parecía inmoral: "Peor que eso: está mal escrito". El cementerio de Praga no es antisemita, pero sí es una novela floja, muy por debajo del nivel de su autor en El nombre de la rosa, por ejemplo. Mezcla de novela histórica y novela de intriga psicológica, narra el proceso (basado en hechos reales, como las películas de Antena 3) de redacción de los Protocolos de los Sabios de Sión, uno de los textos inventados más influyentes de la historia, fuente y argumento básico del antisemitismo de principios del siglo XX (y hasta nuestros días, aunque de manera más residual).
El mayor problema de la novela es que se hace repetitiva: en realidad, consiste en la reiteración con ligeras variaciones de un mismo ciclo argumental: alguien contacta al narrador/protagonista, Simonini, para que espíe a alguien o redacte un texto contra alguien; Simonini lo hace, hasta que llega un punto que decide abandonar el barco y salvar el pellejo; y vuelta a empezar. Como resultado, Simonini es un personaje grotesco, traicionero y sin escrúpulos, lo que no quiere decir que sea interesante.
En fin, El cementerio de Praga me produce una impresión semejante a El sueño del celta, aunque en menor grado (porque Umberto Eco es más imaginativo y original en esta obra que Vargas Llosa en la suya): la sensación de que el material acumulado (histórico en los dos casos) ha terminado por fagocitar a la inspiración narrativa. El resultado es una novela sorprendentemente plana, con algunos momentos de intriga y meta-literatura interesantes, pero que no pasará a la historia.
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Muy interesante la reseña, albergaba alguna duda acerca del libro, que creo que se confirman. De todos modos, caerá, claro.
ResponderEliminarSaludos.
Me costo mucho leer la novela, la leí por mi incapacidad de dejar a medias un libro y porque pasa por encima de una época llena de intrigas y falsedades religiosas desconocidas para mi. Es una novela complicada en la que te pierdes con tanto personaje. No la recomiendo
ResponderEliminarEs un libro bastante complejo y para ser honestos creo que en varias partes no se entiende y se pierde el hilo de la narracion. Sin embargo, no es para nada malo y es entretenido en muchas partes. Bastantes hechos historicos narrados y mezclados con personajes ficticios y reales. Para mi es mas bueno que malo.
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