Idioma original: nynorsk (neonoruego)
Título original: Vaim
Traducción: Meritxell Salvany en catalán para Galàxia Gutenerg y Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House
Año de publicación: 2025
Valoración: muy recomendable
Título original: Vaim
Traducción: Meritxell Salvany en catalán para Galàxia Gutenerg y Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House
Año de publicación: 2025
Valoración: muy recomendable
Empieza el relato con uno de los ya habituales monólogos interiores de Fosse, en el que el narrador (de nombre Jatgeir) nos cuenta en primera persona su viaje a la droguería de Bjørgvin en búsqueda de un carrete de hilo negro y una aguja para coser un botón que se le había caído, pues sabe que en la de su ciudad es posible que no encuentre lo que busca. Pero, para su sorpresa y desgracia, se encuentra pagando un precio a su entender desorbitado y ello le lleva a cuestionarse el porqué de esos viajes en barca a Bjørvin con el único fin de ir a la droguería, por qué sigue yendo ahí únicamente para ese propósito y, en su intento de entender el motivo, se da cuenta de que las respuestas se hallan en su interior, en los recuerdos de su juventud, cuando hacía esos viajes frecuentando las tabernas con «la esperanza de encontrar alguien con quien compartir de la vida» reconociendo a la postre que «quizá, aquella historia de tener que ir a comprar hilo y aguja sea como sea, solo debía ser una excusa que me había urdido para poder coger la barca y venir hasta Bjørvin ahora que habían llegado las vacaciones de verano y no tenía que trabajar». Pero ese viaje le conduce también a otra isla vecina, Sartor, que le transporta en un viaje también mental en el que rememora sus recuerdos de adolescencia y con ello un antiguo amor por una joven, nunca expresado de manera directa, un enamoramiento guardado para sí mismo en una suerte de idolatría y admiración por alguien a quien apenas conocía, porque «a ella no le había hablado nunca, de sus sentimientos, solo faltaría, que yo no hubiera osado confesar nada parecido a una mujer jamas de la vida».
Con esta premisa, vemos que en esta corta novela y que conforma la primera parte de una trilogía, Fosse vuelve a los terrenos que ya conocemos de su obra: el monólogo interior, constante, que fluye con una suave transición entre memoria, reflexiones y diálogos, con un estilo que destaca por una gran ausencia de signos de puntuación que separen los registros y con ello, de forma mezclada pero puramente nítida, los recuerdos del protagonista se mezclan con alucinaciones y espejismos en las que la realidad se confunde con la fantasía, en un claro ejercicio de intento de restituir aquello perdido incluso sin haber existido, un esfuerzo por recuperar más que una realidad una sensación, un deseo, en un acto de clara nostalgia hacia un presente que hubiera sido de otro modo si un gesto, un pequeño acto del pasado hubiera sucedido o lo hubiera provocado con un paso nunca dado; un constante lamento y resquemor que le corroe y le persigue desde años ha. Y, cuando uno está ya inmerso en la vida de Jatgeir, arranca el segundo capítulo con un cambio de narrador, aunque sigue con el mismo estilo de voces interiores, dudas entre lo vivido y lo imaginado, etc. Esta segunda parte nos da una visión diferente y ampliada de la historia contada en la primera, y es interesante pues sigue el estilo de Fosse de monólogos internos, aunque en este caso la imagen que nos transmite es la de un segundo observador. Ya la tercera parte es mucho más compleja y juega al despiste de manera continua esgrimiendo un texto en el que la confusión y los alternados momentos temporales pueblan el relato hasta llegar a un punto en el que no está claro quién habla ni el orden de las cosas pero uno están tan enfrascado en la lectura y los paralelismos y ángulos de visión que la historia se disfruta y nos mantiene atados a ella.
Estilísticamente, es innegable que el estilo de Fosse con el monólogo continuo te recoge y te envuelve, arrastrándote en esos continuos diálogos internos que te llevan a interiorizarlos casi como propios, consiguiendo que el lector se contagie y empatice de manera inexorable dejando que el texto lo lleve donde el autor pretende, hábilmente, con el fin de hacerlo testimonio a la vez que también protagonista de sus infortunios porque siempre en los relatos de Fosse aparece el pasado con forma de espectro, mezclando sueños y realidades empujado por el deseo de cambiar infructuosamente aquello que ya es permanente y sin opción de vuelta atrás. En esas alucinaciones Fosse intenta que sus protagonistas encuentren el momento de ajustar cuentas con su pasado, aunque siempre lo hacen desde un estado próximo a la desesperación, a la incredulidad y al desasosiego.
Con este texto, Fosse ha tejido una obra coral, caleidoscópica en la que los personajes son protagonistas de manera parcial, como vehículo para transmitir aquello que el autor pretende: la necesidad de restituir el pasado, de reencontrarse a uno mismo, con la sensación siempre evidente que la búsqueda se convierte en una súplica, un lamento por lo perdido, por lo nunca tenido pero siempre ansiado. Y, a pesar de que el argumento no es novedoso en sí, la manera de narrar de Fosse y lo que transmite despierta unas grandes ansias de leer la publicación de las dos partes que faltan para poder así ampliar un poco más el espectro coral que Fosse ha tejido magistralmente en esta última obra.
Tambien de Jon Fosse en ULAD: Blancura, El otro nombre (Septología I), Mañana y tarde, Ales junto a la hoguera, Hermana

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