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miércoles, 13 de septiembre de 2023

Jorge M. Reverte: La batalla del Ebro

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2003 (varias reediciones)

Valoración: Imprescindible para interesados, al menos recomendable para cualquiera

 

Interesados como un servidor, que contaba con buenas razones para conocer con más detalle los pormenores de aquella batalla, la más importante de la Guerra civil y probablemente la más cruenta de las que nunca se libraron en España. Rebuscando un poco por ahí, acabé por encontrar este poderoso volumen (que con sus más de 600 páginas pudo ser candidato a Tochoweek) firmado por Jorge Martínez Reverte, periodista fallecido no hace mucho, a quien tuve el placer de escuchar en una charla años ha, autor de novela negra y, sobre todo, especialista en diversos episodios de aquella guerra.

Como decía, la del Ebro fue quizá la más significativa batalla de la Guerra civil. El general Vicente Rojo la diseñó con el máximo detalle para asestar a Franco un golpe que cambiase el curso de la guerra, poco después de que los sublevados hubieran conseguido partir en dos el territorio de la República alcanzando el Mediterráneo. Era por tanto el último gran esfuerzo, dirigido ya en ese momento por un mando menos amateur que al principio, para ganar o al menos ‘empatar’ un conflicto que empezaba a tener un color nacional bastante nítido.

Con cada una de las orillas del Ebro ocupada por uno de los bandos (republicanos al norte, franquistas al sur), la operación, con algo de temeraria, consistía en cruzar el río y atacar en un frente no muy extenso utilizando el factor sorpresa para al menos alcanzar Gandesa (Tarragona), principal población y núcleo estratégico para conectar con el Ejército de Levante, que a duras penas resistía en torno a Valencia. El terreno escarpado, sembrado de multitud de pequeñas ondulaciones, parecía propicio para ocupar rápidamente posiciones ventajosas y afianzar el avance. Al mando de las dos grandes unidades operativas, los generales Juan Modesto y Enrique Líster, lo mejor del Ejército republicano.

Martínez Reverte dispone la abundantísima información en tres perspectivas que se van solapando y haciendo mucho más interesante el relato:

  • Las operaciones. La narración es pormenorizada, día por día en los cuatro meses en los que se prolonga la batalla, desde el espectacular y complicadísimo cruce del río, los avances furiosos de los republicanos y las sucesivas contraofensivas. Encontramos las tácticas empleadas, la desesperada necesidad de refuerzos, el extraordinario trabajo de los ingenieros para facilitar los transportes, los espeluznantes combates y los terribles barridos de la aviación alemana e italiana. Pero quizá lo más intenso es la encarnizada defensa, cota por cota, con la que los republicanos consiguen después resistir, con medios cada vez más reducidos, el poder destructor de los franquistas durante un tiempo que parecía inimaginable
  • Los protagonistas. No solo importa el desarrollo de los acontecimientos, sino que hay que descender para conocer a sus protagonistas, los soldados rasos que cruzaron el río, que treparon por las colinas, defendieron cada palmo conquistado, padecieron hambre, parásitos, miedo, calor (si alguien conoce la zona, imagínese en pleno verano). En uno y otro lado de los contendientes, Reverte rescata testimonios de muy distintos protagonistas, de forma destacada los voluntarios de las Brigadas Internacionales, gentes de muy diversas procedencias que lo abandonaron todo por defender unas ideas, muchos de los cuales dejaron su vida en aquellas tierras que defendieron con uñas y dientes. Pero también el soldado que casi podía ver su pueblo desde la trinchera sin saber sin embargo si volvería a pisarlo, o el recluta que simplemente estaba allí porque le tocó el llamamiento, y ahora debe luchar por conservar la vida y la de sus compañeros.
  • El entorno. La crónica de la batalla es también la de esos cuatro meses (recordemos, julio a noviembre del 38) en el tablero geopolítico de la República y de la Europa de un Hitler cada vez más airado y desafiante. Es sumamente interesante observar cómo lo que parecen simples rencillas partidarias y política de salones y conferencias influye decisivamente en lo que ocurre en los combates: Azaña y otros posibilistas intentan detener de alguna forma la guerra para enlazar con un conflicto europeo que nadie duda que llegará, mientras Negrín (más los comunistas) se oponen a cualquier iniciativa que no sea resistir y vencer; la política de apaciguamiento de Chamberlain, además de otras razones, impide el apoyo de las potencias occidentales a la República; la batalla se prolonga porque Franco se empecina en aniquilar al oponente allá donde ha atacado, además de tener buen cuidado en no acercar tropas al Pirineo para no provocar a Francia. Y así sucesivamente.

Solo he pretendido exponer una muy pequeña muestra del enorme caudal de información que ofrece el libro en esas tres grandes líneas.

Puede que el autor se embarulle un poco citando brigadas, batallones y divisiones, pero el libro, bien narrado en un presente histórico ágil y eficaz, está escrito además con buena dosis de objetividad y sin desdeñar tanto una panorámica muy amplia de la época como un descenso a detalles que muestran la tremenda crudeza de un episodio terrible. Luego podemos reflexionar sobre por qué la República perdió la guerra o qué posibilidades reales llegó a haber de un desenlace diferente. Para formar esas posibles opiniones hay centenares de libros que llenan las bibliotecas, pero me atrevería a decir que este puede ser uno de los mejores.


2 comentarios:

  1. Es interesante, si se quiere leer, buscar las últimas ediciones, porque el autor va incorporando información nueva. A raíz de la publicación del libro se pusieron en contacto personas que habían participado en esas batallas y le dieron información de primera mano. Información que luego contrasta, porque la memoria es lo que es, pero que aporta puntos de vista nuevos.

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  2. Buena puntualización. Yo creo que he leído la última versión, porque de hecho el autor hace referencia a varias anteriores. La obra ha ido así creciendo desde su primera edición y efectivamente conviene tener a mano la más reciente posible.

    Gracias por tu comentario.

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