Título original: Look Back in Anger
Año de publicación: 1957
Valoración: Recomendable
El protagonista de esta obra del dramaturgo británico John Osborne, la primera del llamado "realismo de fregadero" ("kitchen sink realism"), sirvió para bautizar a los "jóvenes iracundos", esa generación de jóvenes británicos que no habían vivido una Segunda Guerra Mundial pero que tenían que sobrevivir a sus consecuencias sintiendo que ya no quedaban "causas valientes por las que luchar" (Porter en Mirando hacia atrás con ira).
Sin embargo, lo que no queda claro, incluso al llegar al final, es el motivo de esta ira devastadora: los terribles y continuos ataques verbales de Jimmy, aunque dirigidos a su esposa Alison y a su compañero de piso Cliff (además de al "Establishment", por supuesto), no parecen tener unas motivaciones bien definidas. De hecho, aunque Porter profesa casi reverencia por la clase trabajadora, la obra ni siquiera parece aliarse claramente con la izquierda política.
Lo que provoca la ira de Jimmy parece ser la enfermiza incapacidad de sentir, de conmoverse y, en suma, de sufrir. Alison, proveniente de una familia de clase media-alta, representa todo lo que Porter desprecia (en pocas palabras, un "monumento al desapego"). Pero nada de lo que él diga o haga podrá "provocarla": Jimmy pronostica que sólo el dolor de la pérdida más íntima, la muerte de un hijo antes de haber nacido, podrá transformarla en un "ser humano de verdad".
Con esta controvertida obra John Osborne quiso rebelarse contra el servilismo e inacción política de la sociedad británica de la época, especialmente de los dramaturgos. Es curioso, por tanto, que Osborne se valiera precisamente del formato de la "obra bien escrita" en Mirando hacia atrás con ira: la obra no sorprende en cuanto a estructura dramática, y la verborrea de Jimmy chirría un poco en relación al realismo "de fregadero" de la escenografía. Pero asusta -y mucho- que, por los temas tratados, esta obra tenga vigencia 52 años después. Sobre todo con la que está cayendo.
Sin embargo, lo que no queda claro, incluso al llegar al final, es el motivo de esta ira devastadora: los terribles y continuos ataques verbales de Jimmy, aunque dirigidos a su esposa Alison y a su compañero de piso Cliff (además de al "Establishment", por supuesto), no parecen tener unas motivaciones bien definidas. De hecho, aunque Porter profesa casi reverencia por la clase trabajadora, la obra ni siquiera parece aliarse claramente con la izquierda política.
Lo que provoca la ira de Jimmy parece ser la enfermiza incapacidad de sentir, de conmoverse y, en suma, de sufrir. Alison, proveniente de una familia de clase media-alta, representa todo lo que Porter desprecia (en pocas palabras, un "monumento al desapego"). Pero nada de lo que él diga o haga podrá "provocarla": Jimmy pronostica que sólo el dolor de la pérdida más íntima, la muerte de un hijo antes de haber nacido, podrá transformarla en un "ser humano de verdad".
Con esta controvertida obra John Osborne quiso rebelarse contra el servilismo e inacción política de la sociedad británica de la época, especialmente de los dramaturgos. Es curioso, por tanto, que Osborne se valiera precisamente del formato de la "obra bien escrita" en Mirando hacia atrás con ira: la obra no sorprende en cuanto a estructura dramática, y la verborrea de Jimmy chirría un poco en relación al realismo "de fregadero" de la escenografía. Pero asusta -y mucho- que, por los temas tratados, esta obra tenga vigencia 52 años después. Sobre todo con la que está cayendo.
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