Año de publicación: 2002
Valoración: muy recomendable
En este libro de relatos cortos, primera obra del autor, Haslett escribe sobre lo que mejor se le da: el retrato de personas. Dando rienda suelta a su dialéctica rápida y de verbo fácil, lo que nos ofrece el autor en este conjunto de relatos es una imagen variopinta de diferentes personalidades que podríamos encontrar en este, cada vez más, uniformizado mundo.
Los relatos que encontramos en este libro tienen un nexo común: la fragilidad psicológica de sus protagonistas. Así, asistimos a un conjunto de historias donde encontramos personas mayores que necesitan de la compañía de alguien joven para que les alegre el día, un médico volcado en su profesión que empatiza en exceso con sus pacientes, la relación a tres bandas entre dos hermanos y otra persona común a ellos, un hombre con depresión que necesita un cambio a su vida (aunque él no es muy consciente de ello) y así hasta completar las nueve historias, todas independientes entre ellas.
Dicho así, podríamos estar hablando de un libro triste, pero la sensación global que deja este libro es de una gran redondez: las historias comparten un tono muy similar, un nexo común en torno a la fragilidad de las personas que sufren algún tipo de problema psicológico, o a veces no es tal, sino simplemente alguna carencia afectiva emocional; o temor, o dudas, o incertezas que preocupan a sus personajes. En función del relato vemos las diferentes gravedades de tales problemas, y la variedad de enfoques posibles. La forma hábil en que el autor los expone, los trata, y los analiza deja como recuerdo un sinfín de sentimientos que giran en torno a la soledad, a la necesidad, al cariño, a la calidez, al trato humano siempre necesario y cada vez más difícil de encontrar de forma desinteresada.
Como ocurre en la mayoría de libros de relatos, hay algunos mejores que otros, pero todos ellos son, como mínimo, buenos. La gran habilidad de Haslett es retratar estos personajes y aquello que sienten. El autor se encuentra como pez en el agua en la definición de los personajes y consigue que fácilmente uno conecte con ellos de forma que parece como si les conociera de antemano, imprimiendo un ritmo alto que fácilmente contagia al lector, incrementando su avidez lectora. En los relatos narrados sus personajes sufren, y el lector con ellos. Hay mucha pena en los relatos, una gran fragilidad en los caracteres de sus protagonistas, cierta aura de incomprensión y mucha solitud, pero, por encima de todo, hay calidez y ternura. Y un deseo evidente de hacernos reflexionar sobre qué sienten aquellas personas que tenemos cerca y de hacernos ver que, en el fondo, todos necesitamos de alguien que esté a nuestro lado.
Otras obras de Adam Haslett en ULAD: Imagina que no estoy, Union Atlantic
Los relatos que encontramos en este libro tienen un nexo común: la fragilidad psicológica de sus protagonistas. Así, asistimos a un conjunto de historias donde encontramos personas mayores que necesitan de la compañía de alguien joven para que les alegre el día, un médico volcado en su profesión que empatiza en exceso con sus pacientes, la relación a tres bandas entre dos hermanos y otra persona común a ellos, un hombre con depresión que necesita un cambio a su vida (aunque él no es muy consciente de ello) y así hasta completar las nueve historias, todas independientes entre ellas.
Dicho así, podríamos estar hablando de un libro triste, pero la sensación global que deja este libro es de una gran redondez: las historias comparten un tono muy similar, un nexo común en torno a la fragilidad de las personas que sufren algún tipo de problema psicológico, o a veces no es tal, sino simplemente alguna carencia afectiva emocional; o temor, o dudas, o incertezas que preocupan a sus personajes. En función del relato vemos las diferentes gravedades de tales problemas, y la variedad de enfoques posibles. La forma hábil en que el autor los expone, los trata, y los analiza deja como recuerdo un sinfín de sentimientos que giran en torno a la soledad, a la necesidad, al cariño, a la calidez, al trato humano siempre necesario y cada vez más difícil de encontrar de forma desinteresada.
