Idioma original: Polaco
Título original: Imperium
Año de publicación: 1993
Valoración: Muy recomendable
SANTI: Bueno, Jaime, ¿qué te ha parecido Imperio?
JAIME: Pues mira, sólo te voy a decir una palabra: "Naranjada".
SANTI: Pues me has dejado como estaba. ¿Me he perdido algo? ¿O es una referencia a algún pasaje del libro que no he leído con la atención que debería?
JAIME: Jejej... No, no, supongo que no es un pasaje más importante que el resto, pero sintetiza bastante bien lo que me ha atraído de El Imperio. Cuando está contando su viaje por Azerbaiyán, Kapuscinski comenta que, tradicionalmente, las chicas de por allí tenían nombres como Flor o Primavera. Sin embargo, después de la Revolución, y para adaptarse a los nuevos tiempos, sus padres empezaron a ponerles nombre de cosas modernas que llegaban al campo. Por ejemplo, Tractor, Naranjada o Chófer. Una anécdota así, recogida en un poblado de Asia central, te dice mucho más sobre la URSS que miles de páginas de enciclopedia. Porque, por cierto, ése es el Imperio del que estamos hablando.
SANTI: ¡Ah, vale! No me acordaba de esa anécdota. A mí la parte que más me ha impresionado es la que cuenta la hambruna que mató a diez millones de ucranianos, provocada deliberadamente por Stalin. ¡Es increíble! No es que, como en Irlanda, se produjera una hambruna y las autoridades no supieran gestionarla: ¡es que las autoridades la generaron a propósito como medio de someter a la sociedad! La verdad es que en general me ha parecido un libro interesantísimo, un buen complemento a Vida y Destino, que leí hace poco, y que cuenta el nacimiento del Imperio (ruso) desde una perspectiva más rusa; la mirada de Kapuscinski, como él mismo dice, siempre será la de un extranjero -lo que no le quita valor, claro, sino casi al revés.
JAIME: Sí, la verdad es que por momentos el libro se convierte en un catálogo de atrocidades. Y no lo digo como un defecto: supongo que va con el asunto. Me sorprendió mucho, por ejemplo, el capítulo que habla de los campos de concentración de Siberia, que Kapuscinski no duda en poner al mismo nivel que Auschwitz. Es aterrador imaginarse, aunque sea por un momento, todo ese sistema gigantesco de esclavitud y muerte, con el agravante del entorno más inhóspito del planeta. Me dejó pensando lo distinta que es la actitud general hacia los crímenes nazis y los soviéticos: los alemanes se pasan la vida haciendo penitencia pública para expiar sus culpas, mientras que los rusos parecen bien dispuestos a reivindicar las glorias de la URSS. Creo que es precisamente la idea de Imperio la que les permite esa cómoda reconciliación con su pasado.
SANTI: O como dice el propio Kapuscinski en algún momento, lo afrontan con un estoicismo amoral. "Así es la vida", sí, hicimos y consentimos cosas terribles, pero ¿qué podíamos hacer? No tiene sentido rebelarse. Un gobierno totalitario no es muy distinto, en ese sentido, de una catástrofe natural: pasa porque tenía que pasar.
JAIME: Qué curioso. Debía de ser una sensación muy extendida, porque Boris Groys e Ilya Kabakov (en un libro de entrevistas del que espero hablar pronto) también dicen que la dictadura soviética se vivía "como una nevada". En ese sentido, llama la atención el final tan anodino que narra Kapuscinski. La gente dejó de obedecer a Gorbachov y un día, sin más, se arrió la bandera roja del Kremlin. Es que como si la nieve se hubiera fundido de pronto, dejando un enorme lodazal.
SANTI: Bueno, lo dejamos entonces en muy recomendable, y publicamos ya la entrada, ¿te parece? ¡Que hay que dejar algo para los comentarios!
JAIME: ¡Jajaja! Vaale, ya me callo...
También de Ryszard Kapuscinski: Aquí
Es una de las lecturas pendientes encima de mi mesita.
ResponderEliminarMe ha encantado la forma dialogada de la reseña.
Jajajaja! Parece una discusión intelectual vía chat (mejor que el típico "ola qtl cm t yams", desde luego ;)).
ResponderEliminarMe pregunto cómo trataran el tema de la URSS en los colegios rusos; seguro que tiene poco que ver con el modo en que lo tratan en los alemanes...
En realidad, no sabía de esta diferencia de mentalidad frente a la experiencia del genocidio. Me ha resultado muy interesante.
Vale, lo admitimos, es precisamente eso: una discusión intelectual vía chat. En realidad el original era:
ResponderEliminar-J.ktl Imprio??
-nrnjda;p
-^^
-LOL, no,no:ls tías dAzrbyn k s llmn xofer, :D
-k mofs! y k m dics d Stln??
etc, etc...
Se te ve el plumero en la tilde de "tías"... :P
ResponderEliminarMierda!
ResponderEliminarSoy un entusiasta de Kapuscinski. Mi favorito Ébano. Quería felicitaros por la reseña, que ha quedado genial.
ResponderEliminarjajaja, muy buena la reseña. Kapuscinski me encanta, si bien no me he leído los más "famosos", ni El imperio ni Ébano.
ResponderEliminarInteresantísima la comparativa entre el sentimiento post-nazi y el sentimiento post-soviético: siempre me había preguntado exactamente esa diferencia de criterio: por qué "nadie" se da cuenta de que los resultados de ambas tiranías (bueno, tiranía soviética y democracia nazi) fueron, lamentablemente, los mismos. Cuando veo a gente (incluso a algún amigo mío) con la típica camiseta con la CCCP me planteo el por qué somos tan ignorantes de los gulag y hay tanto conocimiento de los campos nazis.
Según yo lo veo, la expiación alemana debe estar basada en parte a que Hitler fue elegido democráticamente, esto es, que teóricamente el pueblo estaba de acuerdo en sus ideas principales (aunque no todos se enterasen de todo), y claro, cuando vieron el resultado con perspectiva temporal no quedó otra que pensar "la hemos liado parda", y luego pedir perdón.
Sin embargo los rusos vivieron bajo una dictadura totalitaria: entiendo que en esa situación es muy difícil hacer juicios de valor, es un o mueres o matas, pero ¿pedirás perdón 50 años después?. Quizá es que no quedaba otra...
Yo creo que la gente idealiza la URSS por varios motivos:
ResponderEliminar- Representa una alternativa al sistema económico en que vivimos actualmente y que tiene descontentos a muchos.
- Son tierras lejanas y por tanto exóticas, pero no completamente ajenas a nuestra cultura, por lo que es fácil soniar con ellas.
- Ocurrió en el pasado, que se idealiza por defecto, pero no es un pasado tan remoto que nos resulte difícil identificarnos con él - como podría ser la Antigua Grecia, que sé yo.
- Por último, la razón que a mí me parece más seria, los EEUU se ensaniaron con la URSS de mala manera, dejando de lado incluso el tema de los juicios a los artífices del nazismo - excepto los famosos de Nuremberg, que eran a personal de alto perfil. Después de la 2a GM los estadounidenses presionaron a los países europeos para que suavizaran o simplemente olvidaran el asunto del nazismo, amenazando incluso con detener las ayudas del plan Marshall, porque su prioridad estratégica entonces era luchar contra el comunismo - y quizás también porque en las altas esferas de Estados Unidos el antisemitismo no era tan raro? En todo caso, esa actitud dio peso a la imagen de matones de EEUU, otorgando a la URSS un papel de víctima - o como dije en el primer punto, de alternativa a un sistema capitalista desalmado...
Un tema fascinante sin duda!