Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable
Hace muy poco que quedé fascinado por Material de construcción, gloriosa novela de Elder Rodríguez. Quizás demasiado poco como para no tenerla en cuenta al valorar este Las voces de Adriana, que, aunque me parece una novela apreciable, incide también en las relaciones paterno-filiales, en este caso las de Adriana, mujer joven que ha de cuidar de su padre, convaleciente de un ictus y fumador empedernido, ictus producido después de que la madre y la abuela de Adriana hayan fallecido. O sea, nos enfrentamos a una novela en que la pérdida es el foco narrativo. Una pérdida progresiva que puede representar perfectamente los ciclos con que la vida golpea embutiendo madurez a quemarropa.
Me parece una que Elvira Navarro ha optado por un tono más distante. Solo la tercera parte, cuajada de intervenciones de abuela y madre, es íntima, casi con intenciones reveladoras. En las dos primeras, asistimos a un relato más exógeno. El de Adriana y sus vaivenes estudiantiles - prepara una tesis - y sus posteriores vaivenes laborales, en los que se desplaza por la geografía ibérica, puede que hasta cierto punto alzando el brazo en reivindicación de la precariedad laboral que puede afectar a cierta generación sobre-preparada. También a sus experiencias con las App de citas, otro testimonio más de la evolución de la sociedad producto del avance de la tecnología y los condicionantes de las situaciones precarias. Pero dudo que Las voces de Adriana sea una novela social, como sí parecían serlo algunas de sus novelas anteriores. La maquinaria promocional apela más a la intimidad, y he de agradecer que se esquive la cursilería, la idealización de los ascendentes, el golpeteo en el pecho propio de las tragedias, aunque estas se produzcan de forma, digamos, secuencialmente natural. Esa interposición de los personajes me gusta y posiblemente Navarro sea, técnicamente, una escritora muy dotada, pero hay algún punto, incluso en la estructura de la novela, donde me parece que la narración está demasiado planificada, como si esto de la pérdida y las tragedias familiares respondieran a una trama. Quizás, ya digo, está muy reciente lo de Eider Rodríguez, que era perfecta porque escribía desde la víscera y esa criba selectiva que es la memoria.
A mí me gustó mucho esta novela. Estuve en la presentación del libro en una librería pequeñita de Málaga con la autora y fue una experiencia genial 😊
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