Título original: イン ザ・ミソスープ (In za Misosūpu)
Año de publicación: 1997
Traducción: (del inglés) Javier Martínez de Pisón
Valoración: recomendable (aunque no para todos los paladares)
¡ATENCIÓN! ATENZIONE! WARNING! Éste no es un libro de recetas de cocina. Repito: NO ES UN LIBRO DE COCINA. Aviso, no sea que alguien se ponga a leerlo para aprender a hacer una deliciosa sopa de algas, un ramen, temperatura... o, yo qué sé, albóndigas de pulpo o cualquier otro plato tradicional de la gastronomía nipona y le dé un parraque del susto...
Resumen resumido: Kenji es un joven de veinte años que se mudó a Tokio para preparar su ingreso en la universidad, pero ha acabado ganándose la vida como guía para extranjeros que quieren conocer la variada oferta sexual de la vida nocturna del barrio de Kabuki-cho, en el famoso distrito de Shinjuku. Unas noches antes de Nochevieja se reúne con un cliente de un norteamericano llamado Frank que resulta ser un tipo bastante peculiar y le da cada vez más mala espina a Kenji, sobre todo porque unos días antes ha aparecido el cadáver despedazado de una adolescente que "lo vendía" -según cierta expresión utilizada en ese ambiente y que explica, me parece, las supuestas aventurillas sexuales de cierto escritor español de extrema derecha que ya ha pasado a mejor vida, si cabe-; el joven guía, al darse cuenta de las rarezas y mentiras del tal Frank, sospecha que puede tener algo que ver con el crimen y, de esta forma, la novela, al menos en su primera mitad, se convierte en un thriller psicológico, para luego... (bueno, no quiero estropearle su lectura a nadie, así que considerad esta reseña, a partir de a, como un spoiler) digamos que hay algún que otro momento bastante gore o splatter (no sé explicaros la diferencia, habrá que preguntarle a Oriol)... Aviso también aquí para los lectores/as de espíritu y estómago sensibles.
De todos modos, tampoco penséis que este libro es un festival sangriento churrigueresco... es más, la comparación con El silencio de los corderos que se hace en la cubierta de la edición española me parece un tanto exagerada. De hecho, la mayor parte del libro se podría adscribir, como ya digo, tanto a la novela psicológica como a la filosófica o sociológica, dadas sus interesantes reflexiones sobre la cultura y la sociedad japonesa, lo que parece ser, a la postre, el principal interés de su autor. Amén, claro está, de sumergirnos, siquiera a través de una narración literaria, en el submundo de la industria sexual de Tokio, con sus clubes de omiai -donde los hombres pueden ligar tanto con profesionales como con aficionadas a ejercer un rato el puterío-, los soaplands (nada que ver con la sopa, tampoco esto, peep-shows, etc. Vaya, que entretenido es un rato, el libro.
Otro aspecto del mismo a tener en cuenta, por supuesto, es el apasionante pero falso debate sobre quién es mejor escritor, si este Murakami o el usurpador otro (bueno, apasionante sólo para Marc Peig y para mí, en realidad... y puede que sólo para mí); falso porque no hay duda alguna de que el Murakami bueno es Ryū, claro. Aunque, en este sentido, Sopa de miso no deja de encerrar cierta ironía, no sé si premeditada: tanto Kenji como su casi púber novia Jun, jóvenes sensibles y desencantados, e incluso un poco moñas, bien podrían ser los protagonistas de alguno de los pestiños libros que perpetra el otro Murakami, sólo que enfrentados, en este caso, sórdida e incluso espantosa realidad de la noche tokiota. Pero, ya se sabe que la cabra siempre tira al monte, que se dice...;)
Otros títulos del Murakami bueno reseñados en este augusto blog: Los chicos de las taquillas, Azul casi transparente, Piercing
Buen libro, lamentablemente imposible de conseguir en físico.
ResponderEliminarTerminé de leerlo y simplemente no termino de entender lo de la pluma de cisne. Sigo pensando en a qué hace referencia, ¿liberarse o morir?
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