Título original: The House on the Borderland
Traducción (al catalán): Jordi Llavoré
Año de publicación: 1908
Valoración: Decepcionante
Hace años, cuando devoraba todo lo relacionado con H. P. Lovecraft en particular y el género de terror en general, me topé con una antología de cuentos sobrenaturales con ambientación naval titulada Un horror tropical y otros relatos, de un tal William Hope Hodgson. Como me gustó mucho, empecé a investigar a su autor (quien, según descubrí enseguida, tuvo una gran influencia en Lovecraft). Una de sus obras más reivindicadas es la novela La casa en el confín de la Tierra.
Ahora que por fin la he leído, debo decir que entiendo la importancia que ha tenido a la hora de configurar el horror cósmico. Sin embargo, como ficción al uso me parece deficiente, lenta y aburrida. Al fin y al cabo, a sus partes les falta unidad. Asimismo, el conjunto carece de ritmo y fluidez, y abunda en pasajes tediosos. Para colmo, las largas descripciones que contiene no logran erigir una atmósfera convincente (cosa que sí consiguen autores como Algernon Blackwood), e incluso atentan contra la vocación incognoscible de los acontecimientos.
En definitiva, uno termina La casa en el confín de la Tierra pensando que ya ha visto los elementos que la componen en otras ocasiones pero mucho mejor resueltos. Los viajes del espíritu del narrador por el espacio-tiempo que hay en estas páginas son menos interesantes que los de, por ejemplo, el Ciclo de aventuras oníricas de Randolph Carter, de Lovecraft. Y el asedio de las criaturas de otro mundo palidece, dada su escasa intensidad, al de La piel fría, de Albert Sánchez Piñol. Menuda decepción.
Comparar La casa..., con La piel fría, ese marrón de texto, en serio? Qué buen chiste! Mejor sigue leyendo a Sánchez Piñol.
ResponderEliminarLeeré lo que me dé la gana y compararé aquello que crea que es comparable (y siempre argumentando esa comparación, no como otros). Venga, pírate al confín de la Tierra si no sabes debatir con razonamientos.
ResponderEliminarReconozco que cuando uno lee el libro, sí puede tener las sensaciones que comentas, pero creo que quizás sea una cuestión de planteamiento. Hay que tener en cuenta que el texto de Hodgson es anterior a los que citas.
ResponderEliminarNo sólo es anterior, sino que tiene el mérito de ser fundacional. Sin esta novela no tendríamos tantas otras influenciadas directa o indirectamente por ella, eso está claro. Lo cual no quita que sea algo pesada de leer y tenga apartados mejorables.
ResponderEliminarCuando lo leí, hace mil años, me pareció una novela deslumbrante. Hoy no sé qué pasaría si la releyera, pero aún lo recuerdo como una de las novelas más imaginativas con las que me he encontrado. Por aquella época, yo también leía todo lo relacionado con Lovecraft. En todo caso, los cuentos de terror marinero de Hodgson son de lo mejor que hay, y es una pena que, al igual que nuestro viejo amigo de Providence, muriese tan joven, en la I GM, si no me equivoco. Es un autor que recomiendo totalmente. Y, en la misma línea de La Casa… también sugiero “La nube púrpura” de M. P. Shiel.
ResponderEliminarA mí me gusto. Claro que no es una novela perfecta, que resulta irregular y que tiene intromisiones de un romanticismo bastante trasnochado. Eso es indiscutible. Pero el viaje cósmico del protagonista tiene su miga. Creo que el libro es una transición desde el terror gótico tradicional, con toda su escenografía sublime (cumbres borrascosas, cascadas rugientes, leyendas, campesinos supersticiosos), hasta desembocar en el terror cósmico de los espacios siderales desolados etc. O sea, que empieza en el siglo XIX y termina en la modernidad más rabiosa, anunciando a Lovecraft y compañía, pero como arrastra muchos materiales anacrónicos estos no casan tan bien con los modernos, más abstractos. Es como si Hodgson hubiera escrito varias novelas en una lanzándose a experimentar con algo nuevo. Y, claro, el experimento salió más o menos. Por lo menos esta es la impresión que me dio cuando la leí.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Si tanto te gustó esta La casa..., Anónimo, quizá deberías arriesgarte y releerla, porque si tu opinión se mantiene, la gozarás muchísimo. Ah, y me apunto La nube púrpura. Gracias por la recomendación.
ResponderEliminarAlberto, siempre te expresas muy bien. A ver cuándo te animas y nos mandas alguna reseña para colaborar con el blog. Por cierto, estoy bastante de acuerdo en lo que dices: La casa... tiene elementos algo discordantes, porque por un lado es una novela anacrónica y por otro apunta en direcciones muy modernas para la época.