Título original: The eyes of Heisenberg
Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 1966
Valoración: recomendable
En 1966 salió de imprenta este libro que trata, en parte, de manipulación genética. Obra pionera sobre un tema que ahora es casi imposible no encontrar en los libros de ciencia ficción. Tiene unas trescientas páginas que se leen rapidísimo y te da la sensación de ser el primer relato de una novela que nunca llegó a gestarse. La trama es buena, y engancha al lector.
Ciencia ficción de la llamada “dura”, pues en la primera parte del libro- el autor no lo divide en dos partes, pero el lector puede percibir dos claramente diferenciadas-, Herbert se centra en la manipulación genética. En una sociedad gobernada por los Optimen- seres genéticamente perfectos, salvo por la dependencia al control de su sistema enzimático, sin poder sentir emociones fuertes, ni hablar sobre la muerte-, sólo algunos seres humanos pueden procrear. No los sterries, ni ellos mismos. Pero los Durant, una pareja elegida cuidadosamente, visitan al médico que se encarga de la gestación de su futuro hijo. Quieren vigilar el proceso por el cual un especialista manipula los genes del futuro feto y observa si tiene trazas de ser un viable o un optimen.
Algo ocurre. Y los ojos de Heisenberg transforman el futuro de la humanidad. Se avecina un cambio. El principio de incertidumbre de Heisenberg afirma, a grandes rasgos, la acción del observador altera el sistema observado. ¿Habrá sido el propio científico el que ha alterado el resultado con su sola observación?
La segunda parte se desvincula de tanto cientificismo y aborda problemas existenciales, tales como el posible resultado de una sociedad completamente vigilada, dirigida y manipulada hasta el absurdo, y cómo siempre afloran imprevistos, quizá debidos al azar, a la naturaleza humana,a algo superior, quién sabe.
La cosa es que en muy pocas páginas Herbert consigue explicarnos con bastante detalle todo un sistema social y acercarnos a algunos de los miembros que la sostienen/mantienen/destruyen con claridad. Nos plantea preguntas y nos lleva a interrogarnos sobre el pasado, el presente y el futuro de la humanidad.
He leído otros comentarios sobre la novela y en ellos se dice que esa sensación de relato corto nos deja sin un personaje de peso de la primera parte, por ejemplo, que desaparece en la segunda. Pero a lo mejor se trata simplemente de un reflejo bastante aproximado de la realidad, porque, ciertamente, personajes que resultan imprescindibles, tienden a desvincularse a lo largo del tiempo. Además, un autor omnisciente puede traérnoslo una y otra vez a escena, pero en el mundo fuera del libro, ese personaje puede desaparecer y nosotros no volver a saber nada de él. O puede morir simplemente, esas cosas pasan, y algunos autores no quieren “matar” a sus personajes.
En fin, un librito interesante, pionero y aconsejable para pasar una tarde muy agradable.
También de Frank Herbert en ULAD: Dune
Mi favorito es Dune de dunas de Frank Herbert. Este libro es para ciencia ficción lo que El Señor de los Anillos es para soñar; La novela formal e indiscutiblemente caracteriza a la clase. La historia comienza con el lugar de Atreides tolerando el Ducado del planeta Dune. El anterior Barón ha sido eliminado por el Emperador, y ya no es el resultado.
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