Idioma original: francés
Título original. Le vouleur de livres
Año de publicación: 2015
Traducción: Isabel Pérez van Kappel
Valoración: está bien
Esta galardonada novela gráfica -aunque ha tardado en publicarse en España- nos remonta al parís de 1953, en el que el joven estudiante Daniel Brodin trata de descollar como poeta, al tiempo que se dedica a su secreta afición -o pulsión, más bien- que es la de robar libros. En una de estas "travesuras" conoce a otro par de jóvenes, Gilles y Linda, que junto al fornido Jean-Michel le introducen en un curioso grupo que se reúne en el café Sully y se mueve entre la vanguardia más extrema -digamos que están inspirados en los situacionistas y en el primer surrealismo-, la anarquía y directamente, la delincuencia común. Desprecian tanto a la burguesía biempensante como a la intelectualidad parisina, representada por los existencialistas reunidos alrededor de Jean-Paul Sarte.
Con ellos, Daniel recorrerá desde los selectos salones literarios como las sórdidas afueras de la ciudad, conocerá a personajes de lo más variopinto y también el amor, en la persona de Colette. de error en confusión, el joven va transitando por aquella vida improvisada y bohemia, huyendo tanto del ideal burgués, que representa su compañera Nicole y su familia, como del comunista, al que se adscriben sus tíos. En cierto momento, empero, Daniel tiene que elegir si dejarse arrastrar por esa vida despreocupada y delincuencial o volver a cierto orden... Aparte de esta elección, como trasfondo de la historia está también el tema de la impostura en el mundo literario y artístico (más frecuente de lo que pensamos, parece...) y cómo el éxito depende del talento, pero también en buena medida de la suerte y del morro o jeta que le eche el artista en cuestión.
Aunque quizá no, y el verdadero tema y protagonista de este libro sea París, un París de hace ya 70 años, no sé si algo idealizado, pero, en cualquier caso, convincentemente recreado, aunque sin alardes estéticos, por los trazos de van Hove (parece ser que éste fue su debut como historietista, lo que me resulta asombroso). Por ponerle un pero al cómic, quizás alguno de los personajes esté algo desdibujado y algún otro desaparece sin más, dejándonos un poco in albis, espero son detalles menores: en conjunto, es este un libro que sin duda despertará el interés de todo lector amante de la novela gráfica y de la cultura europea.
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