Como ocurre en la mayoría de libros de relatos, hay algunos mejores que otros, pero todos ellos son, como mínimo, buenos. La gran habilidad de Haslett es retratar estos personajes y aquello que sienten. El autor se encuentra como pez en el agua en la definición de los personajes y consigue que fácilmente uno conecte con ellos de forma que parece como si les conociera de antemano, imprimiendo un ritmo alto que fácilmente contagia al lector, incrementando su avidez lectora. En los relatos narrados sus personajes sufren, y el lector con ellos. Hay mucha pena en los relatos, una gran fragilidad en los caracteres de sus protagonistas, cierta aura de incomprensión y mucha solitud, pero, por encima de todo, hay calidez y ternura. Y un deseo evidente de hacernos reflexionar sobre qué sienten aquellas personas que tenemos cerca y de hacernos ver que, en el fondo, todos necesitamos de alguien que esté a nuestro lado.
Otras obras de Adam Haslett en ULAD: Imagina que no estoy, Union Atlantic
Hola Marc,
ResponderEliminarQue reseña más corta has hecho....queda como incompleta.....jajajaja.......es broma!
Gracias por la reseña
Saludos!
Hola Gabriel, ¡muy buena! :-D
ResponderEliminar¡Necesitaba compensar!
Saludos
Marc
Dan ganas de leerlo. Felicitaciones.
ResponderEliminarMe vino una frase a la cabeza, gracias a tu reseña, que necesitamos recordar siempre, creo yo. "Somos los demás, de los demás."
Muchas gracias por el elogio, Interlunio.
ResponderEliminarHaslett tuvo una infancia algo difíci debido a su dislexia y siempre, en todas sus obras, la sensibilidad y el trato humano es presente. Recomiendo muchísimo "Imagina que no estoy", reseñada también en ULAD.
Y ciertamente, tu frase va como anillo al dedo a la reseña. Siempre formamos parte de los demás.
Saludos y muchas gracias por el comentario, y por la frase.
Marc
Si, "Imagina que no estoy" está en mi lista desde que leí tu reseña hace unos meses.
EliminarYa nos contarás entonces, cuando lo leas :-) ¡Y espero que te guste!
ResponderEliminarSaludos, y gracias por la confianza.
Marc
Precisamente es el libro que estoy leyendo en este momento. Acabo de terminar el relato "El buen doctor", que destacaría ya que me ha parecido el mejor escrito, el más redondo. Además me ha recordado al maestro Carver, palabras mayores. En general el libro me ha gustado, la mayoría de relatos están bien, creo que Haslett es buen cuentista, muy bueno diría yo. Tengo que reconocer que me ha sorprendido gratamente, sus relatos me han gustado mucho, pero una novela es otra cosa. Esperaré a que se anime con otro libro de relatos.
ResponderEliminarHola, Anónimo.
ResponderEliminarMe alegro que también te esté gustando este libro, y coincido en que el relato del doctor es muy bueno (uno de los mejores, a mí parecer).
A mí también me sorprendió la calidad del libro, no porque no confiara en el autor (ya conocía el resto de sus obras) sino porque a mí, precisamente, me cuestan los libros de relatos. Y en esta caso me encantó la lectura.
Saludos y gracias por comentar.
Marc
Hola Marc. Yo destacaría el primer relato: Notas para mi biógrafo, también El buen doctor y el último relato llamado El voluntario. Me parece interesante su novela: Imagina que no estoy. Pero tengo que reconocer que después de leer reciéntemente el sensacional libro "Nada se opone a la noche" de Delphine de Vigan, que trata sobre una madre (la de la autora) con algo parecido a una enfermedad mental, me va costar ponerme con una novela que trate el tema. De momento me quedo con sus relatos.
ResponderEliminarUn saludo. Yus
Hola Yus, coincido contigo en destacar el primer relato; para mí también es de los mejores por su frescura y por darle una pizca de humor a un tema serio. Creo que el equilibrio está muy logrado. Respecto a "Imagina que no estoy", entiendo que quieras compensar la lectura de De Vigan con otro tipo de libro, menos dramático; es comprensible e incluso aconsejable. Pero no pospongas su lectura mucho tiempo porque me atrevo a decir que vas más en la línea de ese primer relato (para mí el más diferente, incluso en estilo) que del resto. Ya nos contarás, cuando lo leas ;-)
ResponderEliminarSaludos y gracias por comentar
Marc