Año de publicación: 1959
Traducción: Gracia Rodríguez
Valoración: Está muy bien
Arenas de Arabia es uno de esos libros de viajes que deberían formar parte del canon, tanto por su propio enfoque y contenido como por lo que supone de ruptura con los clásicos del género de décadas precedentes.
Porque si bien el contexto son los vaivenes que Wilfred Thesiger dio por los territorios al Sur de la Península Arábiga (el Territorio Vacío, Omán, Yemen o Emiratos Árabes) entre 1945 y 1950, el meollo del texto no es el viaje en sí o la propia experiencia personal del viajero sino que el centro de sitúa en un mundo en descomposición y en los beduinos del desierto, seres que viven en condiciones extremas y que suponen para el viajero y el lector todo un descubrimiento.
La descomposición de la que hablo es eminentemente cultural, claro, pero tiene sus raíces en lo económico. Y es que el descubrimiento de las ingentes reservas de petróleo supone una modificación radical de formas de vida tradicionales y marcadas por valores alejados de nuestros estándares actuales, así como del paisaje urbano de la región (sirva el ejemplo de Dubái, que 80 años antes de convertirse en una ultramoderna urbe refugio de reyes prófugos era apenas un pueblo de 2000 habitantes). Así, en el texto de Thesiger podemos leer acerca de la organización social, económica, familiar, cultural, etc de las tribus del desierto, y diría que este es el aspecto más interesante del libro.
También es digno de mención el retrato humano de los acompañantes de Thesiger. Creo que los libros de viajes suelen pecar de excesivo "eurocentrismo" y, en este caso, Thesiger pone el foco en sus acompañantes y en su entorno sociocultural.
Además de lo anterior, en Arenas de Arabia hay antropología, geografía, botánica, meteorología, arquitectura, historia árabe y europea, zoología, geología, etc. Un completísimo recorrido por un paisaje aparentemente uniforme y desolado que esconde secretos, sorpresas y tesoros.
Por supuesto que hay espacio para aspectos organizativos o logísticos y para sensaciones y emociones personales del autor en el texto (faltaría más!!). El hambre, la sed, el miedo, etc son parte importante del viaje, pero no son lo fundamental del libro porque fui hasta allí para hallar paz en las dificultades del viaje por el desierto y la compañía de sus gentes.
Todo lo anterior, ademas, con un lenguaje eminentemente sencillo y adecuado al carácter fundamentalmente descriptivo del texto, lo que no excluye cierta poesía en la observación de los fenómenos naturales. Por ejemplo, a veces paraba la lluvia y yo me asomaba y veía, recortadas contra la noche, al casi continuo resplandor de los rayos, las oscuras formas donde los otros yacían bajo sus cobertores como túmulos sepulcrales en una húmeda orilla.
Para terminar, un aspecto que hace que la valoración del libro no sea un imprescindible: cierta dificultad a la hora de seguir los conflictos entre las diferentes tribus y algo de confusión en la descripción de las mismas. Creo que ahí a Thesiger le falta cierta claridad expositiva.
Pese a esto, ya digo que Arenas de Arabia merece un lugar de honor dentro de la literatura de viajes. Ahora, ¿os animáis a cruzar el desierto?
La reseña original AQUÍ
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