Título original: Snuff
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 2008
Valoración: recomendable
Estaba leyendo abúlicamente el periódico cuando una noticia me arrancó una sonrisa en uno de esos días tristes en los que a uno todo le parece un gran montón de mierda. Escribí estas líneas un día en el que un taxista mató a tiros a 12 personas en Inglaterra, me desperté enferma y febril y tuve que hacer un examen en un estado físico lamentable, se me acabó la leche cuando ya había preparado el café y el cajero se tragó mi tarjeta de crédito. Sin embargo, ese día supe también que Chuck Palahniuk, uno de mis must-reads, estaría en Madrid firmando ejemplares el fin de semana siguiente en la feria del libro y era posible que yo estuviera allí.
Me encanta Palahniuk, no os voy a engañar. De sus novelas me embauca su personal estilo. Siempre encuentro a este autor atrevido, rompedor, divertido, elocuente y muy agresivo y eso me gusta. Con él me ocurre como con Bukowski (alabado sea), cuando con sus palabras consigue abrir esa caja de Pandora en la que guardo todos mis instintos reprimidos. Es un boxeador de la pluma. Muchos de vosotros conoceréis su obra más famosa y probablemente la mejor: El club de la Lucha, aunque seguramente sea por la película basada en ella que dirigió David Fincher en 1999.
Sin embargo, este estadounidense perteneciente a la Cacophony Society (una transgresora asociación de espíritus libres y anárquicos que se reúnen para hacer el gamberro vinculados por un tremendo pesimismo antisistema y que, por lo que veo, tiene su propia sede en España), tiene otros muchos libros no menos interesantes: Insomnia, Nana (ejemplar novela en la que refleja sus vivencias a raíz del trágico asesinato a sangre fría de su padre y su pareja), Asfixia (también adaptado, de forma atroz, al cine hace un par de años)… y Snuff, del que os voy a hablar a continuación. En todos sus escritos, Palahniuk inserta retazos de experiencias vividas de primera mano en terapias de grupo, reuniones de adictos al sexo o a las drogas, accidentes relacionados con la masturbación y demás temas surrealistas que sólo alguien con una vida tan intensa podría hacernos llegar con tanta maestría. “En América, si tu adicción no se renueva constantemente, eres un perdedor”, dirá en Asfixia. O, de manera aún más ilustrativa: “Entonces enciende la televisión y pone un culebrón, ya sabes, gente real fingiendo que es gente falsa con problemas inventados que son vistos por gente real para olvidar sus problemas reales...”. Pura posmodernidad, ¿no os parece?
Recientemente traducida al castellano (aunque yo os la recomiendo en su lengua original), Snuff no es ni de lejos su mejor trabajo pero se deja leer. Tiene como protagonista a Cassie Wright, una actriz porno que atisba el final de su carrera y que decide realizar un personal canto de cisne batiendo un estrambótico record: mantener relaciones sexuales con 600 hombres, mientras esta odisea es filmada para la posteridad. Mr. 72, Mr. 137 y Mr. 600 esperan su turno, nerviosos, semidesnudos y excitados, mientras Sheila, neurótica organizadora de este evento, intenta mantener a los 600 varones bajo control, sin saber que uno de ellos planea acabar con la vida de la pornostar. De esta circunstancia surge el título: Snuff, que hace referencia, como todos sabréis, a esas grabaciones de asesinatos reales que parecen remontarse a Charles Manson. Supongo que con este argumento no hará falta indicar lo hilarante y delirante, valga la rima, de este embrollo, a través del cual el autor de Rant pretende reivindicar una vez más el erotismo, la violencia o el terror como temas literarios tan válidos como el amor o la espiritualidad.
Basada en el caso real de la actriz Grace Qek, alias Annabel Chong en el cine para adultos, que intentó llevar a cabo una gesta similar, Snuff está escrita con un estilo directo y minimalista, con frases cortas pero poderosamente enérgicas. Este escritor perteneciente a la denominada Generación X (etiqueta que surgió a raíz de la novela homónima de Douglas Coupland) destila ironía al revisar los tristes tópicos de la sociedad norteamericana, y lo hace de manera ejemplar y punzante. Despersonalización, vértigo, desidia, descontrol, caos, sexo y muerte son recurrentes en obras como la que aquí se comenta, cuestiones que Palahniuk encara abiertamente: “Así es en gran medida como pasamos la vida. Viendo la televisión. Fumando porquería. Automedicándonos. Desviando nuestra propia atención. Cascándonosla. Negando la realidad.”
Para terminar os diré que si esta novelita os intriga y decidís leerla, no debéis olvidar echar un vistazo a los vídeos que el autor colgó en la red, en los que una supuesta Cassie Wright es entrevistada por él mismo al hilo de su pornográfico plan. Aquí os dejo el link del primero de ellos.
Si alguno de vosotros pudo obtener una firma de este grande en Madrid y yo finalmente no tuve la oportunidad, sentíos libres de recibir mi envidia más afectuosa y sincera.
Gracias por tu reseña, Naiara. Por lo que leí a no sé quién en el facebook, las colas para recibir una firma de Palahniuk en Madrid fueron tremendas...
ResponderEliminarSobre tu reseña, no he leído Snuff, pero sí otras dos novelas de él: El club de la lucha, que me gustó mucho, aunque siempre es una sensación rara leer un libro después de haber visto la película; y Nana, que, al revés que a ti (creo), no me gustó nada. Me pareció que toda la parte sobrenatural del asunto, que se le va muchísimo de las manos, le quita todo el interés a la novela. Al final me la terminé, pero casi leyendo en diagonal las últimas 50 páginas... Pero vamos, no por eso voy a dejar de darle una oportunidad a Snuff...
Está claro que Palahniuk tiene fama de destacar más por la forma que por el contenido. Le falta un punto para desarrollar sus historias, para que encajen, no se, siempre parece perder un poco de fuste en sus finales... Pero me gusta!
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