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miércoles, 27 de abril de 2022

Jorge Carrión: Membrana


Idioma original: español

Año de publicación: 2022

Valoración: persistente

Membrana es sumamente difícil de describir en los clásicos términos literarios que optan por las dicotomías tajantes. Es una no-novela de ficción, a menudo disfrazada de ensayo bajo la guisa de presentación o catálogo, aunque una cierta corriente de trama recorre su espinazo, una trama sin diálogos, sin acción continuada, con personajes reales o virtuales, por supuesto combinando una obvia deriva decididamente apocalíptica, tejida en una no siempre sencilla premisa que se va sugiriendo a ratos: la existencia de un poder superior que la humanidad ha ido generando, casi sin querer, a base de alimentar las bases de datos que han permitido a las máquinas, o eso parece, tomar sus propias decisiones. Por supuesto en este contexto las referencias son numerosas, aunque Jorge Carrión ha conseguido hilar algo relativamente original. 

Aunque "relativamente original" sea un calificativo de doble filo. Membrana es una especie de híbrido algo forzado entre los dos estilos que Carrión suele cultivar: el ensayo docto y razonado sobre los peligros de la tecnología y el mundo hiperconectado, en el que se ha ido especializando a riesgo, es mi opinión, de insistir e insistir que no todo el progreso como lo concebimos va a ayudarnos a ser más libres, que de eso debería tratarse, y, por otra parte, los intentos con la ficción en que, y también en Membrana esto sucede, se enfrenta a una algo generalizada (Fernández Mallo sería otro ejemplo) intención de capturar un totuum que explique el mundo, intención esta que entraña sumirse en mucha especulación, cosa que suele redundar, esta no es una excepción, en una exigencia hacia el lector, que ha de rellenar muchos intersticios si quiere comprender qué pretende explicar el autor. El texto se divide en capítulos precedidos por una serie de manifestaciones artísticas. El lector asiste a un museo del siglo XXI, una vez este ha acabado, y todas esas obras, junto a los textos que las presentan, nos ayudan a esbozar una trama en la que el mundo, con dos protagonismos antagónicos (Ben Grossman, Karla Espinoza) ha acabado siendo víctima de una dominación de los algoritmos, de la inteligencia artificial, el big data y los drones, y todo hace pinta de que la humanidad no ha salido muy bien parada. De ahí lo de ficción pero también lo de no ficción. Carrión no tiene interés alguno en hablar de batallas, de ciudades devastadas, de violencia física. Todo está sugerido y la trama de fondo es más o menos asimilable y comprendemos su desarrollo y su desenlace. 

Pero me da la impresión de que a Carrión esa premisa se le escapa de las manos. Empeñado en mantener un tono algo ceremonioso y sostener una cadencia, el texto acumula demasiadas codas, no solo en lo estilístico sino incluso en su contenido. Se abusa de ciertas coletillas que a veces parecen forzadas, se requiebra el estilo y la insistencia en ciertos recursos acaba resultando en una carencia de naturalidad. Puede que sea premeditado y que la estructura del texto lo requiera, pero la fluidez es sacrificada y a veces la coartada intelectual acaba empantanando al lector. Algunos pasajes se extienden en teorías y surgen los fantasmas de los textos de Carrión: el dominio de las grandes corporaciones, las redes sociales, el poder oculto. No es que llegue a estropearse la premisa, si no original sí osada y (a cada año que pasa) probable, pero está claro que es difícil abarcar tanto y no resultar, a veces, algo cargante. 

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