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viernes, 26 de diciembre de 2025

Stefan Zweig: Erasmo de Rotterdam: Triunfo y tragedia de un humanista

Idioma original: Alemán

Título original: Triumph und Tragik des Erasmus von Rotterdam

Traducción: R. S. Carbó

Año de publicación: 1934

Valoración: Muy recomendable (Imprescindible para los humanistas)

(De manera intencional pongo de portada la colección de biografías de Zweig de Acantilado. En estas épocas de dar, este tabique de dos tomos es uno de esos regalos que te cagas. Regálenselo a esa persona amada. De nada: luego me agradecen. Incluye las biografías de Erasmo de Róterdam, Fernando de Magallanes, María Estuardo, María Antonieta, Joseph Fouché, Honoré de Balzac y Marceline Desbordes-Valmore).

Cuando hay un libro altamente recomendable, la reseña se vuelve corta. Hay pocas cosas que agregar al texto original además de decir: léanlo.

Se dice que una persona extraordinaria nace cada cien años. Así que el hecho de que Erasmo de Rotterdam y Martín Lutero hayan habitado el planeta al mismo tiempo no puede ser otra cosa que un prodigio. Y no solo eso: el choque entre ambos, el sabio que pule frases hasta dejarlas como vidrio y el monje que lanza martillazos, define, para Zweig, el punto exacto en el que Europa deja de conversar y empieza a gritar.

Zweig escribe esta biografía como quien ve venir una tormenta. Publicado en 1934, el libro tiene esa electricidad rara de las obras que hablan de otra época, sí, pero con el oído puesto en el siglo XX: el fanatismo como método, la polarización como forma de vida, la masa como una máquina que exige sangre o milagros, y el intelectual humanista intentando, tercamente, que el mundo no se vuelva una hoguera.

Zweig no explica a Erasmo, lo dramatiza. Lo coloca en escena. Lo deja ser lo que fue: un hombre de letras, un europeísta antes de que existiera la palabra, un creyente sin ganas de inquisiciones, un reformista alérgico a la Reforma cuando se sale de madre. Erasmo, dice Zweig, es la encarnación de la medida. Y luego llega Lutero, que es todo lo contrario: no mide, arde. El conflicto va más allá de la teología; es temperamental. 

Si te interesa el humanismo, este libro es obligatorio. Si te interesa la Reforma, también. Y si te interesa, aunque sea por puro instinto de supervivencia, entender cómo se rompe una sociedad y cómo la inteligencia y mesura puede volverse un estorbo, entonces más te vale leerlo. Porque la biografía de Erasmo, en manos de Zweig, es algo útil: una advertencia escrita con elegancia.

4 comentarios:

  1. Bellísima biografía y, seguramente, bellísima edición de la colección entera, aunque en Argentina está a un precio prohibitivo.

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  2. Y fantástica la reseña, compañero, un auténtico regalo de Navidad.

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  3. Erasmo, aquel que dijo "Non placet Hispania" y Lutero, el monje lacayo de nobles y azote del pueblo. Vaya par!! Que se los quede la germanosfera!!

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    Respuestas
    1. Erasmo era un reformista que recelaba del dogmatismo, no era antiespañol. También hubo erasmistas españoles, afortunadamente. Lutero sí fue un personaje reaccionario, servidor de príncipes.

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